El Atl�tico que viene se 'cuece'... en las salidas

Con el Atl�tico temporada tras temporada pr�cticamente al ras de lo que marca su l�mite salarial, con la pol�tica de renovaciones a la baja de la que no se han librado Simeone, Gim�nez o Lemar ni se librar� Koke instaurada para reducir el gasto en la plantilla y con la necesidad de aligerar los huecos que permitan la llegada de caras nuevas, la construcci�n del pr�ximo proyecto se 'cuece' en las salidas. Principalmente, las de aquellos jugadores que, a pesar de no entrar en los planes, acaban contribuyendo a consumir el presupuesto.

Sa�l, en este sentido, aparece como el gran paradigma, pues a pesar de que hace cuatro o cinco a�os ya que nada tiene que ver con aquel indiscutible soldado del Cholo que firmaba goles maradonianos al Bayern, contin�a formando parte de la plantilla con uno de los sueldos m�s jugosos de la entidad, los 15 kilos brutos a los que lleg� en su doble renovaci�n de 2017, cuando el Barcelona o el Manchester United llamaban a su puerta. De hecho, se trata del primer jugador en d�cadas al que se le revisaba su contrato dos veces en una misma temporada.

Pese a los intentos del Atl�tico de encontrarle una salida, en agosto de 2021 con una opci�n de compra que el Chelsea no llegar�a a ejercer tras su cesi�n, o de la aparici�n de clubes como el Valencia que llamaron a su puerta, lo cierto es que Sa�l ha acabado permaneciendo en la plantilla rojiblanca precisamente por la dimensi�n de un salario apenas al alcance de grandes transatl�nticos, del mismo modo que ocurri� por ejemplo con Mario Hermoso (percibe cuatro 4 kilos netos) antes de que en esta campa�a se convirtiera en un fijo en los esquemas del Cholo.

Un 'problema' que amenaza con prologarse a�n dos campa�as m�s, pues el contrato del ilicitano no expira hasta 2026, lo que se traduce en una losa para el club de 30 millones brutos en los pr�ximos dos a�os. De ah� que la salida de Sa�l en este verano haya pasado a convertirse en una 'cuesti�n de estado' en un Atl�tico decidido a atajar una situaci�n que condiciona cada ejercicio la composici�n de la plantilla. En este sentido, las miradas se volver�n, hasta conseguirlo, hacia Andrea Berta, al frente de la Direcci�n Deportiva, y de Carlos Bucero, como Director de F�tbol.

Una necesidad imperiosa de 'colocar' bien

Aunque la llegada de Bucero al Metropolitano abarca varios frentes, precisamente la experiencia de �ste en el mundo de la representaci�n y su conocimiento del mercado se plantea como el gran espaldarazo para conseguir dar salida a los jugadores con contrato que o bien no entran en los planes o que se consideran prescindibles. Por ah� aparece, por ejemplo, un Correa que a pesar de no contar con uno de los salarios m�s prohibitivos, se entiende con su ciclo en el club ya terminado, convirti�ndose en una buena pieza para situar en el mercado. Sin embargo, ni por esas, ni a�n con la determinaci�n del argentino de abandonar el club, el Atl�tico lograr�a llegar a un acuerdo satisfactorio para que el pasado mes de enero continuara su carrera en Arabia.

As� las cosas, la necesidad de encontrar destinos para aquellos jugadores susceptibles de suponer un importante ahorro salarial sin que la competitividad de la plantilla se vea resentida (apenas Griezmann, Oblak, Koke o De Paul, as� como j�venes sobre los que debe sustentarse el futuro, como Lino, Riquelme o Barrios, responden a la condici�n de intocables) ha pasado a ser imperiosa. De ah� que una de las mayores preocupaciones en los despachos del Metropolitano se centre en agudizar el ingenio para hacer posibles las deseadas salidas