La endogamia era una tendencia muy popular en el pasado, especialmente entre las clases altas como los reyes, pero… ¿Qué consecuencias trae esto? ¿quién es su mayor representante?. Vamos a descubrirlo en este blog.
¿Qué es la endogamia?
Antes de empezar a hablar sobre este tema, tenemos que saber qué es la endogamia.
La endogamia es la unión, matrimonio y reproducción entre individuos de un mismo linaje, o como bien dice el dicho, a la prima se le arrima. La principal consecuencia de esto es la posibilidad más alta de tener cualquier enfermedad, sin embargo hay casos tan lamentables que parecen irreales como es el ejemplo de Carlos II.
Carlos II
Nacido en 1661, Carlos II de Austria fue rey de España y un claro ejemplo de endogamia.
Tras su nacimiento se le anunció al reino como:
“Un robusto varón, de hermosísimas facciones, cabeza proporcionada, pelo negro y algo abultado de carnes.”
Sin embargo aquella descripción no se acercaba para nada a la realidad. La verdadera descripción fue la que le dio Luis XIV:
“El príncipe parece bastante débil; muestra signos de degeneración: tiene flemones en las mejillas, la cabeza llena de costras y el cuello le supura.”
La endogamia se manifestó en Carlos desde el primer momento en su apariencia y en su salud.
Carlos era un niño débil y enfermizo, el cual frecuentemente padecía de catarros y diarrea. Poseía escasa musculatura y el hecho de no ser capaz de caminar cumplidos los seis años apuntaba a un retraso del desarrollo psicomotor.
En su historial médico de la infancia figuran:
- Sarampión y varicela a los seis años.
- Rubeola a los diez años.
- Viruela a los once años.
- Ataques epilépticos que se acentuaron llegando al final de su vida.
- Ataques de cólera imprevisibles.
- Adicción al chocolate.
- Infecciones bronquiales y dentales.
- Diarreas frecuentes.
Además no empezó a hablar de manera clara hasta los diez años y nunca escribió correctamente, lo cual apunta a un escaso desarrollo intelectual.
Con veintiocho años Carlos II siempre se encontraba débil y fatigado además de que tenía frecuente gastroenteritis asociada a su glotonería y problemas de masticación propios de los Habsburgo.
Dos años antes de su muerte el estado de salud del rey se podía describir como lamentable, no podía permanecer más de dos horas en pie. Sabemos esto debido al mensaje que el marqués D’Harcourt le escribió al “Rey Sol”:
“Es tan grande su debilidad que no puede permanecer más de una o dos horas fuera de la cama. Cuando sube o baja de la carroza siempre hay que ayudarle.“
También tenía un edema generalizado (hinchazón causada por el exceso de líquidos atrapados en el cuerpo), que le impedía hablar debido a que le afectaba la lengua.
Sus días se caracterizaban por la presencia de síntomas de edema, fatiga, fiebre, diarrea y ataques epilépticos.
La infertilidad de Carlos II
Había varias cosas que preocupaban al monarca, entre ellas destacaba la inexistencia de su descendencia, esta no llegaba. Y no se podía decir que el rey no había intentado tener descendencia ya que se casó dos veces con el fin de darle un heredero al reino.
La corte consideraba infértil a M.ª Luisa de Orleans, primera mujer de Carlos, así pues, tras su muerte el rey se casó con Mariana de Neoburgo, su madre había dado a luz a veintitrés hijos así que tenían la esperanza de que este matrimonio pudiera culminar en embarazo.
Ella llegó a fingir durante su matrimonio once embarazos, pues tenía miedo de que los ministros pensaran que ella tampoco era fértil.
Pero, como todos sabemos, el problema no eran las mujeres.
Se sospecha que el rey padecía el síndrome de Klinefelter, una alteración cromosómica que se da cuando se tiene un cromosoma X de más y que esto le provocó infertilidad.
El «hechizo»
Atribuyó sus problemas de fertilidad a un hechizo. Como solución el monarca fue exorcizado mediante una serie de pócimas repugnantes lo cual terminó por empeorar su condición.
Algunos astrólogos aseguraron que la culpa de ese hechizo era que no se había despedido correctamente de su padre en su lecho de muerte. Carlos llegó incluso a desenterrar a su padre para poder despedirse y, con suerte, deshacerse de ese hechizo.
La autopsia de Carlos II
Este rey falleció el 1 de noviembre de 1700, a los 39 años, tras estar dos días en coma.
La autopsia de Carlos deja sin palabras, pues su cadáver estaba totalmente deformado, así decía el médico que realizó la autopsia:
«No tenía el cadáver ni una gota de sangre; el corazón apareció del tamaño de un grano de pimienta; los pulmones, corroídos; los intestinos, putrefactos y gangrenados; en el riñón, tres grandes cálculos; un solo testículo, negro como el carbón, y la cabeza llena de agua»
Y así terminó la vida del último Austria que reinó en España, dejando a la corona sin descendencia y siendo esta la causa de la Guerra de Sucesión Española, pero esto lo dejamos para otro blog.
Este es un vídeo en el cual se explica un poco más la vida de Carlos II:
¡Hasta pronto! Y recordad, cuidado con vuestros familiares más cercanos.
Erika M.ª Bold y Andrea Martín Ruiz.