por Pablo Stein (especial para La Ciudad) –
La música acompaño siempre los movimientos políticos en Argentina.
Cielitos, medias cañas y vidalas estaban presentes en los fogones gauchos antes o después de las batallas entre Federales y Unitarios.
Cantaban los Unitarios: Religión o muerte/ vidalita/ dice tu pendón/ saqueas y matas/ vidalita/ y es tu religión.
Y desde el campamento federal solían responder: Perros unitarios/ vidalita/ nada han respetado/ vidalita /y a los inmundos estrnajis(extranjeros)/ vidalita/ ellos se han aliado.
Pero ninguna de estas fuerzas en pugna tenían una marcha o un himno, solo cantores o payadores que a la vez militaban en sus tropas.
Nace “La Internacional”
A fines del siglo XIX comenzaron a llegar contingentes de obreros que escapaban de las crisis económicas y la feroz represión europea a los movimientos reivindicativos de su clase.
Trajeron sus ideas proclives al socialismo y el anarquismo y también la música con que animaban sus reuniones.
Unos versos escritos en 1871 por Eugene Pottier durante la Comuna de París se dan a conocer el Lille, localidad al norte de Francia en 1877 y un año más tarde ya muerto su creador son musicalizados por Pierre Digeyter.
Porque se llama “La Internacional”
Un Congreso de líderes de los movimientos obreros llevado a cabo en Copenhague denominado Segunda Internacional en 1892, proclamó la marcha como el himno de los trabajadores.
Su letra ha sido traducida a casi todos los idiomas y en la versión latina más popularizada podemos traducir su primera estrofa:
Arriba los pobres del mundo/ En pie los esclavos sin pan/ y gritemos todos unidos/ ¡Viva la internacional!
La Marcha Radical
Así como el Radicalismo puede considerase como el primer partido orgánicamente constituido en el país, también se puede afirmar que la “Marcha Radical” grabada en 1925 con la melodía modificada “El soldado” del compositor italiano Eduardo Boccalini, introdujo definitivamente las marchas como evidencia identificadora de la ideología de cada organización política.
La letra comenzó a popularizarse en los años 20 como una versión libre de una marcha de los federales de Buenos Aires: “Adelante federales/ Adelante sin cesar/ Viva Juan Manuel de Rosas/ y el partido Federal.
En los comités barriales se cantaba: “Adelante radicales/ Adelante sin cesar/ Viva Hipólito Irigoyen/ Y el partido Radical.
La Marcha Peronista
El Coronel Juan Domingo Perón era Secretario de Trabajo y Previsión en 1944 cuando el Secretario de “La Fraternidad” José Domenech pronuncio en Rosario y ante miles de trabajadores de la Unión Ferroviaria y a modo de presentación las palabras que años más tarde darían origen al estribillo de la marcha: “El coronel Perón-dijo- es el primer trabajador de la Argentina”
Nombre oficial de la marcha
Oficialmente se llama: “Los muchachos peronistas” y fue cantada por primera vez en la Casa Rosada el 17 de octubre de 1948, siendo su versión más difundida la grabada en la voz de Hugo del Carril. Existe otra de la orquesta de Francisco Canaro y no pueden ignorarse la grabación de Héctor Maure, o las que se hicieron en tiempo de tango, jazz, carnavalito, chacarera, vals e incluso heavy metal.
El origen popular
Algunos autores retroceden en el tiempo y le dan origen a la melodía en las canciones de una murga de la Boca.
Lo que, si podemos afirmar que con letra de “turco” Mufarri y música de Juan Raimundo Streiff, el origen es la marcha del club Barracas Juniors que por los años veinte decía así: “Los muchachos de Barracas/ todos unidos triunfáremos/ y al mismo tiempo daremos/ un grito de corazón/ Dale campeón, dale campeón.
Aunque diversos compositores se han adjudicado la marcha, podemos decir que es de autor anónimo o mejor aún, que fueron los propios trabajadores los que establecieron aquello de: Perón, Perón/ Que grande sos/ Perón, Perón, gran conductor/ Sos el primer trabajador.
Bibliografía consultada:
Álvaro Yunque; “Historia de los argentinos”
Matsushita; “Movimiento obrero argentino””
Norberto Galasso; “La causa radical”
