20 años sin Margarita, la querida hermana de Isabel II: sus amores desafortunados y su adiós precoz
20 años sin Margarita, la querida hermana de Isabel II: sus amores desafortunados y su adiós precoz
PRINCESA REBELDE

20 años sin Margarita, la querida hermana de Isabel II: sus amores desafortunados y su adiós precoz

Se cumplen este miércoles dos décadas desde la muerte de la princesa Margarita, una mujer que renunció a su gran amor y que tuvo un insoportable final, con numerosos problemas de salud

Foto: La princesa Margarita, en 1958. (Getty/Hulton Archive/Victor Blackman)
La princesa Margarita, en 1958. (Getty/Hulton Archive/Victor Blackman)

Royals como Estefanía de Mónaco, Alexia de Holanda o, en su momento, el príncipe Harry se han ganado el apodo de 'rebeldes' por su carácter y actos. Pero hay una princesa que se ganó con creces esta denominación por sus años de juventud. Hablamos de Margarita, la hermana de Isabel II, de cuya muerte se cumplen este miércoles 20 años. Una persona que se ganó el corazón de los británicos especialmente por sus amores desafortunados y que dijo adiós de forma precoz, en parte por su estilo de vida, quizá no demasiado adecuado a una princesa de su época.

Si de algo pudo presumir Margarita es que fue la princesa británica de las 'primeras veces'. Nació siendo la segunda hija de los duques de York, sin que en ese momento se supiera que su padre, y mucho menos su hermana, ocuparían años después el trono británico. Y lo hizo en el castillo de Glamis, en Escocia, siendo el primer miembro de la familia real en más de 300 años que nacía en el país. Como casi toda su vida, su nacimiento también viene acompañado de un dato curioso, y es que sus padres tardaron algunos días en inscribirla para evitar que fuera la número 13 en el registro parroquial.

placeholder Isabel y Margarita, en 1933. (Getty)
Isabel y Margarita, en 1933. (Getty)

La escasa diferencia de edad que tuvo con su hermana, hoy reina Isabel II, hizo que fueran muy cercanas. Recibieron la educación habitual en su situación, con una institutriz dentro de su casa. Pero, además de la cercanía, también existía entre ellas cierta rivalidad, propia de la edad y del parentesco. Fueron inseparables, con algunas fricciones en momentos puntuales. Se dice incluso que en el apartamento del palacio de Kensington que recibió como regalo de bodas, en 1960, instaló una línea directa con Buckingham para poder hablar con su hermana con frecuencia.

Quienes hayan visto 'The Crown' habrán comprobado que el personaje de la princesa Margarita es retratado como una gran amante de las fiestas y del alcohol. Efecticamente, tuvo una época en la que eran pocas las fiestas, bailes y citas nocturnas que se perdía, todas bien regadas con alcohol y tabaco. Uno de los motivos por los que se metió en esta vorágine de diversión y vida social fue el hecho de romper su relación con el capitán Peter Townsend, al que se considera el gran amor de su vida y con el que incluso tuvo intención de casarse. Fue un importante capítulo en su vida que además supuso cierto distanciamiento con su hermana mayor.

Tenemos que trasladarnos hasta el día de la coronación de Isabel II. Aunque había ascendido al trono en febrero de 1952 -fecha de la que precisamente este domingo se han cumplido 70 años-, la ceremonia no tuvo lugar hasta 1953. Durante ese acto, un gesto de familiaridad de la princesa con el capitán hizo que la prensa no tardara en hablar de que había una relación entre ellos. No era un idilio cualquiera: además de la diferencia de edad -el capitán tenía 16 años más-, él estaba recién divorciado y tenía dos hijos. Una historia de amor a todas luces imposible para la hermana de la reina.

placeholder La princesa Margarita y Peter Townsend,  en 1951. (Getty)
La princesa Margarita y Peter Townsend, en 1951. (Getty)

Pero Peter y Margarita llegaron incluso a comprometerse, algo que Isabel II, como cabeza de la Iglesia anglicana, no podía permitir, al ser él un hombre divorciado. Corona y Gobierno pusieron la maquinaria en marcha para presentar diferentes alternativas. La monarca, que además acababa de asumir el trono, se debatía entre el amor por su hermana, para la que solo quería felicidad, y el deber. Así que pidió a la pareja que esperara unos años y, mientras, se envió a Peter Townsend a Bélgica, con la intención de que la relación se enfriara.

En 1955, el capitán regresó a Londres, por lo que se daba por hecho que, por fin, anunciarían el compromiso de un noviazgo que había encandilado a los británicos. Pero no fue así. En lugar de compromiso, Margarita anunció su ruptura: "Me gustaría hacer saber que he decidido no casarme con el capitán Peter Townsend. He sido consciente de que, sujeto a mi renuncia a mis derechos de sucesión, podría haber sido posible para mí contraer un matrimonio civil. Pero consciente de las enseñanzas de la Iglesia de que el matrimonio cristiano es indisoluble y consciente de mi deber con la comunidad, he decidido poner estas consideraciones antes que otras. He tomado esta decisión completamente sola y, al hacerlo, me he fortalecido con el apoyo y la dedicación inagotables del capitán Townsend".

Siempre quedó la duda de si había sido la reina Isabel quien había obligado a su hermana a renunciar a su gran amor o Margarita se dio cuenta de que tenía que hacer un sacrificio muy grande al que, a fin de cuentas, no estaba dispuesta.

placeholder Margarita y el capitán Townsend, en Ascot junto al duque de Edimburgo. (Getty)
Margarita y el capitán Townsend, en Ascot junto al duque de Edimburgo. (Getty)

Pasaron entonces unos años de fiestas, de bailes y de una etapa un tanto alocada de la princesa Margarita, que incluso llegó a comprometerse con otro hombre, Billy Wallace, con el que rompió al enterarse de que había tenido una aventura en las Bahamas. Y llegó por fin Anthony Armstrong-Jones, un fotógrafo al que conoció en una de esas fiestas y con el que cumplió otras dos de esas 'primeras veces' de la familia real británica. Una de ellas fue su boda, ya que fue la primera boda real que se retransmitió por la televisión nacional. La otra fue su divorcio, el primero que se daba en Buckingham desde 1901, cuando una nieta de la reina Victoria terminó su matrimonio con Ernesto de Hesse.

El matrimonio de Anthony y Margarita no estuvo exento de polémicas, aunque pasaron algunos años muy felices. No solo se rumoreaba que él era bisexual, sino que los nombres de supuestas amantes acompañaron prácticamente toda su relación, de la que nacieron dos hijos, David, actual conde de Snowdon, y Lady Sarah Chatto. Años más tarde, se supo que, además de amantes -entre ellas una que había durado 20 años-, el fotógrafo había tenido una hija ilegítima, nacida prácticamente a la vez que su boda con la princesa Margarita. Supuestamente, ella nunca supo la historia, puesto que no se confirmó hasta unas décadas después, con pruebas de ADN.

placeholder La boda de la princesa Margarita y Anthony Armstrong-Jones. (Cordon Press)
La boda de la princesa Margarita y Anthony Armstrong-Jones. (Cordon Press)

La distancia emocional que había entre el matrimonio hizo que ella también tuviera sus entretenimientos amorosos, por lo que a los nombres de Peter Tonwsend, Billy Wallace y Anthony Armstrong-Jones hay que añadir algunos. Uno de ellos es el de Robin Douglas-Home, con quien estuvo a finales de los años sesenta y principios de la década de los 70. Es quizá el final más triste de una de sus historias de amor, puesto que él acabó suicidándose año y medio después de que terminaran su relación. Más tarde, en 1973, conocería a otro hombre que se convirtió en uno de los motivos principales para que acabara su matrimonio.

Hablamos de Roddy Llewellyn, un hombre más joven que la princesa Margarita, al que visitaría en Escocia y con el que incluso viajaría a su casa en la isla de Mustique. En 1976, Margarita anunció su separación del conde de Snowdon y decidió continuar la relación con su amante. Como casi todas las que había tenido antes, Isabel II no aprobaba la relación, pero poco podía hacer contra los sentimientos de su hermana, una persona pasional y que ya había tenido que renunciar a muchas cosas por la Corona, por lo que no estaba dispuesta a hacer más sacrificios en aras del deber. Pero la decisión la tomaron por ella. Roddy Llewellyn rompió con la princesa Margarita en 1981, después de haberse enamorado de otra persona con la que estaba decidido a casarse.

placeholder La princesa Margarita, junto a la reina Isabel en 1958. (Cordon Press)
La princesa Margarita, junto a la reina Isabel en 1958. (Cordon Press)

Unos años después, y ya sin más relaciones amorosas conocidas, empezaron sus problemas de salud. En 1985, le extirparon parte del pulmón izquierdo como consecuencia de la adicción al tabaco que tenía desde su adolescencia. Dejó de fumar, pero siguió bebiendo en exceso, algo a lo que también fue muy aficionada durante toda su vida. En 1993 sufrió una neumonía y, cinco años después, un derrame cerebral. Solo habían pasado unos meses y no estaba completamente curada cuando sufrió un accidente en el baño que le provocó quemaduras severas que le afectaron a su movilidad.

En 2001 volvió a pasar por el hospital tras un accidente cerebrovascular, que también le provocó problemas de visión y parálisis en el lado izquierdo. Pudo celebrar el cumpleaños 101 de la reina madre, pero no llegó al Jubileo de Oro de su hermana. Margarita fallecía tal día como hoy en 2002. El destino quiso que fuese enterrada en la misma fecha y en el mismo sitio que su padre, el rey Jorge VI, al que idolatraba, 50 años antes.

Así fue la vida de una de las primeras princesas rebeldes, marcada por sus amores desafortunados y por la relación con su hermana Isabel II. Una mujer con carácter que tuvo que renunciar a muchas cosas, pero que también reivindicó sus sentimientos. Su divorcio, el primero al que tendría que enfrentarse la monarca británica, abrió, sin saberlo, la veda para sus sobrinos, los príncipes Ana, Carlos y Andrés, que ya se encontraron con un camino, hasta entonces prácticamente cerrado para los Windsor, completamente abierto.

Royals como Estefanía de Mónaco, Alexia de Holanda o, en su momento, el príncipe Harry se han ganado el apodo de 'rebeldes' por su carácter y actos. Pero hay una princesa que se ganó con creces esta denominación por sus años de juventud. Hablamos de Margarita, la hermana de Isabel II, de cuya muerte se cumplen este miércoles 20 años. Una persona que se ganó el corazón de los británicos especialmente por sus amores desafortunados y que dijo adiós de forma precoz, en parte por su estilo de vida, quizá no demasiado adecuado a una princesa de su época.

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