Maestra permiso - Por: Douglas Zabala

Maestra permiso

En homenaje a todos los Maestros y Maestras en su día

Quien no recuerda a su Maestro o a su Maestra del primer grado o del cualquier grado. La maestra mas bonita que yo tuve fue la Maestra Elsa y la Maestra que me regañó hasta que Dios se la llevó pal el cielo ya viejito, fue la Maestra Margarita, mi Madre, quien con mucho orgullo toda la vida fue la Maestra de la Escuelita que siempre hubo en la enramada de mi casa.

Eso de celebrar el día del Maestro en Venezuela nos vino a raíz de que el 15 de enero de 1932 se fundó en Caracas la Sociedad de Maestros de Instrucción Primaria. Habrá siempre que resaltar que aquella fundación, aunque aparecía como una simple "Sociedad" no dejaba de ser un reto, dado que el país se encontraba bajo la férula de Juan Vicente Gómez.

Claro está, no sería sino hasta el año de 1936 cuando los Maestros ya con mayor conciencia gremialistas resuelven convocar la Primera Convención Nacional del Magisterio, y allí mismo se resolvió dar los primeros pasos para la constitución de la Federación Venezolana de Maestros.

En este día del Maestro es inevitable referirnos a Luis Beltrán Prieto Figueroa, quien desde su ejercicio de Maestro dejó un legado fundamental, no solo para Venezuela sino para América Latina. Su trabajo está inserto dentro de la filosofía del humanismo democrático y en sintonía con su credo, el cual siempre repetía: "A través de la educación se forja la nación, se orienta el porvenir y se impulsa el progreso de los pueblos".

Otro Maestro insigne y quien marco pauta en nuestro libertador Simón Bolívar fue el Maestro Simón Rodriguez. Rodriguez fue hombre de virtud acrisolada, de generoso corazón, de gran sinceridad, de luminoso y elevado entendimiento, de bellos ideales. Fue alma de bien y de verdad. Fue apóstol incansable de civilización, de cultura y de progreso. Fue sembrador de buenas vidas.

El Maestro Don Simón sabía que el hombre de talento no debe prostituirse ni engañar. Sabía que el hombre consciente de sus actos y responsabilidad no es lo mismo que el especulador soez, que mañanea al negocio y anochece en la pitanza descarada. Lo indignaba el adulón; el vividor le daba asco; del hacedor de antesalas se dolía; contra el farsante protestaba. Así era el maestro del libertador.

Maestros como Rómulo Gallegos sería imposible de pasar por alto en este día. En su constante fluir, Rómulo Gallegos comenzó su carrera de Maestro en los días cuando Juan Vicente Gómez, gobernaba la Venezuela rural con cepo y grillete. En 1936, al desaparecer el Dictador, el presidente Eleazar López Contreras, lo nombra ministro de Educación. Cartera en la cual tuvo poco tiempo, porque sus esfuerzos por promover reformas, fueron torpedeados por el viejo régimen que aún permanecía intacto.

El Maestro Gallegos nos sigue invitando al paseo maravilloso del espléndido mundo donde el venezolano, como el mismo Orinoco que el describe, nunca deja de fluir: «Agua de monte a monte. Agua para la sed insaciable de las bocas ardidas por el yodo y la sal. Agua de mil y tantos ríos y caños por donde una inmensa tierra se exprime para que sea grande».

Otro gran Maestro representante de nuestra venezolanidad fue el recordado Cecilio Acosta. Este gran venezolano aparte de su profesión como maestro sería un Importante escritor, periodista, abogado y exponente del humanismo durante la segunda mitad del siglo XIX en el país.

Acosta, en 1856, decide publicar uno de sus ensayos de mayor importancia, el cual tituló: "Cosas sabidas y cosas por saberse" y lo escribió en forma de carta, dirigida a un amigo suyo. En esta, su obra más conocida, explaya de forma fresca y amena sus ideas pedagógicas, aplicadas a la realidad venezolana.

Para este ilustre venezolano, los temas que a su juicio debían ser claves para el desarrollo del país eran entre otros la industria, la propiedad, la electricidad, la imprenta, el vapor, el telégrafo, así como los trabajos de síntesis histórica y discernimiento jurídico, cuyo eje es la meditación sobre el progreso y lo civilizado, y el análisis de la instrucción que requería Venezuela para alcanzarlos.

Yo no tuve Maestros que me dieran clases en mi educación primaria, pero de seguro que mis Maestras todo me lo enseñaron de lo aprendido de esos Maestros, que por generaciones han servido de ejemplo para la construcción de la patria.

Maestra permiso pá retirarme, ya cumplí la tarea de hoy.



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