realeza

'The Crown': Lo que realmente ocurrió cuando la princesa Margarita conoció al presidente Johnson

En noviembre de 1965, la princesa Margarita de Inglaterra acudió a una cena memorable en la Casa Blanca, ¿qué hay de verdad y qué de ficción?
princess margaret
President Lyndon Johnson, Princess Margaret, Lady Bird Johnson, and Lord Snowdon pose for photographers in the Queen's room at the White House November 17th, prior to a dinner-dance in honor of the Princess and Lord Snowdon.Photo: Getty Images

El 17 de noviembre de 2017 de 1965, a las 8 de la tarde, el presidente Lyndon B. Johnson celebró una velada de cena y baile en la Casa Blanca en honor de la princesa Margarita y su marido, Lord Snowdon. La reducida lista de 140 invitados incluía, según informó The New York Times, a Ted Kennedy, Kirk Douglas, Henry Ford, George Hamilton y varios miembros de la familia Rockefeller. Y si bien lo que ocurrió en el Salón de Estado quedó oculto tras sus puertas durante más de 50 años, hoy la opinión pública ha podido asomarse a sus secretos, al menos, reimaginados.

Precisamente con aquella fiesta arranca la trama central de la tercera temporada de The Crown, recién estrenada en Netflix el pasado domingo. A lo largo de un sensacional episodio —cargado de palabrotas, copazos y asuntos de importancia nacional— se narran los hechos de aquella cena, quién sabe con cuánto de verdad y cuánto de ficción.

Antes de abordarlo en profundidad, una advertencia: este post contiene spoilers de The Crown (aunque muchos de ellos son, en fin, historia).

Comencemos por la ambientación: la serie se ha esforzado al máximo por reflejar el contexto que rodeó tal reunión y retrata una Gran Bretaña económicamente al borde del desastre que había visto deteriorarse sus relaciones con EE.UU. Esto fue verdad: el Imperio británico perdía paulatinamente sus colonias y sus finanzas se debilitaban al tiempo que perdía su influencia como potencia mundial. Tampoco hizo mucho por apoyar la escalada bélica de Estados Unidos en Vietnam, lo que abrió una brecha entre ambos gobiernos. En su libro Twentieth-Century Anglo-American Relations, Sylvia A. Ellis describía como “la mayoría de estudiosos de las relaciones angloamericanas suscriben que la alianza entre Gran Bretaña y EE.UU. se debilitó significativamente de mediados a finales de los años 60, y han argumentado que tal declive se personificó, tal vez incluso se aceleró, por la fría o al menos tibia relación personal entre Wilson y Johnson”. Y si bien el primer ministro Harold Wilson visitó la Casa Blanca en numerosas ocasiones, Johnson no le devolvió el gesto al británico ni una sola vez durante su mandato.

De modo que si bien no está comprobado que la reina Isabel II le escribiera una sentida carta a su hermana detallándole la vital importancia que esa cena tenía para el país, sí que entró en juego un subtexto muy jugoso de complicadas relaciones internacionales.

Tal y como se pinta en The Crown, la noche fue tan extravagante como alborotada. Pero ¿cuánto de lo que cuenta la serie sucedió en realidad? Por suerte, dentro había periodistas. The New York Times lo describió como “un baile-cena reducido pero espectacular como pocos”. Se sirvió pichón asado, ensalada de palmitos y un glaseado praliné; y, según todas las informaciones, Margarita no llevo tiara en esa ocasión pero sí un asombroso juego de diamantes. Tanto la princesa como el presidente Johnson intercambiaron corteses discursos: The Washington Post relataba que Johnson brindó por la amistad entre ambos países “con la esperanza de que nunca se debilite”. Por su parte, Margaret dio las gracias a Norteamérica. por su hospitalidad: “Lo estamos pasando maravillosamente en Estados Unidos. La hospitalidad y el buen trato que hemos recibido en todas partes nos ha emocionado grandemente y gracias a ello nos llevamos a casa recuerdos sumamente felices”.

Fue después de la cena, cuando la fiesta se trasladó a la Sala Este, cuando la cosa se empezó a animar.

El presidente y la princesa bailaron juntos al son de “Everything’s Coming Up Roses”. Mientras tanto, Lord Snowdon se entregó a los “temas rock ’n’ roll” con “enorme gusto y habilidad durante toda la noche”. Tal y como observaba por entonces un reportero del New York Times, “hubo risas y cháchara; Margarita se fumó un cigarrillo en una larga pipa y todo el mundo parecía absolutamente relajado”.

Y ahí soltó Johnson esa cita picarona con la que aconsejaba a Lord Snowdon cómo hacer feliz siempre a su esposa: “Primero, déjale que piense que se sale con la suya. Y segundo, ¡que se salga con la suya!”.

Pero ¿qué hay del concurso picante de limericks? Ningún artículo lo menciona (y, para ser justos, si pasó de verdad, no había narices a publicarlo). En cualquier caso, la fiesta se alargó hasta la madrugada: la princesa se marchó a la 1.35 a.m. y los Johnson se retiraron escaleras arriba hacia las 2. Parece que, en realidad, sí que hubo juerga.

Este artículo se publicó originalmente en Vogue.com

Reina Isabel II años ochenta
El estilo de la reina Isabel II
Gallery20 Fotos
Ver fotos