Comedia en femenino, por Sergi Pàmies

Comedia en femenino

Hemos superado, no sé si con éxito o con secuelas irreparables, las semanas bocadillo. Es un periodo que abarca los últimos días del año que termina y la primera semana del año que comienza. Para cubrir los turnos de vacaciones (y los de confinamiento sobrevenido), hay que preparar contenidos fáciles de enlatar. En el ámbito de la tele y, sobre todo, de las series, la solución es tan fácil como previsible: lista de las mejores series del año antes del 31 de diciembre y, a partir del 1 de enero, lista de las series a estrenar en el 2022. Es un género coherente con otras listas que recapitulan noticias o gestas en ámbitos diversos (libros, discos, películas...) Aplicado a las series, contribuye a aumentar la presión socio-cultural, sobre todo cuando se acompaña del sensacionalismo de la expectación, que las define como “las series que no deberías haberte perdido” o “las series que no deberías perderte”. Como todas las jerarquías, se juega con una competitividad inexistente (las series estrenadas o por estrenar no han sido concebidas para competir) y con una especie de recompensa de prestigio para los que tienen la disciplina de, poniendo a prueba su paladar hasta la saturación, verlo todo.

ELLAS. Personajes femeninos dignos, divertidos, inteligentes como únicos protagonistas de una buena comedia ambientada en Las Vegas. Estos son los ingredientes de Hacks (HBO Max), la serie que cuenta las tensiones generacionales no resueltas entre una comediante al límite de la decadencia y una guionista de la generación Z sometida a las contradicciones, ínfulas e incertidumbres de su tiempo. El punto de vista femenino no está representado como curiosidad antropológica o cuota proporcional sino que ES la sustancia de la historia. La interpretación de Jean Smart, a la que hemos visto en producciones tan diversas como 24 o Mare of Easttown , es fabulosa. Experiencia y matices a partir de los diálogos, un poco en la línea de Michael Douglas y Alan Arkin en El método Kominsky . El equilibrio entre la causticidad entendida como coraza defensiva y la emoción contenida como forma de comunicación es perfecto. Resultado: a medida que vas consumiendo los diez capítulos de la primera temporada, no sabes si quieres que no se acabe nunca o que hagan una segunda temporada –ya está programada– que esté a la altura.

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