El movimiento que cambió Europa

La Revolución Francesa: el fin del Antiguo Régimen

El proceso revolucionario acabó con el Antiguo Régimen y consagró la libertad y la igualdad ante la ley, bases del actual Estado de derecho. Con ella se inicia la Edad Contemporánea.

La toma de la Bastilla. Cuadro pintado por Jean-Pierre Houël y expuesto en la Biblioteca Nacional de Francia. 

Foto: PD

La Revolución Francesa representó el fin del Antiguo Régimen y el inicio de la modernidad, que en cierto modo sigue siendo la época que disfrutan los franceses en la actualidad. Luis XVI encarnó la contradicción entre dos épocas contrapuestas. Convencido, como cualquier monarca de su tiempo, de que reinaba sobre todos los franceses por derecho divino y de que, por tanto, no tenía la obligación de rendir cuentas a nadie, el rey se enfrentó a una situación completamente nueva para él y que nunca llegaría a comprender.

De hecho, Luis XVI aceptó, aunque contra su voluntad, la convocatoria en 1788 de una Asamblea Nacional para debatir la crisis financiera en que se hallaba sumido el país y en la que el pueblo llano reclamaba que cada voto fuera individual y no por estamentos, como hasta aquel momento. El monarca no creyó que aquella iniciativa fuera a prosperar, pero acabaría dándose cuenta de la gravedad de la situación cuando se produjo el asalto popular contra la Bastilla, verdadero detonante de la Revolución Francesa.

Causas de la Revolución Francesa

Aquel 5 de mayo de 1789, y guiados por el lema "libertad, igualdad, fraternidad", la ciudadania francesa, harta de vivir en la miseria mientras la monarquía y la nobleza disfrutaban de todos los privilegios, desobedecieron a la autoridad monárquica que había regido sus vidas desde tiempos inmemoriales y transmitieron al mundo la señal inequívoca de que un nuevo futuro era posible.Un tiempo en el que la democracia, liderada por un Gobierno republicano, hiciera posible el desarrollo de los derechos fundamentales de todos los franceses.

Libertad guiando al pueblo. Cuadro pintado por Eugène Delacroix en 1830 y expuesto en el Museo del Louvre.

Foto: PD

En la actualidad, la Revolución francesa es considerada por la mayoría de los historiadores como el acontecimiento sociopolítico que marcó el inicio de la época contemporánea en Europa. Fue un hecho que conmocionó al mundo entero y sus postulados se extenderían por todos sus rincones del planeta. Las causas de la Revolución francesa tienen su origen en la falta de libertades individuales, la pobreza extrema y la desigualdad que existía en Francia durante el reinado de Luis XVI y María Antonieta. Pero también el clero y la aristocracia gobernaban con un poder despótico y sin límites. El rey tomaba decisiones arbitrarias y sin consulta previa, creaba impuestos nuevos, disponía de todos los bienes de sus súbditos y tenía la potestad de declarar la guerra o de firmar la paz.

La toma de la Bastilla, cuadro pintado por el artista Charles Thévenin (Musée Carnavalet).

Foto: Cordon Press

Asimismo, el rey tenía el control total sobre la libertad de expresión de todos sus súbditos, censurando cualquier idea, pensamiento o acción que fuera considerada fuera de lugar o inconveniente. A todo ello debería añadirse la cantidad de privilegios sociales y económicos de que disfrutaban la aristocracia y los estamentos religiosos a costa de una ciudadania que apenas podía mantenerse. En esta situación de miseria generalizada lograban sobrevivir algunos comerciantes y una incipiente burguesía a la que se consideraba de igual manera “pueblo llano”.

Fechas clave de la Revolución francesa

La Revolución francesa no tuvo lugar, sin embargo, en un sola jornada. Los acontecimientos que le dieron forma se sucedieron durante años y algunos se caracterizaron por actos de extrema violencia. Algunos de sus hitos más importantes y decisivos son los siguientes:

  • 20 de junio de 1789. Juramento del Jeu de Paume. Tras haberse constituido como Asamblea Nacional, los representantes del tercer estado (el pueblo llano) se reúnen y juran solemnemente no separarse hasta dotar a Francia de una constitución.
  • 14 de julio de 1789. Toma de la Bastilla. La destitución de Jacques Necker como ministro de Finanzas y los rumores sobre preparativos militares provocan el levantamiento armado de los parisinos.
  • 26 de agosto de 1789. Declaración de los Derechos del Hombre y del Ciudadano. La Asamblea Nacional aprueba esta Declaración, cuyo primer artículo establece que “los hombres nacen y viven todos iguales en derechos”.
  • 5 de octubre de 1789. Marcha sobre Versalles. Liderados por las mujeres que trabajaban en los mercados de París, una multitud de más de 7.000 parisinos marcharon hacia Versalles exigiendo pan y reformas políticas.
  • 21 de junio de 1791. Huida de Varennes. La familia real emprende la huida desde las Tullerías, pero son descubiertos y detenidos en la localidad de Varennes y desde allí devueltos a París.
  • 10 de agosto de 1792. Derrocamiento de la Monarquía. Tiene lugar una insurrección que pone fin a la monarquía absolutista de Luis XVI. La multitud, compuesta por insurgentes, miembros de las secciones parisinas y los llamados sans-culottes asalta el palacio de las Tullerías.
  • 2 y 3 de septiembre de 1792.Masacres en las prisiones. Aunque el objetivo de los asaltantes era el de asesinar solo a “contrarrevolucionarios” la realidad es que aquel día murieron entre 1.100 y 1.400 presos comunes, incluida la princesa de Lamballe, cuya cabeza fue exhibida en la ventana de la torre de la prisión del Temple.
  • 21 de septiembre de 1792.Instauración de la República. La Convención se reúne para declarar abolida la Monarquía y proclama la República.
  • 21 de enero de 1793. Ejecución de Luis XVI. Tras ser juzgado y condenado por la Convención, Luis XVI es guillotinado ante una multitud expectante en la plaza de la Revolución. Aquel día las monarquías inglesa y española se sumaron a los países que estaban en guerra contra la República francesa.
  • 10 de marzo de 1793. Creación del Tribunal Revolucionario. El Tribunal fue impulsado por la Comuna insurreccional de París con el objetivo de perseguir a todos aquellos que opusieran a la insurrección y a defender el palacio de las Tullerías.
  • 31 de mayo a 2 de junio de 1793.Golpe de Estado jacobino. La alianza entre jacobinos y los enragés (grupo radical) con apoyo de la Comuna moviliza a las secciones de París contra los líderes moderados de la Convención. Tras el arresto domiciliario de 29 de sus miembros y dos ministros se aprueba la Constitución republicana, que finalmente nunca entrará en vigor.
  • 27 de julio de 1793. Robespierre entra en el Comité de Salud Pública. Con la renovación casi total del Comité a principios de julio, Danton es reemplazado por un Gobierno jacobino y la incorporación de Robespierre al Gobierno supone el inicio del Terror.
  • 16 de octubre de 1793. Ejecución de María Antonieta. La reina es guillotinada tras un juicio público en el Tribunal Revolucionario en el que se la llega a a acusar de mantener relaciones incestuosas con su hijo.
  • 5 de abril de 1794. Ejecución de los dantonistas. Los llamados "indulgentes", con Danton a la cabeza y Camille Desmoulins como portavoz periodístico, son guillotinados junto al revolucionario de origen español Andrés María de Guzmán.
  • 8 de junio de 1794. Fiesta del Ser Supremo. La Convención rinde homenaje a Robespierre, en calidad de presidente de la Asamblea. Llega a ejercer como “pontífice” para escándalo de los sectores partidarios del ateísmo.
  • 28 de julio de 1794. Golpe de estado de Termidor. la Revolución Francesa vivía sus momentos más difíciles y trágicos. Robespierre fue acusado de “tiranía”. Al haber sido declarado hors la loi (fuera de la ley) tanto él como sus aliados son arrestados y guillotinados sin juicio previo.
  • 9 de noviembre de 1799. Napoleón toma el poder. Tiene lugar el Golpe de Estado en el que Napoleón Bonaparte, recién llegado de Egipto, derroca al Directorio y toma el poder como primer cónsul.

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Protagonistas de la Revolución Francesa

Como hemos visto, la Revolución Francesa fue un conflicto que enfrentó al tercer estado, compuesto por la mayoría de la población, carente de privilegios jurídicos y económicos, con los estamentos privilegiados, la monarquía y la nobleza, liderados por el monarca, Luis XVI, sus consejeros y colaboradores. Pero los revolucionarios tampoco fueron un conjunto homogéneo que mostrase ideas totalmente afines.

Es más, dentro de las mismas facciones había dos bandos enfrentados entre sí: los jacobinos, más radicales, y los girondinos, que planteaban postulados más moderados. Ambos competían ferozmente por hacerse con el control de las acciones revolucionarias, y sus diversos protagonistas desempeñarían un papel crucial en el devenir de los acontecimientos.

Los hechos que desembocaron en la Revolución Francesa tuvieron como indiscutible protagonista a Luis XVI, el rey de Francia. Luis había nacido en Versalles en 1754, y ascendió al trono con tan solo once años (su hermano mayor había muerto cuatro años antes). Aunque, en realidad, Luis XVI era un hombre más interesado en las ciencias y en las letras que en los asuntos políticos y administrativos. Durante su infancia, el príncipe aprendió latín e inglés, y demostró tener un carácter tímido y bondadoso. En 1770 se casó con la joven María Antonieta, hija de la emperatriz María Teresa de Austria. Pero su vida tranquila y aparentemente sin complicaciones se vino abajo cuando tuvo que convocar a los Estados Generales ante la presión popular, ya que hasta aquel momento solo el tercer estado contribuía al mantenimiento de las arcar reales. El objetivo popular era que la privilegiada nobleza contribuyera de manera efectiva en dicho proceso. Finalmente, tras la toma de la Bastilla y su intento de fuga, Luis XVI murió en la guillotina el 21 de enero de 1793.

En 1770 se casó con la joven María Antonieta, hija de la emperatriz María Teresa de Austria.

Retrato de Luis XVI realizado entre los años 1778 y 1779 por el artista Antoine-François Callet (Museo del Prado, Madrid).

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La esposa del monarca, la reina María Antonieta era una figura sumamente impopular. A María Antonieta le gustaba dedicarse al juego y a otros placeres bastante caros, para lo que invertía gran parte del erario público. En julio de 1785, la reina fue la protagonista del conocido "escándalo del collar", donde se le reclamó el pago de un collar de diamantes que en teoría había comprado por mediación del cardenal Rohan, aunque ella siempre lo negó. Aquel escándalo acabó hundiendo la imagen pública de la reina, a la cual el pueblo consideraba el vivo ejemplo del desenfreno y del derroche. Al final, con la caída de la monarquía, María Antonieta pasó siete años encarcelada en la prisión de la Conciergerie y su trágico final en la guillotina fue plasmado por el artista francés Jacques-Louis David, conocido como "el pintor de la Revolución".

A María Antonieta le gustaba dedicarse al juego y a otros placeres bastante caros, para lo que invertía gran parte del erario público.

Retrato de Maria Antonieta realizado en el año 1778 por la artista Élisabeth Vigée Le Brun (Palacio de Versalles).

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Aunque uno de los detonantes de la Revolución francesa fueron los graves problemas financieros por los que atravesaba el país, hay que decir que el político y financiero Jacques Necker, ministro de Hacienda en la corte de Luis XVI, fue un hombre que intentó por todos los medios a su alcance reconducir la dramática situación. Pero sus reformas fiscales encontraron una férrea oposición, sobre todo entre la nobleza, que temía perder su poder y sus privilegios. La bancarrota del Estado en 1788 obligó al rey a llamar a Necker y este le convenció de que era preciso convocar unos Estados Generales que afrontarán reformas en profundidad. Pero a pesar de todos sus intentos, Necker fue cesado por el rey debido a las fuertes presiones a las que el monarca estaba sometido, y este hecho fue uno de los principales detonantes del incremento del malestar entre las clases populares que desembocaría en la toma de la Bastilla. Finalmente, tras la Revolución, Necker acabó exiliándose en Ginebra debido a su oposición a las medidas radicales adoptadas por los jacobinos.

Uno de los detonantes de la Revolución francesa fueron los graves problemas financieros por los que atravesaba el país.

Grabado de Jacques Necker realizado en el año 1789.

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Pero entre la nobleza, también hubo quien apoyó el proceso revolucionario, como Marie Joseph Paul Yves Roch Gilbert Motier, marqués de Lafayette. Este político y militar francés, que estuvo al servicio del rey Luis XVI, fue elegido representante de la nobleza para los Estados Generales de 1789 y, sorprendentemente, apoyó abiertamente el proceso revolucionario. Tras la Fuga de Varennes protagonizada por Luis XVI y su familia, fue el propio Lafayette quien escoltó al rey a su regreso a París. Pero los acontecimientos tomaron un cariz que Lafayette no había previsto (de hecho, criticó la creciente influencia de los radicales en 1792) y el 14 de agosto, el entonces ministro de Justicia, Georges-Jacques Danton, lanzó una orden de arresto contra él. Lafayette marchó a Bélgica y, tras numerosas vicisitudes, fue Napoleón quien lo liberaría en 1800 y le devolvería la ciudadanía francesa.

Pero entre la nobleza, también hubo quien apoyó el proceso revolucionario, como Marie Joseph Paul Yves Roch Gilbert Motier, marqués de Lafayette.

Retrato del Marques de Lafayette realizado en el año 1834 por el artista Joseph-Désire Court (Palacio de Versalles).

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En cuanto a los revolucionarios, como hemos visto, no compartían formas de actuar, aunque pudiesen estar de acuerdo en los fines. Entre ellos, tal vez uno de los más famosos y que ha pasado a la historia por su rigor moral, su fanatismo y su fidelidad a los ideales revolucionarios sea Maximilien Robespierre, apodado el "incorruptible". Fue un abogado, escritor, orador y político, y un implacable líder jacobino responsable de instaurar el conocido como régimen del Terror. Robespierre impuso una férrea represión contra todo aquel que considerase un disidente, con el objetivo de evitar cualquier actuación contrarrevolucionaria que pretendiese hacer fracasar la Revolución. Bajo el liderazgo de Robespierre se estima que más de 40.000 personas murieron en la guillotina o por otras causas. Finalmente, tras su cese durante la Convención Termidoriana, Robespierre fue arrestado y guillotinado sin juicio previo el 28 de julio de 1794.

Bajo el liderazgo de Robespierre se estima que más de 40.000 personas murieron en la guillotina o por otras causas.

Retrato de Robespierre realizado por el artista Pierre Roch Vigneron en el año 1790 (Palacio de Versalles).

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Pero hubo otros que, al igual que Robespierre, se ganaron fama de radicales revolucionarios, como Jean-Paul Marat, que se caracterizó por sus ataques furibundos al rey, al ministro Necker e incluso al marqués de Lafayette a través de sus publicaciones en los periódicos L'Ami du Peuple y en el Journal de la Republique. En sus artículos, Marat condenaba ferozmente el Antiguo Régimen, apoyaba los ideales de la Revolución, en especial la libertad de expresión, y publicaba listas con los nombres de los supuestos enemigos de la causa. En 1793 fue asesinado por Charlotte Corday, seguidora de los girondinos, mientras tomaba uno de sus baños curativos para paliar los sufrimientos que le causaba una enfermedad cutánea.

Jean-Paul Marat se caracterizó por sus ataques furibundos al rey, al ministro Necker e incluso al marqués de Lafayette.

Retrato de Jean-Paul Marat realizado en el año 1793 por el artista Joseph Boze (Musée Carnavalet).

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Finalmente, entre los líderes jacobinos destaca también George-Jacques Danton, un político que compartía muchas de las ideas y filosofía de los jacobinos, pero que hacía gala de un talante más contemporizador. En un principio, Danton se erigió como uno de los líderes más carismáticos de la Revolución y recibió el ferviente apoyo del pueblo por sus grandilocuentes discursos pronunciados con una enérgica y subyugante oratoria. Pero sus diferencias con Robespierre serían la causa de su abrupto final. Como presidente del Comité de Salvación Pública, Danton fue acusado de corrupto, y aunque se retiró de la política y de la vida pública no se libró de comparecer ante el Tribunal Revolucionario, que lo declaró culpable y ordenó su ejecución en la guillotina el 5 de abril de 1794.

Danton se erigió como uno de los líderes más carismáticos de la Revolución y recibió el ferviente apoyo del pueblo.

Retrato de George Jacques Danton pintado en el año 1790 por un artista desconocido (Musée Carnavalet).

Foto: Cordon Press

Consecuencias de la Revolución Francesa

Las consecuencias de la Revolución Francesa son complejas, y sus repercusiones son visibles aún en la actualidad. Una de la principales fue el fin de la monarquía y de los privilegios del clero y la nobleza. De aquella manera se iniciaba un cambio que subvertía el orden feudal europeo imperante en muchos países, en los que germinó la semilla del cambio. Mientras Europa contemplaba con horror la decapitación de los reyes de Francia, en otros lugares, como en el continente americano, las colonias españolas, por ejemplo, empezaban a alimentar sus ansias de independencia con las ideas revolucionarias francesas, lo que provocaría que años después la Corona española tuviese que vivir sus propios procesos revolucionarios.

Algunas de las consecuencias de la Revolución Francesa fue el fin de la monarquía y de los privilegios del clero y la nobleza.

Así, con el surgimiento del nuevo orden político y social hijo de la Revolución, empezó a cambiar la economía y el poder dentro de Francia. De hecho, la Revolución trajo consigo un profundo cambio en los modos de producción, lo que permitió que se implantara la ley de la oferta y la demanda, y se vetase la intervención del Estado en asuntos económicos. Todos estos cambios fueron el resultado de una sucesión de acontecimientos, algunos caracterizados por una extrema violencia, que parecieron sumir al país en el caos. Asimismo, tras la ejecución de sus monarcas, el país tuvo que enfrentarse con sus vecinos europeos, constituidos en lo que se conoce como Primera Coalición (1792-1797), que declararon la guerra a la Francia revolucionaria con la intención de restituir de nuevo la monarquía.

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En medio de toda esta vorágine de cambios, la pujante burguesía pasará a ocupar el lugar que dejó vacante la aristocracia como clase dirigente, lo que acabará provocando una lenta transición hacia el mundo moderno en toda Europa. Y es que la Revolución francesa permitió que por primera vez a los hombres más humildes tener ciertos derechos. La famosa consigna "Libertad, igualdad, fraternidad o la muerte" daría pie a la primera Declaración de los Derechos del Hombre y del Ciudadano (26 de agosto de 1789), que inspiraría la actual carta de Derechos Humanos. Por primera vez se empezó a legislar para todo el mundo por igual sin distinguir su procedencia social, credo o raza, y se abolió la prisión por deudas. Pero ¿qué pasó con las mujeres? ¿Lograron también derechos?A pesar de que no se trató en absoluto de una revolución feminista (de hecho, las mujeres no tenían derecho al voto) sí se otorgó a la mujer un papel más activo en la construcción del nuevo orden social. Todo ello desembocó en la promulgación de la primera constitución francesa (3 de septiembre de 1791), que garantizaba los derechos adquiridos durante el proceso revolucionario y reflejaba el espíritu liberal de la economía y la sociedad en el nuevo orden nacional que se había establecido.

La famosa consigna "Libertad, igualdad, fraternidad o la muerte" daría pie a la primera Declaración de los Derechos del Hombre y del Ciudadano (26 de agosto de 1789).

Declaración de los Derechos del Hombre y del Ciudadano.

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Asimismo, una de las consecuencias más importantes de la Revolución francesa fue la separación entre Iglesia y Estado, un hecho fundamental en la transición hacia el modernos Estado laico. Aquello trajo consigo un hecho inédito: la expropiación de los bienes de la Iglesia y del clero, así como la reducción de su poder político y social. Todas las rentas que la Iglesia cobraba al pueblo por servicios públicos fueron traspasadas al Estado, y todas sus tierras y bienes, así como de los de la aristocracia, fueron vendidos a campesinos acomodados y burgueses leales a los postulados de la Revolución.

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Finalmente, la llegada de Napoleón Bonaparte al poder y su proclamación como emperador el 2 de diciembre de 1804 culminó con la creación de un Gobierno monárquico de nuevo en Francia. Mediante un golpe de Estado contra el Directorio, Napoleón había tomado las riendas de una nación sumida en una profunda crisis social tras la sangrienta persecución contra los contrarrevolucionarios y disidentes llevada a cabo por los líderes jacobinos. Y aunque el nuevo orden creado por Napoleón parecía revestirse de una pátina republicana, tenía en realidad un marcado corte absolutista. De hecho, el corso acabaría llevando a Francia a una carrera desenfrenada por conquistar del mundo, que tuvo un abrupto final. Tras una serie de desastres bélicos, el imperio de Bonaparte vería el principio del fin en 1815 con la derrota en la batalla de Waterloo.

la llegada de Napoleón Bonaparte al poder y su proclamación como emperador el 2 de diciembre de 1804 culminó con la creación de un Gobierno monárquico.

Retrato de Napoleon Bonaparte pintado en el año 1812 por el artista Jacques-Louis David (National Gallery of Art).

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Pero no fue ese el fin del espíritu revolucionario. Tras una breve recuperación del poder por Napoleón y una serie de restauraciones monárquicas, se sucedieron en Europa en los años siguientes varios procesos revolucionarios más, primero en 1830 y después en 1848, un año que fue conocido como el Año de las Revoluciones y en el que en Francia se proclamó la Segunda República. El legado de la Revolución francesa seguía muy vivo.

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