La gran duquesa María Vladimirovna Romanova impacta en la boda de su hijo: 'look' en azul empolvado y detalles de piel

La espectacular boda imperial ha tenido lugar en la Catedral de San Petersburgo.

La gran duquesa María Vladimirovna Romanova.

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Todo un espectáculo de grandiosidad y lujo. Así ha sido la gran boda imperial de Jorge Romanov y la escritora Rebecca Bettarini en la Catedral de San Petersburgo unos días después de darse el 'sí, quiero' en una ceremonia civil en el Ayuntamiento de Moscú. El templo ortodoxo recibía este viernes por la mañana a los más de 400 invitados a la ceremonia, entre los que se encontraban Miriam de Hungría, princesa de Tirnovo, Margarita Vargas y Luis Alfonso de Borbón, entre otros.

La gran duquesa María Vladimirovna Romanova en la boda de su hijo Jorge.

Gtres

Sin duda, una de las más esperadas en este enlace era la orgullosa madre del novio, la gran duquesa María Vladimirovna Romanova, que ha llegado acompañada por Kirill Nemirovich-Danchenko, asesor de la cancillería de la gran duquesa. Para la boda de su único hijo, María Vladimirovna ha elegido un vestido liso y recto con abrigo a juego en un tono azul empolvado con puños y el cuello de pelo que también decoraba su tocado a modo de diadema de estilo ruso y en el mismo tejido del vestido. Como accesorios, la gran duquesa ha optado por un original clutch cuadrado y rígido en tonos marrones y nude de nácar, y unos espectaculares pendientes en forma de lágrima.

La madre de Jorge Romanov se casó el 22 de septiembre de 1976 en Madrid con el príncipe Francisco Guillermo de Prusia, perteneciente a la dinastía Hohenzollern, ya que es bisnieto del último emperador de Alemania, Guillermo, y tataranieto de Victoria I. Francisco Guillermo se convirtió a la fe ortodoxa antes de la boda (igual que ha hecho ahora la ya mujer de su hijo), tomando el nombre de Michael Pávlovich y recibiendo el título de gran duque de Rusia por parte del padre de María. La pareja se separó en 1982, un año después del nacimiento de su único hijo Jorge Mijáilovich, a quien su abuelo le concedió el título de gran duque de Rusia, y se divorciaron en junio de 1985. Después del divorcio, el príncipe Francisco Guillermo recuperó su nombre y su título prusiano.