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Arturo Duperier

Científico

Los rayos cósmicos

Pedro Bernardo

Pedro Bernardo - Balcón del Tiétar - TiétarTeVe
Vistas de Pedro Bernardo

Pedro Bernardo es un pueblo de la provincia de Ávila, situado al sur de la Sierra de Gredos, en pleno Valle del Tiétar, bajo la Sierra del Cabezo.

A Pedro Bernardo se le llama “El Balcón del Tiétar”, ya que se encuentra situado como un mirador sobre el río Tiétar en las montañas que no le pueden hacer sombra. Recibe los rayos solares desde el nacimiento del día hasta el ocaso.

Arturo Duperier era hijo del «boticario» D. Adolfo Duperier Pérez, y de la «maestra» Dª Eugenia Vallesa Vela, naturales de Mombeltrán y de Santiago de la Puebla, localidad salmantina, respectivamente. Vio la luz el 12 de noviembre de 1896 en la Plaza Vieja, como entonces se denominaba a la actual plaza de Dª Josefa S. del Arco, propietaria de la casa que la familia Duperier habitaba, y que hoy ocupa el Ayuntamiento de la Villa.

El 25 de noviembre de 1896 fue bautizado en esta Iglesia Parroquial, y se le impusieron los nombres de Arturo Cristino.

Tenía 2 hermanos mayores, Purificación (la mayor) y Augusto (el mediano) que murieron tempranamente. Quedó como hijo único pronto y por este motivo se hizo un hombre introvertido y solitario.

Hizo en Ávila los estudios de Bachillerato, y en la Universidad de Madrid las carreras de Ciencias Químicas y Ciencias Físicas, obteniendo en ambas premio extraordinario.

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Arturo Duperier

Ganó por oposición una plaza en el Observatorio Meteorológico y marchó a París para especializarse en diversas áreas de la ciencia meteorológica. Se formó desde 1924 bajo la dirección de Blas Cabrera, de quien era el discípulo predilecto, primero en el Laboratorio de Investigaciones Físicas, fundado en 1910, y luego en el departamento de Electricidad y Magnetismo del Instituto Nacional de Física y Química.

A partir de 1930, simultaneó sus trabajos de magnetoquímica con otros sobre termodinámica de la atmósfera, electricidad atmosférica y aerología. En esta época estuvo en París estudiando electricidad atmosférica en el Institut de Physique du Globe.

Posteriormente fue encargado de la Sección de Investigaciones Especiales en el Observatorio Meteorológico de Madrid (1932). En Madrid montó una cámara de ionización para la observación de la radiación cósmica.

En 1934 consiguió la Cátedra de Geofísica, con lo que pasó a dedicar grandes esfuerzos a investigar un campo por entonces recién nacido que le resultaba apasionante, los ya descritos rayos cósmicos. Hasta entonces casi nadie en España se había interesado por esas esquivas radiaciones que bombardean la Tierra procedentes del espacio exterior, pero eso no fue obstáculo para que en muy poco tiempo se convirtiera en una figura de talla mundial en esa especialidad.

El 25 de febrero de 1935 y en la madrileña iglesia de Cristo Rey, contrajo matrimonio con Dª Ana María Aymar Gil. Días después los recién casados visitaron Pedro Bernardo, para que Dª Ana María conociera su pueblo natal.

Durante su estancia en Madrid residió en el número 37 de la calle de Virgen del Portillo, en Ciudad Lineal.

Arturo Duperier estaba en Madrid investigando y enseñando en la Cátedra de Geofísica recién creada para él. Sus trabajos empezaban a lograr resonancia internacional. El ambiente era de preguerra civil pero Arturo no expresó ninguna idea política.

Las personas que convivieron con él le describen como un hombre robusto, discretamente vestido, algo encorvado, seguramente ligado a las muchas horas sobre las mesas del laboratorio. Silencioso. Parco en los saludos y en la convivencia con amigos y vecinos. Trabajaba siempre, la mayoría del tiempo estaba en la Universidad y pasaba en el laboratorio noches completas. Era buen conversador y muy culto. Una de sus grandes características era la delicadeza. Era hombre piadoso, asistía a misa todos los domingos. Sentía verdadera comunión de ideas con Santa Teresa de Jesús, su paisana abulense. Sentía gran admiración por el Papa de esa época, Juan XXIII.

Pero ¿qué son los rayos cósmicos?

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Arturo Duperier

Don Arturo contemplaba desde nuestro mundo lo que puede considerarse como la minúscula costa de un gigantesco océano lleno de radiación. Su objeto de estudio eran los rayos cósmicos, que no son otra cosa que partículas más pequeñas que los átomos procedentes del espacio exterior y dotadas de una gran energía en virtud de sus elevadas velocidades, que son en muchas ocasiones cercanas a la de la velocidad de la luz en el vacío. La humanidad ignoraba que vivía en las costas de este mar radiante hasta que la física se interesó por el origen de ciertos fenómenos atmosféricos que, al final, resultaron ser causados por estas radiaciones de alta energía que proceden del espacio.

Ya desde principios del siglo XX se había demostrado que la ionización en la atmósfera aumenta con la altitud, lo que indicaba que la energía en forma de radiación que causa esa ionización debía proceder del espacio exterior. Gran parte de esos rayos cósmicos son desviados por efecto del campo magnético terrestre, unos rayos cuyo origen no está muy claro. El Sol emite en ocasiones radiaciones que son similares, aunque de menor energía, que los rayos cósmicos procedentes de los confines del espacio. Sin embargo, los rayos cósmicos no parecen estar originados en estrellas comunes, sino en fenómenos celestes violentos como las explosiones de supernovas o en procesos relacionados con agujeros negros. Tras recorrer distancias asombrosas esas radiaciones caen sobre nosotros en forma de cascadas de partículas subatómicas creando todo un mar de radiación en la alta atmósfera al interaccionar los rayos cósmicos con los átomos atmosféricos. Del choque surgen partículas secundarias que se distribuyen de forma que la mayoría alcanzan la superficie en los polos gracias al campo magnético de la Tierra, que actúan a modo de “protección” contra lluvias de rayos cósmicos potencialmente peligrosas. Es, precisamente, la variación en la captación de rayos cósmicos en superficie uno de los campos en los que experimentó nuestro científico. Se captan más rayos cósmicos en altura, al tener éstos que recorrer menos trecho de atmósfera y, por tanto, con menor número de interacciones con átomos atmosféricos. La captación también varía con la latitud, siendo mayor cuanto más grande es ésta. Igualmente, los cambios en los ciclos solares también influyen a la hora de medir la cantidad de rayos cósmicos que llegan a la superficie terrestre.

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1930 VI Conferencia Solvay – Arturo Duperier

En una entrevista definía su investigación así: “No son rayos. Son partículas físicas de ínfimo tamaño cargadas de sorprendente energía que provienen del cosmos, de las estrellas y bombardean ininterrumpidamente la tierra”. Arturo inventó los dispositivos para captar todos esos impactos, unos treinta mil a la hora.

Duperier había sido destituido de su cátedra universitaria, como parte del proceso radical de depuración al final de la guerra, a la vez que Blas Cabrera, Enrique Moles, Cándido Bolívar y otros catedráticos de ciencias.? El principal cargo contra él ante el Tribunal de Responsabilidades Políticas nº 9 de Madrid, fue no haber aprovechado para desertar de la República una estancia en París, en julio de 1937, donde representaba a España en la Conferencia Internacional de Cronometría y Metrología.

Aceptó una invitación de la Universidad de Manchester, para trabajar como colaborador del profesor Blachett, más tarde Premio Nobel de Física en 1948, junto al cual trabajaría 15 años. En Inglaterra ejerció como profesor de la Universidad de Birmingham y del Imperial College.

Observó los “mesones” mediante la construcción de un sistema original de detección y registro, de alta sensibilidad y estabilidad térmica, instalado en el metro de londinense, con el que trabajó durante toda la guerra mundial de día y de noche.

Después de largas y positivas investigaciones cuyos resultados publica la «Royal Society of Physics», comunica en 1942 a la «Royal Astronomical Society» de Londres sus trascendentes observaciones sobre los rayos cósmicos, que son corroborados por los observatorios norteamericanos, y que le abre las puertas de la fama.

El Gobierno Inglés le seleccionó para dar la explicación al mundo de qué era la bomba atómica a las pocas horas de lanzar USA la primera en Japón en 1945, destruyendo y borrando del mapa la ciudad de Hiroshima. En el año 1945 dio la conferencia inaugural de la Sociedad de Física de Londres.

En 1945 nace en Londres su hija María Eugenia Duperier Aymar, y en ese mismo año, coronando los honores con que cada día se le distingue, la «Royal Society of Physics» le invita a pronunciar la «Guthrie Lecture», conferencia anual reservada a los más destacados científicos ingleses, y que solamente como excepción había pronunciado el profesor Albert Einstein, como extranjero invitado.

Padeció su primer infarto en 1951, estando todavía en Londres. Y eso que no era ni fumador ni bebedor habitual, lo que le marcó espiritualmente y le limitó físicamente.

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1952 Arturo Duperier visita Pedro Bernardo

Permaneció en Londres, en el exilio, desde 1938 hasta 1953.

En 1953 vuelve definitivamente a España, y empieza a impartir en su Cátedra de la Universidad de Madrid la nueva disciplina de Radiación Cósmica, que alterna con importantísimos estudios que presenta en numerosos Congresos Internacionales donde es insistentemente solicitado.

¿Por qué vuelve a España? A pesar de que fue Joaquín Ruiz-Giménez, ministro de Educación Nacional, el que le trajo a España, las autoridades y muchos de sus colegas de esa época, no le apoyaron. Se le ofreció un buen puesto, pero poco apoyo material, posiblemente porque no se entendía por estas tierras muy bien qué era lo que investigaba, pero a la vez se pretendía tener “en casa” una figura de talla mundial para contar con prestigio. Al final el pobre Arturo Duperier tuvo que conformarse con dar clases y conferencias, todo de forma teórica.

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Monumento Arturo Duperier Pedro Bernardo

Dos meses después de su regreso, el Departamento de Investigación Científica y el Imperial College de Londres le hicieron donación de las instalaciones que, con tanto éxito, había creado en Inglaterra, aunque todos los instrumentos científicos, cedidos por instituciones británicas para que continuara con sus estudios en España, no pasaron de la aduana. Burocracia, papeleos y falta de interés, todo ello combinado hizo que durante 5 años esos instrumentos quedaran almacenados, deteriorándose sin remedio, mientras Arturo soñaba con volver a escrutar los cielos en busca de los esquivos rayos cósmicos sin saber que la muerte acabaría de forma temprana con ese sueño.

Electo miembro numerario de la Real Academia de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales el 5 de febrero de 1958, fue nombrado para el mismo sillón que Miguel Catalán Sañudo pero, como él, falleció sin haber tomado posesión.

El 10 de febrero de 1959, en su domicilio del Barrio de la Concepción de Madrid, y a consecuencia de una repetición de su infarto de miocardio, fallece Arturo Duperier Vallesa.

En 1959 le fue concedido, a título póstumo, el Premio de Ciencias Juan March.

Al cumplirse los 25 años de su fallecimiento, el 10 de febrero de 1984, Pedro Bernardo, su pueblo, le recordó con un homenaje ante el monumento que en el Parque del Rollo recuerda a sus paisanos la figura de aquel D. Arturo, que fue a la vez un gran científico y un hombre bueno.

El Centenario de su nacimiento, en noviembre de 1996, se conmemoró en Ávila y Pedro Bernardo con diversos actos en su memoria, con nutrida asistencia de personalidades, y como siempre con la masiva y cariñosa adhesión de sus paisanos, y dando nombre al actual Centro Cultural Arturo Duperier.

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2013-01-17 Homenaje Arturo Duperier Madrid

El 17 de enero de 2012, Madrid rindió un homenaje al científico Arturo Duperier con la inauguración de un monolito en el parque de El Calero en homenaje a la aportación de este destacado científico en el campo de la radiación cósmica.

La exposición “Arturo Duperier: mártir y mito de la ciencia española” recorrió la vida y la obra del científico abulense. Se presentó por primera vez en la Universidad Complutense de Madrid en diciembre de 2018, se pudo ver también en el Centro Cultural Arturo Duperier de Pedro Bernardo entre febrero y abril de 2019.

Para conmemorar el 60 aniversario de su muerte, en el Palacio de los Serrano de Ávila se pudieron contemplar varios paneles explicativos, así como bustos de bronce de Arturo Duperier y de otras figuras de la física y la química españolas, como su maestro Blas Cabrera o sus compañeros Ángel del Campo, Julio Palacios y Enrique Moles.

Díptico Expo Arturo Duperier - Arenas de San Pedro - TiétarTeVe

También se expusieron fotografías y documentos de su época, y artículos científicos publicados por el investigador en revistas científicas, como Comptes Rendus de l’Academie des Sciences de Paris Nature, Proceedings of the Physical Society y Anales de la Real Sociedad Española de Física y Química.

Una exposición organizada por Amigos de la Cultura Científica y la Academia de Ciencias, Ingenierías y Humanidades de Lanzarote, con la colaboración de la familia de Arturo Duperier, la Facultad de Educación de la Universidad Complutense de Madrid, la División de Enseñanza y Divulgación de la Física de la Real Sociedad Española de Física, la Fundación Ávila y Bankia, con la ayuda de Paco González.

Cartel Exposición Arturo Duperier - Arenas de San Pedro - TiétarTeVe
Cartel de la Exposición sobre Arturo Duperier en Arenas de San Pedro

El 22 de junio de 2019, la Asociación de Amigos del Palacio de La Mosquera de Arenas de San Pedro, acercó esta misma exposición “Arturo Duperier: mártir y mito de la ciencia española” en el Palacio de La Mosquera de Arenas de San Pedro, palacio que mandó construir el Infante don Luis de Borbón y Farnesio (hermano del Rey Carlos III) con planos de Ventura Rodríguez.  Esta exposición fue clausurada el domingo 21 de julio de 2019 con la presencia de Mª Eugenia Duperier Aymar, Marqueda de Goubea, hija de Arturo Duperier. También acudieron José Mª Pastor Benavides, presidente de la División de Enseñanza y Divulgación de la Física, así como el alcalde de Arenas de San Pedro, Juan Carlos Sánchez Mesón, y la presidenta de la Asociación de Amigos del Palacio de La Mosquera, Mª Antonia Rodríguez.

Publicaciones

Magnetismo de materiales

  • «Estudio termomagnético del agua, algunas disoluciones de algunas sales sódicas paramagnéticas», tesis doctoral, Universidad de Madrid, (1924).
  • «Variación de la constante diamagnética del agua con la temperatura» con B. Cabrera, Anales de la Sociedad Española de Física y Química (ASEFQ), 22, 160-167, (1924).
  • «Estudio termomagnético de algunas disoluciones», ASEFQ, 22, 383-397, (1924).
  • «La variation thermique du magnétisme de l’eau et de quelques solutions paramagnétiques» con B. Cabrera, Jour. Phys. et Radium, 6, 121-138, (1925).
  • «Sur le paramagnétisme des familles du palladium et du platine» con B. Cabrera, Comptes Rendus, 185, 414-416, (1927).
  • «Sur les propriétés paramagnétiques des terres rares» con B. Cabrera, Comptes Rendus, 188, 1640-1642, (1929).
  • «Acerca de las propiedades magnéticas de las tierras raras» con B. Cabrera, ASEFQ, 27, 671-682, (1929).
  • «Nuevo estudio térmico sobre las propiedades magnéticas de las tierras raras», ASEFQ, 28, 47-55, (1930).
  • «Estudio termomagnético de algunos compuestos anhidros de Co y Ni» con B. Cabrera, ASEFQ, 29, 5-14, (1931).
  • «Magnetismo de algunos cloruros de la familia del platino», Bol. Acad. Cien., 9, 1-9, (1936).
  • «Further results on the magnetism of chlorides of the palladium and platinum triads of elements» con B. Cabrera, Proc. Soc.,51, 845-858, (1939).

Meteorología

  • «Concepto de temperatura en la materia y en la radiación», An. Soc. Esp. Met., 1, 24-48, (1927).
  • «Estudio termodinámico de la condensación por convección», An. Soc. Esp. Met., 1, 71-78 y 103-105, (1927). También publicado en ASEFQ, 26-2ª parte, 5-24, (1928).
  • «Distribución vertical de la temperatura en la atmósfera del centro de España», ASEFQ, 30, 743-750, 1932. También publicado en Serv. Met. Esp., Serie A, 1, 10 pp., (1933).
  • «Sobre las fluctuaciones del campo eléctrico terrestre», ASEFQ, 30, 751-758, 1932. También publicado en Serv. Met. Esp., Serie A, 2, 10 pp., (1933).
  • «Les fluctuatuions du champ électrique terrestre» con G. Collado, Comptes Rendus, 197, 422-423, (1933).
  • «Sobre la conductibilidad eléctrica del aire en Madrid» con J.M. Vidal, ASEFQ, 35, 5-20, (1937). También publicado en Serv. Met. Esp., Serie A, 6, 23 pp., (1937).
  • «Las fluctuaciones simultáneas del potencial eléctrico, de la conductibilidad y de la carga espacial del aire» con J.M. Vidal y G. Collado, Serv. Met. Esp., Serie A, 8, 19 pp., (1938).

Radiación Cósmica

  • «La radiación cósmica en Madrid y en Valencia», ASEFQ, 35, 249-262, (1937). También publicado en Serv. Met. Esp., Serie A, 7, 18 pp., (1937)
  • «The seasonal variations of cosmic-ray intensity and temperature of the atmosphere», Proc. Roy. Soc. A, 177, 204-216, (1941).
  • «Cosmic rays and solar and geomagnetic activity», The Observatory, 64, 190, (1942).
  • «Cosmic rays and magnetic storms», Nature, 149, 579-580, (1942).
  • «An exceptional increase of cosmic rays», Nature, 151, 308, (1942).
  • «A new cosmic-ray recorder and the air-absorption and decay of particles», Terrestrial magnetism and atmospheric electricity (Carnegie institution of Washington), 49, 1 (1944).
  • «Absorption in the atmosphere and decay of cosmic rays», Nature, 153, 529-530, (1944).
  • «The geophysical aspect of cosmic rays», Proc. Soc., 57, 464-477, (1945). También publicado en Nature, 783, (1945).
  • «Cosmic rays and the freat sunspot group of January 29 – February 12, 1946» con M. McCaig, Nature, 157, 477, (1946).
  • «A lunar effect on cosmic rays?», Nature, 157, 296, (1946).
  • «Solar and sidereal diurnal variations of cosmic rays», Nature, 158, 196, (1946).
  • «Solar and sidereal 6-hourly variations of cosmic rays», Nature, 158, 944-945, (1946).
  • «Temperature effect of cosmic rays», Proc. Cosmic ray international conference at Cracow (Poland-oct.1947).
  • «Further results on the cosmic ray lunar effect», Proc. cosmic ray international conference at Cracow (Poland-oct.1947).
  • «The tempereature effect on cosmic-ray intensity and the height of meson formation», Proc. Soc., 61, 34-40, (1948).
  • «Temperature at the height of 100mb and the intensity of mesons at sea level», suplemento especial sobre rayos cósmicos de Research, 73-75, (1949).
  • «Latitude effect and pressure-level of meson formation», Nature, 163, 369-370, (1949).
  • «The meson intensity at the surface of the earth and the temperature at the production level», Proc. Soc., 62, 684-696, (1949).
  • «Solar influences on cosmic rays», Council international des unions scientifiques. Sixieme rapport de la commission pour l’etude des relations entre les phenomenes solaires et terrestres, 193, (1949).
  • «Amplitude of the diurnal variation of cosmic ray intensity and geomagnetic activity», cosmic ray international conference at Como, (1949).
  • «Temperature of the upper atmosphere and meson production», Nature, 167, 312-313, (1951).
  • «On the positive temperature effect of the upper atmosphere and the process of meson production», Journal of atmospheric and terrestrial physics, 1, 296, (1951).
  • «The diurnal variation of cosmic rays and the m regions of the sun», Recueol des travaux du confres international sur le rayanement cosmique a Bagneres de Bigorre (Francia), 9, julio del 53.
  • «On the positive effect», Communication to the cosmic ray international conference at Guanajuato (México), sept-1955.
  • «The positive effect of cosmic rays at sea-level», Facultad de Ciencias de la Univ. de Madrid, (1956).
  • «Nuevo método para el cálculo de los fenómenos de interacción entre partículas datadas de altísimas energías y de sus trayectorias», Congreso de rayos cósmicos de Edimburgo, (1958).

Otras obras

  • «Llamamiento a los intelectuales del mundo de los hombres de ciencia y artistas de la Casa de la Cultura de Valencia» con E. Moles, A. Machado y otros 20, Valencia, (1937).
FUENTE: