María Isabel de Braganza como fundadora del Museo del Prado
1829. Óleo sobre lienzo, 258 x 174 cmSala 101
María Isabel de Braganza nació en Lisboa el 19 de mayo de 1797, hija de Juan VI de Portugal y de Carlota Joaquina de Borbón, se convirtió en reina de España al casarse, el 28 de septiembre de 1816, con su tío, Fernando VII, siendo su segunda esposa. Murió de parto en Aranjuez el 26 de diciembre de 1818. Este es un retrato póstumo y el pintor, hijo y fidelísimo discípulo de Vicente López, se sirvió como modelo del retrato de busto en formato ovalado que de ella había realizado su padre hacia 1816 (Museo del Prado, P00869) y del que existen varias réplicas. La reina va peinada según la moda imperio y viste un traje de terciopelo rojo bordado en oro con motivos florales. Ostenta el lazo de la Orden de la Cruz Estrellada (austriaca), las bandas de las órdenes de María Luisa (española), la de Santa Isabel (portuguesa) y la banda roja y la placa de la Orden (de Santa Catalina, concedida por la Emperatriz viuda de Rusia, Maria Fiodorovna, según se relatada en la Gaceta de Madrid del 26 de julio de 1817. A la derecha aparecen los escudos de las dos familias reales, con corona y toisón de oro, y bordadas en el respaldo de la silla, las iniciales de la reina, IB.
Es destacable la particular iconografía del retrato, con la reina representada como fundadora del Real Museo de Pintura y Escultura conocido como Museo del Prado. El edificio se ve por la ventana en una perspectiva desde el noroeste, con el aspecto que tuvo cuando se inauguró en 1819. Isabel de Braganza era aficionada a las bellas artes, practicaba la pintura, era académica de honor y consiliaria de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando, y mantuvo un gran interés en el proyecto de convertir el edificio de Juan de Villanueva, destinado en origen a albergar un Gabinete de Ciencias Naturales, en museo de arte. Pedro de Madrazo, en el catálogo de los cuadros del Real Museo de 1854, llega a decir que fue la reina quien sugirió la idea [al rey], por escitacion [sic] de algunos personajes aficionado a las nobles artes, y el Rey la acogió con verdadero entusiasmo. Con su mano izquierda señala unos planos extendidos sobre el velador de leones alados. El boceto previo al óleo, realizado por Bernardo López (del que conocemos una repetición autógrafa en acuarela firmada y fechada por el pintor en 1828, que fue expuesta en la Galería Guillermo de Osma, Madrid, en 1997), presenta unas interesantes diferencias con el cuadro final: en los folios sobre la mesa se muestran diversas plantas del edificio, mientras que aquí lo que está representado son alzados de las salas con la colocación de los cuadros. Seguramente hay que interpretar este detalle como testimonio de un interés bastante más que superficial de la reina por la museología del Prado. Desafortunadamente, no llegó a presenciar la inauguración del Museo, que tuvo lugar casi un año después de su prematuro fallecimiento. En este espléndido retrato neoclásico de aparato, que conserva su marco original, tallado y dorado, se muestra deudor de modelos franceses de Robert Lefévre (1755-1830) y del barón Gérard (1770-1837). Sensible en la interpretación del personaje y su especial papel cultural, cuidadoso en la organización de la composición y en la representación de los objetos y texturas, Bernardo nos ha dejado una imagen emblemática para la historia de nuestro Museo.
Finaldi, G., La reina María Isabel de Braganza, como fundadora del Museo del Prado (1829). En Barón, J.: El retrato español en el Prado. De Goya a Sorolla, Madrid, Museo Nacional del Prado, 2007, p.88, n. 16