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Mar�a Cristina de Habsburgo, la regente que soport� el desastre del 98 Nacida en 1858, fue la segunda esposa de Alfonso XII. Tras la muerte del rey, ejerci� la regencia hasta la mayor�a de edad de su hijo, el futuro Alfonso XIII. Durante su gobierno tuvo lugar la guerra con Estados Unidos y fue testigo de la p�rdida de las �ltimas colonias del imperio. Por Juan Antonio Cebri�n Fue la segunda esposa del rey Alfonso XII. Viuda a edad temprana, asumi� la regencia para vivir, en primera persona, diversas crisis pol�ticas y sociales en un contexto de absoluta decadencia en el que Espa�a perdi� sus colonias de ultramar, mientras afloraba la generaci�n literaria del 98. Esta magn�fica representante de los Austrias naci� el 21 de julio de 1858, en Gross-Seelowitz, un bello enclave ubicado en el coraz�n de Moravia (actual Rep�blica Checa). Fue hija de los archiduques Carlos Fernando e Isabel de Austria, siendo la �nica f�mina de los cuatro v�stagos habidos en el matrimonio. Su estricta educaci�n le supuso un alto nivel cultural, brillando en materias como la filosof�a y las ciencias econ�micas, mientras dominaba, adem�s de los idiomas aut�ctonos del imperio austroh�ngaro, el italiano, franc�s, ingl�s y, m�s tarde, el espa�ol. Asimismo, demostr� desde la infancia un amor profundo por la m�sica, lo que la llev� a dedicar buena parte de su tiempo al estudio del piano, instrumento que tocaba con gran virtuosismo. En 1876, la joven Crista —como era llamada familiarmente— celebr� su puesta de largo en Viena, concediendo el primer baile a su primo, el emperador austriaco Francisco Jos�. Por entonces, nada hac�a pensar que su destino fuese ser reina de un pa�s tan distante como Espa�a. Sin embargo, los acontecimientos se precipitaron tras la inesperada muerte de Mar�a de las Mercedes, primera esposa de Alfonso XII. En la primavera de 1879, Augusto Conte, embajador espa�ol en Viena, crey� hallar en la serena Mar�a Cristina la candidata perfecta para ser la nueva esposa del monarca espa�ol. En principio, la arist�crata austriaca se sinti� halagada por las pretensiones hispanas, si bien, antes de tomar una decisi�n trascendental, exigi� un encuentro privado con Alfonso para saber personalmente que no se equivocar�a en su respuesta. La cita tuvo lugar ese mismo verano en Bellegarde (Francia) y ambos quedaron gratamente impresionados, por lo que se dio el visto bueno a la boda. En septiembre, el duque de Bail�n en comisi�n especial ped�a, en el palacio de Sch�nbrunn, al emperador austriaco la mano de Mar�a Cristina, la cual era concedida en medio de una felicidad general. El 29 de noviembre de 1879 las casas de Borb�n y Austria se un�an para conducir los designios de Espa�a. La boda se celebr� en la madrile�a bas�lica de Nuestra Se�ora de Atocha, proclam�ndose la fiesta por todas las ciudades y calles del pa�s. Alfonso, quien hab�a demostrado una vibrante pasi�n hacia su querida Mercedes, no actu� de igual modo con Mar�a Cristina. La trataba con indudable admiraci�n y respeto, pero esto no le impidi� sostener encendidos romances con mujeres de diversa condici�n. En 1880 naci� la primog�nita real, cuyo nombre —Mar�a de las Mercedes— fue elegido expresamente por la reina. Dos a�os m�s tarde, nacer�a la infanta Mar�a Teresa. Ambas, por desgracia, no sobrevivir�an a la madre, muriendo a edad temprana. En 1885 el soberano contrajo una severa tuberculosis que acab� con su vida cuando Mar�a Cristina se encontraba embarazada de tres meses. La zozobra recorri� el pa�s, sumido, por entonces, en continuos sobresaltos sociales. Pero, Mar�a Cristina, ahora regente, hizo alarde de un firme car�cter y, con la ayuda de los l�deres pol�ticos Antonio C�novas del Castillo y Pr�xedes Mateo Sagasta, pudo conducir de forma razonable la nave hispana por los procelosos mares de aquel tiempo convulso. El 17 de mayo de 1886 naci� el deseado heredero, el futuro Alfonso XIII, un ni�o de aspecto fr�gil y enfermizo que fue tutelado con amor por la propia reina madre hasta su mayor�a de edad. Antes, en 1898, Espa�a vio como se perd�an las �ltimas colonias del imperio en una guerra desigual emprendida por la emergente potencia estadounidense y que acab� con la renuncia espa�ola a Cuba, Puerto Rico y Filipinas. El 31 de mayo de 1906 una orgullosa Mar�a Cristina asisti� a la boda de su hijo con do�a Victoria Eugenia de Battenberg, hecho que estuvo a punto de acabar en tragedia por la actuaci�n de los anarquistas. Los a�os siguientes fueron apacibles para ella y pasaba largas temporadas en el palacio donostiarra de Miramar, uno de sus lugares predilectos. Do�a Mar�a Cristina se mantuvo activa y part�cipe de la vida en la corte hasta su muerte, el 5 de febrero de 1929. Ocurri� en Madrid mientras dorm�a, la noche previa a una recepci�n que se hab�a organizado para los reyes de Dinamarca. Atr�s quedaban 50 a�os de servicio a Espa�a, 16 de ellos como regente, en los que trat� con 84 ministros, mientras sufr�a el azote de 24 crisis de gobierno de alto calado. |
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