María I la Piadosa, reina de Portugal desde 1777 a 1816


            Nacida en Lisboa, el 17 de diciembre de 1734. El 6 de junio de 1760, quedaba asegurada la continuidad de la dinastía de Braganza, al celebrarse el matrimonio de María con su tío paterno, Pedro de Braganza. María fue reina de Portugal entre los años 1777 y 1816, al suceder a su padre, José I. Su reinado fue el segundo más largo de la historia portuguesa, ya que duró 39 años y 25 días. Fue la primera reina de Portugal que gobernó de manera efectiva. Ha pasado a la historia con el apodo María la Piadosa, por su gran devoción religiosa.

            María accedió al trono portugués a la muerte de su padre, cuyo reinado estuvo marcado por la figura del marqués de Pombal. Las políticas ilustradas de este ministro habían introducido una cierta modernidad en el país, aunque enemistándose con la aristocracia portuguesa y con los intereses británicos. Su primer acto como reina fue enviar al exilio al marqués, a quien jamás perdonó por haber maltratado a la familia Távora, de cuyo maltrato resultó la condena a muerte de esta familia.

            Con esta medida se inició una reacción a las reformas del marqués conocido como Viradeira, que se caracterizó, por una gran moderación en la represión de los hombres del régimen anterior, conservando algunos los importantes puestos que obtuvieran con Pombal. El reinado de María I estuvo marcado por el peso conseguido, que las facciones moderada y conservadora conseguían a través de sus confesores.

            Fue una reina amante de la paz, dedicada a las obras sociales. Concedió asilo a diversos aristócratas franceses que huían de la Revolución Francesa. El 1 de febrero de 1792, al salir del teatro de Salvaterra, sufrió un ataque de locura y fue declarada incapacitada para el gobierno. Como consecuencia, su hijo y heredero, Juan, asumió el gobierno, en nombre de su madre. En 1799 asumió oficialmente la regencia, convirtiéndose efectivamente en rey. 

            El año 1801, Manuel Godoy, con el apoyo de Napoleón Bonaparte, invadió Portugal y, por el Tratado de Badajoz, la región de Olivenza pasó a ser dominio de España. Años después, al negarse a cumplir las órdenes de Napoleón para interrumpir el comercio con Gran Bretaña, Portugal fue invadido por un ejército franco-español comandado por el mariscal Junot. La familia real lusa huyó a Brasil el 13 de noviembre de 1807. Mientras Napoleón era finalmente derrotado en 1815, María y la familia real portuguesa aún se encontraban en Brasil. En la ciudad de Río de Janeiro murió el 20 de marzo de 1816. Su cadáver fue llevado a Lisboa y sepultado en la basílica de Estrela, una de sus fundaciones.

            María tuvo seis hijos: José Francisco, que recibió el título de duque de Braganza y príncipe de Brasil, a los 15 años contrajo matrimonio con su tía, la infanta María Benedicta de Portugal, murió sin sucesión; Juan Francisco; Juan María, regente y luego rey de Portugal; María Victoria, contrajo matrimonio con el infante español don Gabriel de Borbón; María Clementina, y María Isabel.


Fuentes; WikipediA,
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