Monarquías europeas (VII): Luxemburgo, divorcio real y polémicas | El Cierre Digital
19 de abril de 2024
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FIN DE SEMANA

La Gran Duquesa María Teresa Mestre tenía una pésima relación con su suegra y ésta no quería dejarle las joyas reales en herencia

Monarquías europeas (VII): Luxemburgo, un divorcio real y unos herederos cuestionados

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Familia real luxemburguesa
El amor entre plebeya y heredero es ya de sobra habitual en las dinastías más importantes de Europa. Y una monarquía tradicional y clásica como la luxemburguesa acogió en 1980 a una joven sin sangre real y latina. Maria Teresa Mestre, de origen cubano, aportó vitalidad a una dinastía reacia a los cambios drásticos. Junto al Gran Duque Enrique de Luxemburgo se enfrentaron a los opositores a su relación dando lugar a un amor que perdura y cinco vástagos.

Es una de las dinastías más enigmáticas y quizá también más desconocidas, aunque sus miembros despiertan simpatía. Luxemburgo es una monarquía constitucional parlamentaria unitaria, siendo el único gran ducado soberano actualmente. 

La corona del gran ducado es hereditaria en la familia Nassau, de acuerdo con la Constitución del real ducado. En la actualidad, el Jefe de Estado y Gran Duque de Luxemburgo es Enrique de Nassau, casado con la Gran Duquesa consorte Maria Teresa de Luxemburgo, la primera latina que se convirtió en royal y que ha aportado frescura a una monarquía tradicional y clásica. Ambos han formado una familia que no ha estado libre de polémicas, malas relaciones familiares, divorcios y miembros díscolos.

Enrique y María Teresa de Luxemburgo, un amor frente a la adversidad

Desde el principio el suyo fue un romance que tuvo que hacer frente a críticas y desencuentros familiares. Los grandes duques no lo han tenido fácil desde que se conocieran en la infancia. Rápidamente surgió el amor, aunque había un inconveniente : ella era plebeya y además tenía sangre latina, pues era cubana. 

Los ex grandes duques de Luxemburgo.

Aunque Enrique de Luxemburgo lo tenía claro y se enfrentaría a sus padres, los grandes duques Juan y Josefina Carlota de Luxemburgo por amor. Estos mantenían la esperanza de que el heredero contrajese matrimonio con alguna mujer de sangre real e incluso la princesa Carolina de Mónaco estaba entre las candidatas. 

Boda de los grandes duques de Luxemburgo.

La pareja lo tenía claro pese a la oposición de los progenitores de Enrique de Luxemburgo, hasta el punto de que el duque sería capaz de renunciar a sus derechos dinásticos. El 7 de noviembre de 1980, el primer ministro luxemburgués Pierre Werner anunció el compromiso entre María Teresa Mestre y Batista y Enrique de Luxemburgo. Una pedida sobria y clásica, ya que la futura duquesa consorte tenía claro que iba a ser examinada al detalle. 

La boda no tardaría en llegar. Escogieron una fecha muy especial y el 14 de febrero de 1981 Luxemburgo se vistió de gala para acoger la boda entre los futuros herederos. La ceremonia se celebró en la Catedral de Notre Dame y la novia sorprendió por su vestido firmado por Balmain. Contra todo pronóstico, la pareja salió victoriosa, dando comienzo a una nueva era en Luxemburgo. 

Los grandes duques de Luxemburgo.

A pesar de que es uno de los miembros más queridos de la realeza luxemburguesa, desde que contrajera matrimonio con el Gran Duque, Maria Teresa de Luxemburgo no ha dejado de superar obstáculos. De hecho, tras el fallecimiento de su suegra, se marcó un “Lady Di” y declaró frente a la prensa que la relación entre ambas era tensa, pues nunca aceptó su condición de plebeya.

Los Grandes Duques herederos : carácter retraído, un estilo a examen y un título cuestionado

Si hay un integrante de la realeza luxemburguesa que despierta curiosidad por su carácter introvertido y su personalidad misteriosa es Estefanía de Lannoy. La joven, de 38 años, siempre ha sido cuestionada por su estilo y su temple, pues entre las cabeceras era habitual leer críticas feroces hacia su persona. 

Boda de los duques herederos.

La joven proviene de la aristocracia belga y su romance con el Gran Duque heredero, Guillermo de Luxemburgo, príncipe de Nassau, causó una gran alegría para el pueblo. El heredero del ducado nació en Luxemburgo en 1981 y, como sucesor del ducado, sus padres le han inculcado la importancia de servir a su país. La pareja contrajo matrimonio en octubre de 2012 en una boda celebrada en la Catedral de Nuestra Señora de Luxemburgo, con asistencia de varias casas reales, entre ellas, la danesa, española y holandesa. 

Los futuros Grandes Duques de Luxemburgo.

El pasado año cumplió cuarenta años en uno de los mejores momentos de su vida. Tras años de especulaciones por la esperada llegada de un futuro heredero y las complicaciones que supondría por la edad de la Gran Duquesa, en mayo de 2020, llegó el príncipe Charles de Luxemburgo. En sus apariciones públicas, el futuro heredero deja para la posteridad simpáticas imágenes y pertenece a la nueva generación royal junto a la princesa Ingrid de Noruega, Leonor de Borbón o Elisabeth de Bélgica.

Divorcios, declaraciones polémicas e hijos fuera del matrimonio

Las nuevas generaciones reales llegaron pisando fuerte y aunque hay miembros pertenecientes a otras casas reales que se muestran más al pueblo, lo cierto es que la descendencia de los Grandes Duques prefiere ser recelosa de su intimidad. No obstante, siguen atendiendo sus obligaciones como miembros de la realeza luxemburguesa. 

Para los Grandes Duques, sus vástagos fueron una gran alegría. Tras dar la bienvenida al príncipe heredero, llegaría al mundo el príncipe Félix, quien durante mucho tiempo figuró en la lista de los solteros reales más cotizados. Gran deportista, atractivo, aficionado al polo y al esquí y a la carpintería, el segundo hijo de los grandes duques no tardó en encontrar a la candidata perfecta. En 2013 contrajo matrimonio en la Provenza francesa con Claire Lademacher, con la que coincidió mientras cursaba sus estudios. Son padres de dos niños, Amelia y Liam. 

El príncipe Felix con su mujer e hijos.

A diferencia de sus hermanos, el príncipe Louis es quizás, el miembro más díscolo de la realeza luxemburguesa ya que sus sonados amoríos eran de sobra conocidos en el ducado. El príncipe no tardó en encontrar a una joven por la que tuvo que renunciar a su derecho al trono ya que uno de sus hijos nació fuera del matrimonio.  

Principe Louis.

Junto a Tessy de Luxemburgo, fue padre de Gabriel y Noah. La pareja, que se casó en 2006, rompía definitivamente en 2017 tras un divorcio en el que no reinó la paz precisamente. La que fuera princesa de Luxemburgo declaró posteriormente que “Es un alivio, porque estos han sido los 3 años más difíciles de mi vida, durante los que aprendí mucho sobre cómo es la gente realmente”. Años más tarde, el príncipe volvía a enamorarse, en este caso de una abogada francesa llamada Scarlett-Lauren Sirgue y su incorporación a la familia ducal era inminente, de hecho se llegaron a comprometer, un compromiso que finalmente se rompió. 

Princesa Alexandra.

La princesa Alexandra, sexta en la línea de sucesión ha preferido mantener su vida lejos del foco mediático y sus apariciones públicas se limitan a los actos oficiales. La joven, al igual que sus hermanos, siente gran afición por el deporte, en especial por la gimnasia rítmica, el esquí o el atletismo. Ha seguido el ejemplo de su madre y se implica en labores humanitarias como la problemática de los refugiados. 

Príncipe Sebastián.

El benjamín de los grandes duques es el príncipe Sebastián y figura en la lista actual de los solteros royals. Se gradúo en marketing y es un gran aficionado a los deportes. Su pasión por los viajes le ha llevado a desplazarse en numerosas ocasiones a Londres e incluso a España. 

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