San Juan María Vianney, conocido también como el Santo cura de Ars, nació el 8 de mayo de 1876 en Dardilly, noroeste de Lyon, Francia. Fue el tercero de sesi hermanos de una familia campesina.

Hoy te contamos 10 datos que debes conocer sobre este gran santo.

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10 datos sobre el santo cura de Ars, San Juan María Vianney

Iglesia de San Juan María Vianney, en Ars, Francia

Iglesia de San Juan María Vianney, en Ars, Francia

I LA HISTORIA DE SU PRIMERA COMUNIÓN

San Juan María Vianney creció en los albores de la Revolución Francesa, en la cual, se presentaron persecuciones religiosas, especialmente a sacerdotes, los cuales tenían que disfrazarse para evitar ser arrestados y seguir con su ministerio.

Cuando el joven Juan recibió la primera comunión, escondieron todo lo necesario en carros de heno que llevaron a su casa para disimular la ceremonia.

El santo recordaría siempre este día, en el que derramó lágrimas de alegría al recibir al Señor y también un rosario que su madre le regaló por la ocasión.

II CASI RENUNCIA A SU VOCACIÓN

Cuando la Iglesia tuvo un poco más de libertad en Francia, el padre Balley, párroco de Ecculy, abrió una escuela para jóvenes con inquietudes vocacionales. 

Juan ingresó a esta escuela, pero tuvo dificultades con los estudios que casi lo orillan a renunciar.

Por tal motivo, el padre Balley le sugirió hacer una peregrinación al Santuario de San Francisco de Regis, del cual volvió renovado.

III DESERTÓ DEL EJÉRCITO

Durante el mandato de Napoleón, Juan fue llamado al ejército puesto que no aparecía en la relación de ningún seminario.

En su servicio en el regimiento cayó gravemente enfermo y se volvió desertor. Sin embargo, un decreto imperial concedió amnistía a los desertores.

IV LO EXPULSARON DEL SEMINARIO

Cuando logró ingresar al Seminario Mayor de Lyon, fue expulsado debido a su poco conocimiento del latín, lo cual le produjo mucho dolor y desaliento.

Nuevamente el padre Balley lo ayudó en sus estudios, donde destacaron sus cualidades morales, que opacaban su deficiencia académica.

V SU PRIMER PENITENTE

San Juan María Vianney fue ordenado sacerdote y lo enviaron a ayudar al padre Balley, aunque las autoridades diocesanas no le dieron permiso para confesar.

El padre Balley intercedió y él mismo fue el primero en confesarse con el nuevo sacerdote.

Años después el padre Balley murió en brazos del santo, quien sufrió como si hubiera perdido a su propio padre.

VI TUVO UNA PROFECÍA

Las autoridades eclesiásticas lo enviaron al pequeño pueblo de Ars, pues pensaban que con sus carentes limitaciones intelectuales no podría servir a una comunidad grande.

Sin embargo, cuando llegó a Ars, hizo una profecía: “la parroquia no será capaz de contener a las multitudes que vendrán hacia aquí”.

Poco a poco el sacerdote fue ganando el amor del pueblo, inculcándoles el amor a la Eucaristía, especialmente en Corpus Christi, su fiesta favorita.

Cuando el Papa Pío IX definió el dogma de la Inmaculada Concepción, el santo solicitó a los fieles que iluminaran sus casas por la noche y las campanas resonaron por horas.

La gente de las poblaciones cercanas, al ver los destellos, pensaron que se trataba de un incendio y corrieron a ayudar al pueblo de Ars. Pero se llevaron la sorpresa de que se trataba de una bella celebración.

VII DEVOCIÓN A SANTA FILOMENA

Esta fue una joven mártir de los primeros siglos del cristianismo, a la que llamaba su “agente con Dios” y le construyó una capilla y un santuario en su honor.

En una ocasión cayó enfermo gravemente y prometió ofrecer 100 misas a santa Filomena. Al momento de ser ofrecida la primera misa, cayó en éxtasis, y se le escuchó murmurar en varias ocasiones “Filomena”. Cuando volvió en sí, estaba curado y se lo atribuyó a la santa.

VIII LA RECURRENTE TENTACIÓN

El santo cura de Ars sufrió la tentación de desear la soledad, sintiéndose incapaz para el servicio que brindaba a su comunidad.

Hubo una ocasión en que le rogó a su Obispo que lo dejase renunciar, pero no se lo permitió, y cuando intentó huir, regresó.

IX LUCHA CONTRA EL DEMONIO

San Juan María Vianney escuchaba ruidos extraños y fuertes por las noches que lo dejaban agotado para que no tuviera fuerzas de celebrar la Eucaristía y confesar a la gente.

Un día, cuando el santo se disponía para celebrar la misa, el maligno incendió su cama. El santo tomó las cosas con serenidad y encargó a otros que apagaran el incendio.

“El villano, al no poder atrapar al pájaro, le prende fuego a su jaula”. Tiempo después, el Señor premió al santo con el poder de expulsar demonios de los poseídos.

X NUNCA LO NOMBRARON PÁRROCO

Finalmente, aunque es conocido como el patrono de los párrocos, ¡nunca tuvo este título oficialmente! 

El Obispo de Belley sólo le concedió el título de canónigo pero, de acuerdo con Lamberto de Echeverría, autor del libro El Santo Cura de Ars, “consagró prácticamente toda su vida sacerdotal a la santificación de las almas del minúsculo pueblo de Ars y que de esta manera se unió, ya para siempre, su nombre y la fama de su santidad a la del pueblecillo”.

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