Maisie Was a Lady (1941), de Edwin L. Marin

Quizá la mejor de las películas de la saga de la bailarina Maisie Ravier, aquí sin empleo, de modo que debe aceptar el trabajo de doncella en la casa de una familia acomodada, donde demuestra ser una dama capaz de ayudar a resolver los problemas que padecen. Se nota que el sistema de estudios funcionaba como un mecanismo perfectamente engrasado, con un equipo compactado donde repiten director, guionista, fotógrafo, y por supuesto protagonista, Ann Sothern.