La prueba de que Magdalena de Suecia sigue siendo la princesa más bella de Europa: su nuevo y sexy vestido de gala

De gala en gala... Si el domingo por la noche las mujeres de la realeza lo daban todo en el 18º cumpleaños del príncipe Christian, durante la cena celebrada en Christiansborg en honor al futuro rey de Dinamarca, un día después, al otro lado del charco, una reina y una princesa derrochaban elegancia en Nueva York. Hablamos de Silvia y Magdalena de Suecia, quienes se encuentran en la Gran Manzana apoyando a su fundación World Childhood, y para el evento nocturno, la benjamina de los reyes suecos lo dio todo en cuestiones de estilo.

Recordándonos por qué hace ya años fue bautizada como la princesa más bella de la realeza, Magdalena se mostró espléndida en la gala, acompañada por su madre y su marido, Chris O'Neill. La princesa estrenó para la ocasión un vestido en azul marino de la firma Chiara Boni La Petite Robe. Se trata de un diseño de nombre Mirla que presenta hombros y escote descubierto, manga corta drapeada, adorno de volantes tridimensionales en el lateral y una elegante abertura delantera.

Su precio era de 1.100 euros, aunque ahora puede adquirise en varias webs multimarca rebajado a 715. Un buen precio para un vestidazo como este, que nos recuerda a la Magdalena del pasado y con la que ofrece una imagen renovada y sofisticada, además de sexy.

Como es habitual, Magdalena combinó el vestido con accesorios de lujo: una nueva cartera dorada de Bottega Veneta, de 2.500 euros, y unas sandalias de Alaïa, de 1.500 euros, con unas originales bolas en la zona del tobillo. En cuanto a las joyas, hubo variedad, desde los pendientes de Swarovksi con cristales en tonos amarillos, valorados en 120 euros, hasta su inseparable reloj Rolex y la pulsera Love de Cartier, de más de 7.000 euros.

Desde hace ya más de tres años, Magdalena y su marido residen en los Estados Unidos. Por motivos laborales, Chris O'Neill tuvo que trasladarse a Florida, y en esa aventura le acompañaron, por supuesto, su esposa y sus tres hijos: la princesa Leonore, de diez años; el príncipe Nicolas, de ocho, y la princesa Adrienne, de cinco. En Miami, la familia lleva una vida de lo más apacible, alejada del foco mediático, aunque las críticas a Magdalena por su poca implicación en la agenda siguen siendo recurrentes en Suecia.

Y es que aunque protagoniza a lo largo del año no más de diez actos oficiales, Magdalena sigue recibiendo una paga del Estado. Hace unos meses, se conocía la intención de la princesa de regresar a su país con sus hijos y su marido para quedarse ahí ya de forma permanente. La mudanza estaba prevista para finales de agosto, pero, por motivos que se desconocen, el matrimonio ha decidido posponer el traslado 'sine die'. Desde la Casa Real informan que sí va a producirse esa mudanza, aunque no saben cuándo.

Magdalena estuvo hace un mes en Estocolmo, en las celebraciones por el jubileo de su padre, el rey Carlos XVI Gustavo, y ahora ha podido pasar un tiempo con su madre en Nueva York, para su trabajo conjunto en World Childhood, la fundación que creó la reina Silvia para ayudar a los niños del todo el mundo y en la que participa de forma muy activa su hija pequeña.