Las mejores frases de Máximo Gorki

El hombre nace para que un día nazca un hombre mejor.

Procura amar mientras vivas: en el mundo no se ha encontrado nada mejor.

¡Qué bello oficio el de ser un hombre sobre la tierra!

Cuando el hombre ríe, el bruto que lleva dentro huye.

La búsqueda de dios es una ocupación inútil, pues no hay nada que buscar donde nada existe. A los dioses no se les busca, se les crea.

El dinero envenena cuando se tiene y mata de hambre cuando se carece de él.

Todo pasará, pero lo hecho, hecho queda.

Desde las paredes miran los iconos sin rostro, sin manos ni piernas. Ahoga el concentrado olor del aceite secante, de los huevos podridos, de la arcilla agria que cubre las rendijas del suelo.

Siempre suspiramos por visiones de belleza, siempre soñamos mundos desconocidos.

Desde el momento en que un hombre se presta a dar su libertad y su vida por su creencia es que sus sentimientos son sinceros.

¿Había descendido Dios de los cielos a la tierra o es, por el contrario, la fuerza de los hombres la que le había exaltado desde la tierra hasta el cielo?

¿Crees en Dios? Si crees en él existe; si no crees, no existe.

En la lucha, las horas de hastío y de angustia pasan rápido, inadvertidas.

Los hombres son siempre niños, aun cuando a veces asombren por su crueldad. Siempre necesitan educación, tutela y amor.

Éramos veintiséis, veintiséis máquinas vivientes encerradas en un sótano, en el que desde la mañana hasta la noche amasábamos harina para hacer rosquillas y panecillos.

No hay gente inútil, solo hay gente perjudicial.

Para triunfar en la lucha por la vida, el hombre ha de tener o una gran inteligencia o un corazón de piedra.

Los críticos son como los tábanos, que impiden a los caballos trabajar la tierra.

Pero cuanto más leía, más trabajo me costaba llevar una vida tan vacía e inútil como la que a mi parecer llevaban las gentes.

De continuo me parecía que iba a encontrar a un ser humano sencillo y sabio que me conduciría a un camino ancho y luminoso.

Me he puesto afanoso a buscar libros, los he encontrado y casi todas las tardes leo. Son estas unas tardes buenas, el taller está en silencio, como si fuera ya noche cerrada, sobre las mesas penden las bolas de cristal, semejantes a estrellas blancas, frías, cuyos rayos iluminan las cabezas, despeinadas o calvas, que se inclinan sobre las mesas; veo rostros serenos, soñadores; a veces, resuena una exclamación de elogio al autor del libro o a su protagonista. Los hombres están atentos, encalmados, parecen otros; yo les aprecio mucho en estos instantes, y ellos también me tratan afectuosamente; me siento en mi puesto.

Si despojas a los ricos, consigues empobrecerles; pero no consigues enriquecer a los pobres.

Una sociedad que solo vea al hombre como un instrumento para el enriquecimiento es una sociedad antihumana, algo que nos es hostil, y por tanto nunca podremos aceptar su moral, falsa e hipócrita. El cinismo y la brutalidad que muestra hacia el ser humano nos repugnan tanto, que luchamos y lucharemos contra cualquier forma de servidumbre

Para nosotros no existen naciones ni tribus, solo existen camaradas y enemigos. Todos los trabajadores son nuestros camaradas. Todos los ricos y todos los gobiernos son nuestros enemigos.

Para un artista la libertad es tan indispensable como el talento y la inteligencia.

No es nuestra la culpa si la vida está arreglada de tal modo que la lealtad de una acción se encuentra siempre en oposición con sus ventajas.

Puede que sea un inadaptado o quizá un hombre con las ideas demasiadas claras, tanto que resultan incompatibles con aquellos que manejan sus ideologías a su antojo y conveniencia para sacar mejor provecho de ellas.

Si alguien quiere hacerse rápidamente socialista, que viaje a los Estados Unidos.

La sabiduría de la vida es siempre más profunda y más vasta que la sabiduría de los hombres.

La avaricia, la maldad y la mentira, esos tres monstruos que han socavado y amedrentado al mundo con la fuerza de su cinismo…

¡El miedo! ¡Eso es lo que nos pierde! Y los que mandan sobre nuestras vidas se aprovechan de nuestro miedo para asustarnos aún más.

Todos amamos lo que sentimos próximo, ¡pero para un gran corazón también lo lejano está cerca!

Sí, la gente es mala. Pero ahora que sé que en el mundo existe la verdad, me parecen mejores…

Para triunfar en la lucha por la vida, el hombre ha de tener o una gran inteligencia o un corazón de piedra.

La verdad avanza clandestinamente por el mundo.

Desde el momento en que un hombre se presta a dar su libertad y su vida por su creencia es que sus sentimientos son sinceros.

Un hombre alegre es siempre amable.

Siempre suspiramos por visiones de belleza, siempre soñamos mundos desconocidos.

Así que, ¡ayúdame! ¡Dame libros! ¡Libros de esos que siembran un eterno desasosiego en los hombres que los leen! ¡Hay que sembrar los cerebros de erizos, de erizos con púas!

La gente no la atrapas con la razón ¡La razón es un zapato demasiado estrecho y delicado para sus pies!

Así es la vida. Yo lucho contra ella, no la quiero tal como es.

El corazón joven siempre está más cerca de la verdad…

Un hombre puede creer o no creer, eso es cosa suya. Porque es su propia vida la que apuesta por la fe, la incredulidad, el amor y la inteligencia. Y no hay sobre la tierra otra verdad más grande para el espíritu humano que esta gloriosa y humilde condición. El hombre arriesga su propia vida cada vez que elige y eso lo hace libre.

Puede que sea un inadaptado o quizá un hombre con las ideas demasiadas claras, tanto que resultan incompatibles con aquellos que manejan sus ideologías a su antojo y conveniencia para sacar mejor provecho de ellas.

Pero cuanto más leía, más trabajo me costaba llevar una vida tan vacía e inútil como la que a mi parecer llevaban las gentes.