Aunque el resultado final de las elecciones no se conocerá hasta este miércoles, el panorama electoral en Suecia es muy desalentador. Los bloques de la derecha y la izquierda respiran un clima de tensión por unos resultados más que ajustados y que aún pueden ofrecer alguna sorpresa. 

El partido socialdemócrata de Suecia (PSS) se mantiene en cabeza con el 30,5% de los apoyos, seguido del ultraconservador Demócratas de Suecia (SD), que consigue la segunda posición con el 20,6% de los apoyos. El Partido Moderado (centroderecha) apenas mantiene un punto de distancia por debajo de la formación radical, ya que cosecha el 19,1% del voto. 

El Partido del Centro (liberal) y el Partido de Izquierda obtienen el 6,7% y el 6,6% respectivamente. A la cola se encuentran el Partido Cristiano Demócrata de Suecia (PCDS, 5,4%), el Partido Verde (PV, 5%), y el Partido Liberal de Suecia (PLS, 4,6%). 

Por lo tanto, el escenario es complejo ya que los bloques de la derecha y la izquierda presentan resultados muy ajustados. En estos momentos, los aliados de la primera ministra socialdemócrata, Magdalena Andersson, consiguen 174 escaños mientras el espacio de la derecha, liderado por la derecha radical, recoge 175. 

La escasa distancia entre ambos bloques, cifrada en unos 50.000 votos, obliga a esperar el resultado preliminar actualizado de este miércoles, que incluye las papeletas del exterior y los votos anticipados enviados por correo dentro del plazo, pero que no llegaron a los distritos electorales el domingo.

La extrema derecha quiere entrar en el Gobierno

No obstante, si se confirman estos datos, la extrema derecha podría llegar al poder del país. La segunda posición alcanzada por el ultraderechista Jimmie Åkesson cambia el clima político en un país caracterizado por imponer un "cordón democrático" a la extrema derecha.

El reequilibrio de las fuerzas ya ha propiciado que conservadores, democristianos y, en menor medida, los liberales se hayan abierto a negociar con el SD, aunque han rechazado en la campaña incluirlo en el Gobierno. Algo que alimenta fricciones, pues la agrupación ultra ya ha reclamado acceder al futuro Gabinete. 

A esto hay que sumar la difícil posición del líder del Partido Moderado, Ulf Kristersson, que se sitúa en una posición de debilidad tras lo que puede considerarse un fracaso, pues no ha conseguido atraer a los votantes del SD. El representante conservador había asumido durante la campaña un discurso duro frente a la migración para recuperar apoyos de la derecha radical.

Los resultados revelan que el vencedor de esta estrategia no es otro que el partido de extrema derecha. En cualquier caso, ninguna de las partes obtendrá una mayoría sólida, por lo que la gobernabilidad depende de unos pocos asientos parlamentarios.