La nieta más joven de Isabel II, operada para corregir su estrabismo

La mirada azul de la nieta más joven de la Reina Isabel II de Inglaterra siempre ha estado condicionada por una anomalía de la visión, conocida como exotropía, que inevitablemente desvía sus ejes oculares hacia el exterior. La pequeña Lady Luisa Mountbatten-Windsor , hija de los condes de Wessex, nació prematuramente a través de una cesárea de emergencia y desde los 18 meses se ha sometido a varias intervenciones oculares para subsanar su problema, ninguna de ellas exitosas.

Sin embargo, el pasado mes de diciembre, muchos ya notaron que el aspecto de Luisa, que acompañó a sus padres el príncipe Eduardo y Sophie a una carrera de caballos de Ascot, había cambiado sustancialmente. Según confirma la revista «¡Hola!» , en su versión británica la pequeña de diez años ha recuperado la normalidad en sus ojos después de una última operación, en la que todo ha ido a la perfección.

Aunque son pocas las ocasiones en las que Lady Luisa hace apariciones públicas, cada una de ellas sirve para constatar el gran parecido que guarda con su abuela, la Reina Isabel II. Pero no solo se trata de algo físico, sino que va más allá. Comparten carácter, actitud y aficiones, como el montar caballo y los más cercanos aseguran que mantienen una relación muy cercana.

La última vez en la que las cámaras pudieron captarlas juntas fue el pasado 25 de diciembre, durante la misa de Navidad en Sandringham, donde muchos ya se percataron del cambio en la mirada de la niña, de cabellos rubios y rostro angelical.

La pequeña, que fue dama de honor en el cortejo nupcial de la boda de su primo el Príncipe Guillermo, nunca ha permitido que su anomalía en la visión pudiera afectar en lo más mínimo a su día a día y según sus padres, ha sido siempre una estudiante ejemplar y una joven muy alegre.