Víctima de la guillotina

Así le cortaron la cabeza a María Antonieta

La reina destronada, tachada de frívola y despilfarradora, fue acusada de los crímenes más degradantes y ejecutada en la plaza de la Revolución, en París.

María Antonieta

María Antonieta

Retrato de María Antonieta con una rosa (1783) realizado por Marie-Louise-Élisabeth Vigée-Lebrun. 

© FINE ART IMAGES / GTRES

María Antonieta fue uno de los personajes más importantes de la Historia de Francia y de Europa. El 14 de octubre de 1793, la reina destronada, calificada de azote y sanguijuela de los franceses, abandonó su celda y compareció, pálida y fatigada, ante el Tribunal Revolucionario, en La Conciergerie, en París, considerada la antesala de la muerte. La archiduquesa de Austria fue acusada de conspirar contra Francia y de promover intrigas de toda especie, de satisfacer sus caprichos desmesurados arruinando las finanzas del país e incluso de haber mantenido una relación incestuosa con su hijo Luis Carlos, delfín de Francia. Aficionada al teatro y a los grandes bailes, a los juegos de naipes y a la moda, María Antonieta fue odiada por un pueblo acosado por el hambre.

Abucheada e insultada

La mañana del 16 de octubre de 1793 todo París se halla en las calles, en los balcones y en los tejados. María Antonieta, abucheada e insultada, se dirige al cadalso con las manos atadas a la espalda, condenada a morir en la guillotina, a los 37 años de edad, y casi nueve meses después de la ejecución de su marido, el rey Luis XVI. Cae la cabeza de la reina y el verdugo la muestra a la muchedumbre que abarrota la plaza de la Revolución -la actual plaza de la Concordia, donde nace la avenida de los Campos Elíseos- y que grita con furia: ¡Viva la República!

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