Luis Islas, el destino, la pelota y los recuerdos de México | El Heraldo de México
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Luis Islas, el destino, la pelota y los recuerdos de México

DEPORTES

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CULIACÁN.- Luis Islas era el dueño del arco. Si su vida diera pie al guión de una película, en el tráiler de los momentos icónicos irían tres escenas: la del portero, de 15 años, que enfrentaba a jugadores de 30 en Chacarita Juniors, el Loco que, más grande, se hizo ídolo en Independiente y la del campeonato del mundo en México 86, al lado de Diego Armando Maradona. La primera parte transcurre en la zona noroeste del Gran Buenos Aires y termina en nuestro país, con los Dorados de Sinaloa. En medio, sin embargo, algo más se construye: un lazo emocional que lo une a otros dos clubes: el Toluca y el León, donde el número 5 se puso los guantes. El protagonista sonríe y asiente, 22 años después de aquellas imágenes. “Mi idea, te lo digo abiertamente, porque lo hablo con mi familia, es establecerme en México y seguir aquí mi carrera como entrenador. Es algo de lo que estoy convencido”. El filme salta a la siguiente locación, en la misma respuesta: el restaurante del Hotel Lucerna, en Culiacán, Sinaloa. “Desde hace tiempo, donde está Diego, estoy yo. Es un placer y una responsabilidad enorme. Pero me gustaría estar mucho tiempo acá. Si es en Dorados, sería buenísimo”. En la capital sinaloense, como lo fue antes en los Emiratos Árabes Unidos, Islas es el hombre está detrás de la dirección técnica de Maradona. Con él, la película siempre vuelve a los partidos de la Copa del Mundo, con la selección argentina. Pero también provoca otros recuerdos: los más de 50 partidos que El Loco defendió el arco de los Diablos Rojos, y los más de 40 que, con el 5 y el pelo rubio, siguió su historia con los Panzas Verdes.  
México es mi segunda casa. Mi hija Dafne, que va a cumplir 21 años, es mexicana. Tuve el placer de salir campeón del mundo en este país, con Diego y ese gran equipo. Tengo amigos, mucha gente del Toluca y el León que es parte de mi vida. Cuando surgió la posibilidad de venir a Dorados, estaba también la de Bielorrusia. Pero para mí es fundamental estar en un país en el que uno conoce su futbol. Diego no lo dudó un instante”.
  La última parte del guión la escribe Islas con El Diego. Ambos lograron juntos el ascenso del Al Fujairah, en la segunda categoría del futbol de Medio Oriente. Y, después, aceptaron sumarse a los Dorados de Sinaloa, con seis juegos sin ganar, un promedio de ocho mil aficionados en el Estadio Banorte -de los 23 mil de capacidad- y en los últimos lugares de la competencia. En ese microclima, sin embargo, la ilusión lleva una idea: ganar y seguir de pie. Como el tráiler de esta película.   Por Alberto Aceves