perlery escribió:
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Me sumo al
de Perlery y sigo entonces... A ver si lo terminamos al tema en la semana. O lo intentaré al menos.
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Nos habíamos quedado con el asesinato deshonroso de Louis I post haberse rendido por la claque de los duques de Guisa.
Post la batalla de Jarnac, en la que su padre perdió la vida a manos de quiénes ya sabemos, el joven
Henri I de Borbón, 2º Príncipe de Condé, fue presentado a los soldados al mismo tiempo que Henri de Navarra; el partido protestante aseguraba en ese solemne acto el relevo generacional en el compromiso de los "Príncipes de la Sangre" en la defensa de la causa Hugonote.
Ya hemos caracterizado al padre pero... ¿Quién era el hijo?
Representado aquí en un dibujo de Clouet. A nivel físico, ésto es lo que nos ha llegado: poseía lo que muchos consideraban un rostro ingrato (¿?), se lo tenía por un ser sombrío a la par que algo tímido. El Almirante De Coligny lo había educado en la fe hugonote a fines de moldearlo cual un personaje fanático... militante, agrio y poco hábil. Y si bien en no pocos aspectos compartía con su primo, el rey Enrique III de Navarra (futuro Enrique IV de Francia), algunas convicciones, eran polos opuestos en todo lo demás.
Post la Paz de Saint-Germain (1570), Henri I de Condé opto por un obvio mutis por el foro retirándose a sus posesiones del Béarn, ya sabrán por Minnie que en aquella época si te mandaban a tus tierras o te recluías en ellas era que estabas al borde del:
- Exilio
- Cárcel
- Muerte
Fue allí dónde acabaría casándose con la princesa Marie de Clèves, condesa de Beaufort, el enlace sería breve ya que ella moriría dando a luz a su hija Catherine (1574–1595), Marquise d'Isles.
La breve 2º Princesa de Borbón-Condé, Marie de Clèves. No obstante con esta pequeña tragedia personal, o contratiempo ya que dudo que las nupcias en sí fueran por amor, Henri debió enfrentar los terribles sucesos de ese fatídico hecho conocido como "La Noche de San Bartolomé". Para los que no lo saben post la boda de Henri de Navarre y Marguerite de Valois, París, estaba a rebosar de hugonotes y católicos que no se podían ni ver pintados, eso era receta para el desastre que se desató cual vendaval post los festejos esa misma noche; en el curso de la terrible y sangrienta matanza el Príncipe de Condé se salvará al abjurar de la fe protestante (por obligación y con gran premura) sumado a la intervención del rey Carlos IX contra los Duques de Guisa y el Duque de Anjou (futuro rey Enrique III de Francia) que deseaban pasarlo a degüello, para también los que no lo recuerdan, su primo se salvó de una forma bastante similar gracias a la intervención de su reciente esposa que impidió que sus cuñados lo mataran ante sus ojos.
Henri, tras escapar de la carnicería parisina, consigue huir de París hacia Estrasburgo, la capital alsaciana, dónde buscará refugio. Desde allí, de la mano de su aliado al Duque d'Alençon (hermano menor del rey), asistido por mercenarios alemanes, llevó una campaña militar contra el rey Enrique III de Francia. La misma tendría más éxitos que las iniciadas por su padre, ya que tras la toma de la ciudad de Neufchâteau, el monarca francés debió mostrarse un tanto más diplomático al grado de sentarse a negociar con el Duque d'Alençon. Sin embargo esa sería su único acierto, aquella negociación significa el sacrificio del Príncipe de Condé que irá acumulando fracaso en fracaso, al grado de tener que una vez más huir para salvar su pellejo buscando refugio en Guernesey, ya que no logró interesar a ninguna testa coronada extranjera en su causa.
Podrán pensar que ese fue el fin de Henri I, 2º príncipe de Borbón-Condé pero ¡no! La corte francesa es peor que un tablero de juego de estrategia y guerra, alianza actual es pan de hoy, hambre para mañana así que pese a todo lo sucedido volvería a sus tierras, una vez más, en un pseudo exilio dónde como venia del monarca recibiría el recibiría el nombramiento de gobernador de la provincia de Picardía, pero no todo es un lecho de rosas ya que no habiendo podido tomar posesión de Peronne, tuvo que sitiarla y tomarla por la fuerza.
Como les dije, las alianzas cambiaban como el clima, el príncipo terminaría aliado con su siempre cambiante primo, el rey de Navarra, contra los católicos
moderados de la Santa Liga, comandada por el rey de Francia.
Más, como ya les aclaré, el 2º príncipe de Borbón-Condé carece de las cualidades de su padre viéndose eclipsado por su primo, Henri d'Navarre tanto en lo que respecta al arrojo como a la habilidad diplomática, terminaría asistiendo impotente a la dispersión de su propio ejército.
Pero por suerte no todo sería desastroso en su vida, en su madurez contraerá segundas nupcias con Charlotte-Catherine de La Trémoïlle (en 1586), quien incluso renunciaría al catolicismo por él. Será ella quien, por fin, le proporcione el tan ansiado heredero varón que prosiga con su estirpe:
Henri II.
Charlotte-Catherine de La Trémoïlle (1565-1629), Princesa de Condé y segunda consorte de Henri I; representada aquí por Ribou. El 2º Príncipe de Borbón-Condé seguiría guerreando en las múltiples y sucesivas campañas de su primo, el rey de Navarra, llegando incluso al extremo de ser gravemente herido en la batalla de Coutras (1587).
Ésto, sin embargo, no lo detendría ya que recuperad de sus heridas se dispuso a reanudar la campaña militar respondiendo a la llamada de Enrique de Navarra hasta que, de forma súbita, fallece sin causa aparente en 1588.
Imagínense qué pensaron todos, ¡exacto! ¡¡Venenos!! Incluso los médicos que lo asistieron llegaron a afirmarlo, se llegó al extremo de abrir una investigación, sus sirvientes fueron sometidos a interrogatorios y diferentes torturas, llegando incluso a recaer las sospechas sobre su joven consorte. Charlotte-Catherine fue señalada como instigadora del envenenamiento, arrestada y encarcelada, daría luz a un hijo varón póstumo, Henri II de Borbón. Se llegó a rumorear entonces que el heredero de los Condé era hijo natural del rey Enrique de Navarra. Pero no...
Sería liberada tiempo después por Henri IV quién no pudo encontrar pruebas fehacientes de su crimen, su hijo fue entonces reconocido heredero de la Corona de Francia hasta el nacimiento del Delfín Louis, primogénito de Henri IV y de su segunda esposa María de Médicis (1601). Madre e hijo se convertirían al catolicismo por una directiva del monarca.
Con Henri I de Borbón-Condé se inauguró la tradición de enterrar a los miembros de la familia en la iglesia de
Vallery.
Espero no haya sido demasiado... Mañana continúo, si puedo, con
Henri II.