Castillos de Baviera y palacios: los 5 más famosos de Alemania

Castillos de Baviera y palacios

Te invitamos a descubrir los Castillos de Baviera y sus palacios más famosos, repartidos por esta región del sur de Alemania con capital en Múnich y rodeada los Alpes.

Baviera es una de las regiones más visitadas del país, por su historia, su cultura, su naturaleza exuberante y, sobre todo, por los maravillosos Castillos de Baviera de Luis II, el llamado Rey Loco.

Sería este monarca quien mandaría construir, a finales del XIX, buena parte de los palacios y castillos que hoy podemos visitar en nuestra ruta por los Castillos de Baviera.

Quién le iba a decir a este rey que concibió todos ellos como lugares aislados en los que escapar de la encorsetada vida de la Corte que estos castillos, entre los que destaca el Castillo de Neuschwanstein, acabarían encabezando la lista de los sitios turísticos más visitados de Alemania.

En este artículo te contamos cuáles son los Castillos de Baviera imprescindibles y los que debes incluir en tu lista si estás preparando una ruta por Baviera.

¡Coge papel y boli, que comenzamos!

🏰 Castillo de Neuschwanstein, la joya de Baviera

No hay lista de Castillos de Baviera que no esté encabezada por el Castillo de Neuschwanstein, y es comprensible: este es el castillo más famoso de Alemania, el más fotografiado y, también… el más turístico.

Aún así, merece la pena verlo porque sin duda, es el más espléndido entre todos los Castillos de Baviera de Luis II, el que mejor refleja la personalidad de este rey controvertido y en cuya arquitectura dio rienda suelta a todas sus ilusiones decorativas, materializadas en un palacio de ensueño situado en un bosque de los Alpes con un lago a sus pies y destinado a ser refugio y casi escondite de un rey al que nunca le gustó gobernar.

Aunque el Castillo de Neuschwanstein no llegó a terminarse, es posible visitar las casi 20 habitaciones que sí fueron finalizadas para dejarse sorprender por una decoración rica en elementos fantásticos y del folclore local, inspirados en las leyendas bávaras y en las óperas de Wagner ambientadas en la Edad Media.

El número uno en cualquier ruta de los Castillos de Baviera.

🏰 Palacio de Linderhof (el pequeño Versalles)

Tu segunda parada imprescindible en esta ruta por los Castillos de Baviera tiene que ser el Palacio de Linderhof, pequeño, coqueto y recargado, un palacio afrancesado que homenajea a la monarquía absoluta de Luis XIV, el Rey Sol, omnipresente en toda la iconografía de Linderhof (que por algo es conocido como el pequeño Versalles alemán).

El Palacio de Linderhof asombra por su estilo barroco y un interior rococó que rompe con un entorno natural deslumbrante sin necesidad de grandes aderezos: hay que verlo para entenderlo, recorriendo su Cuarto de los Espejos, una copia de la conocida Sala de los Espejos de Versalles, y paseando por sus jardines llenos de fuentes ornamentales, parterres de flores y desvaríos arquitectónicos varios, como una pagoda china, una casa marroquí o una gruta de Venus destinada únicamente a que Luis de Baviera pudiera escuchar las óperas de Wagner en completa soledad.

Imprescindible.

🏰 Palacio de Herrenchiemsee (el gran Versalles)

Los delirios de grandeza de Luis de Baviera alcanzaron su máximo exponente en el Palacio de Herrenchiemsee que, a diferencia del anterior, pasó de inspiración a copia: el Palacio de Herrenchiemsee imita al Palacio de Versalles por dentro y por fuera, del derecho y del revés. También tiene una Sala de los Espejos, las habitaciones del rey son un modelo exacto de las del palacio francés… allá donde mires, es difícil recordar que estás en el corazón de Alemania y no en las afueras de París.

Pero no se puede negar que el Palacio de Herrenchiemsee también tiene cierta originalidad, pues está construido en una isla en mitad del lago Chiemsee a la que solo se puede llegar en ferry.

La propia isla puede presumir de tener una naturaleza impresionante, que hace que merezca la pena pasar allí el día y visitar, además del (también inacabado) interior del Palacio de Herrenchiemsee, el Museo de Luis de Baviera, los jardines del palacio, con sus fuentes monumentales, o la colegiata de San Agustín.

¡No te lo pierdas!

🏰 Castillo de Hohenschwangau, donde empezó todo

No, el Castillo de Hohenschwangau no fue fruto de la imaginación de Luis de Baviera, porque ya existía mucho antes que él: este castillo enclavado en los Alpes bávaros y a poca distancia del Castillo de Neuschwanstein ya era, mucho antes que este último, el apartamento de verano de la familia real.

El Castillo de Hohenschwangau fue residencia veraniega de los reyes bávaros y el lugar donde Luis II pasaría buena parte de su infancia, lo que sin duda sería el germen de la futura construcción de los llamados Castillos del Rey Loco.

Aunque sea mucho más antiguo y posea un interior asombroso, el Castillo de Hohenschwangau está condenado a vivir a la sombra del Castillo de Neuschwanstein, que atrae, irremediablemente, muchos más turistas desde su posición elevada al otro lado del valle.

Pero si tienes tiempo de sobra, nosotros te aconsejamos visitar los dos lugares, ya que el Castillo de Hohenschwangau se encuentra a un paseo muy cortito desde Schwangau, el pueblo donde se encuentra el Ticket Center para recoger las entradas a los castillos de Baviera, y es un buen punto de partida para adentrarse en la historia del Castillo de Neuschwanstein y en la infancia del Rey Loco.

🏰 Residencia de Múnich (Residenz)

En una callejuela del centro de Múnich encontrarás la entrada a Residenz, el palacio real en la capital de la dinastía de los Wittelsbach hasta el siglo XX.

Tras esta fachada sobria y poco llamativa se esconde, sin embargo, uno de los lugares más fascinantes de Alemania: un suntuoso palacio en el que se suceden una decena de patios y más de un centenar de salas que te dejarán boquiabierto, como el Antiquarium de estilo renacentista o el Teatro de Cuvilliés, una verdadera joya del barroco.

La Residencia de Múnich es el mayor palacio urbano del país y, en nuestra opinión, uno de los más bellos de Europa. En su interior puedes apreciar todos los estilos arquitectónicos y decorativos, desde el Renacimiento al Neoclásico, con una muestra de arte y un tesoro propio que están considerados como uno de los mayores museos del Barroco del mundo.

No se nos ocurre mejor forma de pasar una tarde en Múnich que dejándose llevar por el interior de Residenz que, a pesar de ser destruido en buena parte durante la Segunda Guerra Mundial, fue reconstruido en años sucesivos y en la actualidad es una de las mejores visitas que puedes hacer en la capital de Baviera.

🏰 Palacio de Nymphenburg

En las afueras de Múnich encontrarás el Palacio de Nymphenburg o Palacio de las Ninfas, construido por los reyes de Baviera en el siglo XVII, y el lugar donde nacería un par de siglos después el rey Luis II.

Este palacio ejerció, también, como residencia de verano de los Wittelsbach, y fue muy utilizado por todos los miembros de esta dinastía debido a su cercanía a Múnich (de hecho, es el único de los palacios de Baviera que continúa siendo habitado por el actual heredero de la Casa Wittelsbach).

El interior de Nymphenburg es como un museo gigante, o más bien varios, pues alberga desde una colección de carrozas magnífica (entre las que se incluyen los trineos utilizados por los reyes para moverse en invierno) hasta una colección de porcelana valiosísima o una galería de retratos de las mujeres consideradas más hermosas por Luis II en su época (así como lo lees).

Además, el Palacio de Nymphenburg cuenta con otras muchas pinturas y obras de arte distribuidas a lo largo de decenas de salas decoradas ostentosamente, como corresponde a un palacio barroco de estas dimensiones.

No te pierdas tampoco los jardines del Palacio de Nymphenburg, abiertos solo en verano, que cuentan con dos lagos y que están decorados con un gran número de esculturas mitológicas (entre las que se incluyen, por supuesto, ninfas).

👌 5 consejos para visitar los Castillos de Baviera

💰 Si quieres ahorrar en tu ruta por los Castillos de Baviera, sácate la entrada combinada Königsticket (que incluye el Castillo de Hohenschwangau y el Castillo de Neuschwanstein) por 25 € o la tarjeta de los Castillos de Baviera llamada Königsschlösser (que incluye el Castillo de Neuschwanstein, el Palacio de Linderhof y el Palacio de Herrenchiemsee) por 26 €.

Puedes comprar la tarjeta de los Castillos de Baviera o la entrada Königsticket en cualquiera de los castillos incluidos.

🎫 Recuerda comprar tus entradas a los Castillos de Baviera con antelación, especialmente si tienes pensado visitarlos en temporada alta (verano, Semana Santa, puentes o Navidad). Todos ellos, y sobre todo el Castillo de Neuschwanstein, son lugares muy turísticos que se llenan enseguida en ciertas fechas y donde es fácil encontrarte con la desagradable sorpresa de que no quedan entradas disponibles si vas a comprarlas a última hora (si has leído nuestra Guía del Castillo de Neuschwanstein ya sabrás que este y otros palacios de Baviera solo pueden visitarse con guía oficial y en un horario específico de entrada, lo cual limita bastante la visita y obliga a planificarnos muy bien).

🛏️ El mejor sitio donde dormir para visitar los Castillos de Baviera es Múnich: en la ciudad está el principal aeropuerto y tendrás buenas comunicaciones por transporte público y carretera hasta todos los castillos y palacios de Baviera. Además, Múnich cuenta con una oferta de alojamiento más amplia y variada en precios sumada a todos los servicios con los que cuenta una ciudad grande, y es el lugar desde el que salen y al que vuelven todas las excursiones a los Castillos de Baviera, por si prefieres visitarlos con guía en español. Por supuesto, Múnich en sí también tiene muchísimas cosas que ver, como los dos palacios que te hemos mencionado en este artículo.

☂️ Ve preparado: no olvides que, incluso en verano, estás en los Alpes: es imprescindible llevar ropa de abrigo (con primera capa térmica) en invierno, además de un abrigo y calzado impermeables porque la zona es lluviosa. En verano, lleva siempre agua suficiente, crema protectora para el sol y calzado cerrado y cómodo (no es muy recomendable subir hasta el Castillo de Neuschwanstein con sandalias). Incluso aunque viajes a Baviera en época de calor, lleva siempre un chubasquero plegable en tu mochila: lo agradecerás si cae un chaparrón inesperado mientras haces cola para recoger las entradas o para subir a alguno de los Palacios de Baviera.

📝 Planifica MUY BIEN tu itinerario: aunque todos estos Castillos de Baviera se encuentran más o menos por la misma zona, no quiere decir que estén cerca entre sí (de ahí lo de ir y volver a Múnich en el día para poder verlos en distintas jornadas). Unos están a una hora desde Múnich, otros a dos y en dirección contraria al primero… además, tampoco están bien comunicados por transporte público entre ellos, por lo que quitando los dos que se encuentran muy cercanos (Neuschwanstein y Hohenschwangau), no es recomendable intentar visitar dos o tres en un solo día, salvo que vayas con tu propio coche o que reserves nuestra excursión al Castillo de Neuschwanstein desde Múnich, donde además de ver el castillo más famoso visitamos también el Palacio de Linderhof, cubriendo los dos palacios de Baviera más espectaculares en un solo día gracias a que nos movemos en vehículo privado sin depender de los retrasos del transporte público.