Los crímenes de la academia

Película ambientada en el siglo diecinueve a orillas del rio Hudson, en Nueva York. La historia gira en torno a la investigación de unos crímenes cometidos en una academia militar, como así reza en su título.

La película empieza muy bien, enganchándote desde el primer minuto gracias a que el primer conflicto aparece simultáneamente con las primeras letras de crédito. Aquí si que no deja lugar a relleno, no como en otras producciones, que entre presentación de personajes y demás historias el primer conflicto aparece al cabo de media hora, aquí es instantáneo y además de prometer se agradece. Pero nada más lejos de la realidad.

Cuando ves que la investigación va a correr a cargo de un personaje más que interesante interpretado por el siempre sobrado Cristian Bale, y un muy solvente Harry Melling en el papel de un joven Edgar Allan Poe, comienzas a frotarte las manos, pero la decepción no tarda en llegar.

La película está cocinada a fuego lento, demasiado lento,. Al principio se sostiene gracias a unos diálogos muy interesantes y a unas conclusiones brillantes llevadas a cargo por la pareja de protagonistas, pero en cuanto pasan los minutos el ritmo narrativo va decayendo tanto que hasta se hace pesada en su segunda hora. Le falta mucho suspense, y la tensión que prometía al principio acaba desvaneciéndose. Es el tipo de película que en cuanto acabas de verla, te lamentas por lo que pudo haber sido y no fue, porque ingredientes buenos para hacer algo notable tenían y más que de sobra.
Aún así y con todo esto, se deja ver gracias a un reparto de lujo, las buenas interpretaciones y a unos personajes bien construidos

La película tiene grandes actores que logran hacer que la veas hasta el final, por eso están ahí, por eso y porque les deben de pagar muy muy bien. parece que está basada en un libro, como casi todo ya. Ni idea de si será una buena adaptación lo que si es una película sin alma. Una reflexión: Netflix no quiere hacer películas que sean demasiado buenas ni demasiado malas, solo quiere películas que cumplan. Yo he visto aquí una película hecha a molde, otra más, como todos los productos de esta plataforma. El uso de la cámara me aburre, ningún plano decente, todo planos normalitos: El señor Bale hablando vestido de época (toda la película con la misma ropa) pam, pam, pam, suelta sus frases y a otra escena en distinto lugar, zasca, no hay transiciones nadie camina por ninguna parte, no se recorren las localizaciones, ni siquiera sabes dónde están, me supongo que todo sucede en alguna parte, cerca de ahí, en algún momento posterior. De pronto, un flashback totalmente innecesario para espectadores despistados y vuelta a la película. Blablabla. Siguiente escena. Así dos horas. No hay nada en plano que no sean los actores estáticos interpretando sus papeles de la mejor manera que saben. La cámara aburre, no aporta nada, los planos aburren... No hay alma, no hay amor en esta manera de hacer cine. Después de ver ya unas cuantas de esta plataforma, casi todas decepcionantes, creo que Netflix no quiere hacer una película de culto porque tiene miedo de hacerse la competencia a si misma. Se han propuesto bajar la calidad media del cine para crear espectadores mediocres y convertir lo mediocre en arte, en cine. Enhorabuena.

Los crímenes... es una de esas pelis en donde el contexto histórico (junto con sus vestuarios, formas, modismos al hablar y un largo etc) termina por importar más que la misma trama. No necesariamente porque no haya nada que contar, de hecho si a un drama de época le acoplamos el apellido de un tal Poe la cosa podría haber derivado en una bomba cinematográfica. Sin embargo, esta propuesta cuenta con aciertos muy notorios...y falencias muy marcadas.

Lo mejor: como drama de época es impecable, aunque más orientado desde el tono hacia el thriller moderno. Con una acertada dirección de actores, muchos de ellos (Bale, Anderson, Melling) tienen registros teatrales que saben explotar en escenas puntuales. Algunas tomas parecen teatro camuflado, incluso desde los cambios de plano. Por su parte, la recreación contextual, esa academia perdida entre los montes nevados, ayuda (un poco) a la construcción de una atmósfera que nunca termina por despegar del todo. Los diálogos se asemejan a traslaciones literarias en formato guionado y reflejan bastante bien el espíritu de la época.

Lo peor: la obra se percibe, desde el inicio hasta su culminación, como un relato con imágenes añadidas. Resulta en extremo fría, distante. Algunos actores dan en la tecla en los momentos justos para aportar algo de drama a una propuesta que se antoja demasiado impersonal. La peli se "explica", se "narra" a cada momento cual puzzle de aquellos policiales románticos de antaño. La imagen de Poe suma en sus tormentos conceptuales pero resulta difícil sentir su tormento de una manera que no sea estrictamente intelectual o filosófica. La trama pierde todo su potencial dramático en un ascéptico juego de detectives, siempre con algo que contar o descubrir, como si fueran piezas pasivas de un conflicto personal del que no terminan de hacerse cargo del todo (a excepción de Bale).

Los crímenes... queda así como una propuesta que, por supuesto, se deja ver, pero sin exprimir todo su potencial, anclándose en un thriller genérico, de época.

Me uno al club del 6.

Película que arranca de forma interesante. Buena época y ambientación (invierno, orillas del río Hudson en el s.XIX) lo que hace que conjugue con una muy buena fotografía.

En muy poco tiempo pone sobre la mesa y te introduce en la trama e investigación del detective Landor junto a los personajes y lo que hace es efecto de decir, ¡va! Investiguemos.

Además, el aliciente de ver a un joven Edgar A. Poe como si de Watson se tratase, es genial. Harry Melling hace un actuación genial (la verdad, es que viene ejerciendo muy buenos papeles y, ya sea por su personalidad, expresividad, etc, hace que merezca la pena ver como se desarrolla como actor eligiendo papeles que le vienen como anillo al dedo).

Ahora bien, salvo los momentos precisos donde hay conversaciones donde Landor y Poe elucubran hipótesis sobre sus investigaciones, momentos que son geniales por el uso de la razón que le dan cada uno desde su visión, vemos como el guion y el desarrollo de la trama se va diluyendo a medida que avanza el metraje y se pierde el interés, ya sea por personajes que empiezan a asumir un peso en la trama donde no cobran mucho interés o bien por giros de guion algo predecibles.

Si te gusta este género y la época, ¡entretiene sin duda!

Lo que yo me llevo y le agradezco a esta película es ese apetito de volver a desempolvar los cuentos de Poe traducidos por Julio Cortázar y terminar lo que nunca llegué a hacer, conocer más su obra.

Un thriller con una pareja de protagonistas que resulta interesante, pero con el resto de personajes desdibujado , por los que no se siente casi nada, bien sean víctimas o posibles verdugos, lo que repercute negativamente en el suspense de la trama. Pretende ser oscura, pero le falta emotividad y el necesario impulso narrativo, por lo que la cintar resulta algo fría. Su parte esotérica, poco inquietante, tampoco acaba de incrustarse en la historia. Su giro final sorprende, pero la trama que lo sustenta debería estar más desarrollada.

Resulta novedosa la idea de situar a un joven Edgar Allan Poe como uno de sus protagonistas principales (notable la interpretación de Harry Melling), pero poco tiene en común la película con sus extraordinarios relatos de terror, llenos de malévolo suspense y de insospechados y geniales sobresaltos.

Muy desigual en su conjunto, pero mantiene interés secuencia a secuencia, ya que está bien ambientada y bien interpretada, con algunos diálogos interesantes, todo con una notable factura técnica, aunque algo plana. Recuerda vagamente a "El nombre de la rosa", cambiando el convento por un destacamento militar, pero está lejos de la extraordinaria película de Jean-Jacques Annaud.

En definitiva, tiene muchos elementos para ser mejor película de lo que en realidad acaba siendo, un thriller curioso, pero algo frío y más bien monótono.