El juego ni siquiera ha comenzado y ya se suceden los primeros desencuentros. La nueva legislatura en Italia arranca entre tensiones en el seno de la coalici�n de derechas que gan� las elecciones el pasado 25 de septiembre, mientras siguen las negociaciones para formar un Ejecutivo, con Giorgia Meloni a la cabeza.
En la primera sesi�n del Senado y la C�mara de los diputados, las tres formaciones que integran la coalici�n conservadora (Hermanos de Italia, Liga y Forza Italia) pugnaban por colocar a sus representantes al frente de sendas instituciones. Pero, como viene siendo habitual, las votaciones en el Parlamento italiano no son predecibles.
La voluntad de Meloni se impuso y el senador ultraderechista Ignazio La Russa -uno de los fundadores de Hermanos de Italia y ministro de Defensa entre 2008 y 2011 con Berlusconi- fue elegido presidente del Senado con 116 votos a favor (de una mayor�a de 104) y 65 en blanco.
Los aplausos estallaron en el hemiciclo, sin embargo, su elecci�n advirti� las primeras grietas en la derecha italiana: solo dos votos fueron de senadores de Forza Italia, entre ellos su l�der, Silvio Berlusconi, que a sus 86 a�os vuelve a la C�mara Alta nueve a�os despu�s de su expulsi�n por su condena por fraude fiscal, y vot� por sorpresa tras declararse ausente en un primer momento, como hicieron otros 16 miembros de su partido al estar en contra del reparto de poder y ministerios del nuevo Ejecutivo. "He votado como jefe de grupo pero los dem�s no quieren. Al fin y al cabo, esto es la democracia", declar� el ex premier y magnate.
Aunque Meloni prepara ya su lista de ministros, no hay nada oficial y se prev� que el presidente de la Rep�blica, Sergio Mattarella, inicie las consultas el 19 de octubre. Sin embargo, el malestar de Berlusconi es patente al denunciar vetos a los nombramientos, en especial el de su candidata, la senadora Licia Ronzulli, que en principio no entrar� en el Gobierno. Una de las im�genes de la jornada fue la del l�der de Forza Italia tras una conversaci�n con Meloni, profiriendo un "vaffanculo" desde su esca�o.
La pol�mica votaci�n en el Senado continu�, porque los n�meros no sal�an. �Si Forza Italia no vot�, qui�n apoy� a La Russa? Las especulaciones apuntan a la oposici�n. "No hemos tenido nada que ver con esos votos extra", se apresuraba a declarar el l�der de Italia Viva, Matteo Renzi. Las sospechas reca�an entonces sobre el Movimiento Cinco Estrellas de Giuseppe Conte y el Partido Democr�tico de Enrico Letta. Pero ambos lo han negado. "Irresponsable m�s all� de todo l�mite es el comportamiento de aquellos senadores que han optado por ayudar desde fuera a una mayor�a ya dividida y en apuros. La votaci�n de hoy en el Senado certifica tristemente que una parte de la oposici�n no espera m�s que unirse a la mayor�a", se desmarc� Letta.
La caza a los 'traidores' que se han unido a la mayor�a ha comenzado, pero posiblemente nunca se conocer� ya que la votaci�n era secreta. En su primer discurso, La Russa dio las gracias a todos los que le votaron, a los que "no lo hicieron" y tambi�n a "los que me votaron a pesar de no ser de centro-derecha". En definitiva, un claro reconocimiento de que su elecci�n se produjo dentro de una coalici�n dividida. "Han elegido a un patriota", reaccion� Meloni.
Mientras, en la C�mara Baja, la votaci�n se aplaz� hasta ma�ana ya que se repiti� hasta en tres ocasiones sin lograr los votos necesarios para el qu�rum. El nuevo presidente saldr� de entre las filas de la Liga de Salvini, lo que excluye al partido de Berlusconi del segundo y tercer cargo del Estado.
La intervenci�n que m�s consenso obtuvo en medio de la divisi�n reinante en el espectro pol�tico italiano fue la de la senadora vitalicia Liliana Segre, superviviente de Auschwitz, y que en su discurso record� que este mes se cumple el centenario de la Marcha sobre Roma y el inicio del fascismo.
"Ver�n, en mi �poca, la escuela comenzaba en octubre, y me es imposible no sentir una especie de v�rtigo al recordar que la misma ni�a que, un d�a como �ste de 1938, desconsolada y desconcertada, se vio obligada por las leyes racistas a abandonar su pupitre, hoy se encuentra por un extra�o destino en el pupitre m�s prestigioso del Senado", confes�.
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