Itinerario Medici su historia a través de sus pinturas
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Un itinerario Medici:

La historia de los Medici a través de las obras maestras de los Uffizi

La Galería del Uffizi es una creación de la familia Medici: la construcción del edificio en 1560 se la debemos a Cosimo I, a su hijo Francesco I la creación del museo en 1581, y a la última descendiente Medici, Anna María Luisa la unión perpetua de las obras al estado florentino en 1737. Como era de esperarse, la exhibición de las obras de arte ha sufrido muchos cambios a través del tiempo, pero todavía es posible regresar atrás en el tiempo y aprender acerca de la familia por medio de las extraordinarias obras de arte que comisionarón, amarón y coleccionarón.

Detalles:

  • El itinerario te tomara más o menos 2 horas para terminarlo.
  • El criterio es narrar la história, no tiene como objetivo análisar el estilo de las obras.

Elenco de las obras:

en el segundo piso:

  • Ingreso, el Empoli, Boda de Caterina de’ Medici y Boda de María de’ Medici
  • sala 5 y 6: Gentile da Fabriano, la Adoración de los Reyes Magos
  • sala 7: Paolo Uccello, la Batalla de San Romano
  • sala 8: Alesso Baldovinetti, Pala di Cafaggiolo; Filippo Lippi, Adoración del Niño de Camaldoli, Pala del Noviziato, Virgen con el niño y dos ángeles; Filippino Lippi, Pala degli Otto; Piero della Francesca, Retratos de los Duques de Urbino
  • sala 9: Piero del Pollaiolo, Retratos de Galeazzo María Sforza
  • salas 10/14: Botticelli, La Primavera, El nacimiento de Venus, Pala y el Centauro, la Adoración de los Magos, Retrato de un hombre joven; Hugo van der Goes, Tríptico Portinari
  • corredor de mezzogiorno: Frans Pourbous el Joven, Retrato de la reina María de’ Medici y del rey Enrico IV
  • corredor de levante: Jean Guignard, Retrato de la reina Caterina de’ Medici
  • sala 35: Miguel Ángel, Tondo Doni; Francesco Granacci, Storie di Giuseppe Ebreo; Alonso Berruguete, Salomé y la Madonna col Bambino
  • sala delle Niobe: Pietro Paolo Rubens, Enrico IV en la batalla de Ivry y la entrada triunfante de Enrico IV en Paris; Giusto Suttermans, Il giuramento del Senato fiorentino a Ferdinando II 
  • sala 45:  Luca Signorelli, Madonna Medici; Annibale Carracci, Venus ** Esta sala al igual que las salas, 43 y 44, estan siendo usadas para exponer temporalmente obras de las salas 2 a la 7 que se encuentran cerradas. Las obras de Signorelli y Carracci por el momento no están en exhibción, en espera de nuevas disposiciones.**

En el primer piso:

  • sale 46/55: artistas extranjeros del siglo XVII y del siglo XVIII “pintores de pincel fino”
  • sala 61: Pontormo, Retratos póstumo de Cosimo el Vecchio y el  Retrato de María Salviati
  • sala 64: Bronzino, Retratos di Bartolomeo Panciatichi y de la esposa Lucrezia, Retrato del Enano Morgante
  • sala 65: Bronzino, Retratos de Eleonora de Toledo con el hijo Giovanni, de Cosimo I, de Maria, de Francesco, de Bia y de Giovanni
  • sala 66: Rafael, Retrato del Papa Giulio II, Retrato del Papa Leone X con los  cardinales Giulio de’ Medici y Luigi de’ Rossi
  • sala 71: Correggio, Madonna adorante il Bambino
  • sala 83: Tiziano, Venus de UrbinoRetratos de Francesco Maria della Rovere e Eleonora Gonzaga
  • sala 90: Caravaggio, el Escudo con la cabeza de Medusa y Baco

Iniciamos en la entrada del segundo piso

El itinerario inicia con dos grandes pinturas realizadas en 1600 por el pintor  Jacopo Chimenti conocido como el Empoli, hoy colocadas en el ingreso, que representan los matrimonios de las Reinas de Francia de la casa Medici. empoli-nozze-caterina-medici

A la izquierda la Boda de Caterina de’ Medici (1519-1589) con el delfín de Francia Enrico de Valois, futuro rey Enrico II. El matrimonio fue arreglado en 1533 por el padre del novio, Francesco I, que de la futura nuera apreciaba la inteligencia, la cultura y la gran dote, y por el papa Clemente VII, Giulio de’ Medici, que quería ennoblecer la familia de origen burgues, con la sangre real. En 1533 Caterina tenía solo 14 años y era la última descendiente legítima y directa de la rama principal, de Cosimo el  Vecchio. En el trascurso de su larga vida tuvo que hacer frente a los eventos complejos y dramáticos de las guerras religiosas que ensangrentaron Europa durante todo el siglo XVI y se encontró defendiendo a la monarquía francesa por las ambiciones expansionistas de Felipe II de España, su yerno y de Elizabeth I de Inglaterra. De hecho, fue regente del trono después de la muerte prematura de su amado marido (1599) y más tarde de sus tres hijos, Francesco II, Carlo IX y Enrico III, destinados uno tras otro a substituir al padre, pero incapaces de dar una descendencia a la dinastía Valois. Caterina era de la misma edad que su primo Cosimo I e introdujo en Francia los refinamientos italianos: el uso del tenedor, la costumbre de disfrutar en la mesa las alcachofas y el helado, la apreciación de los perfumes y de la Comedia del Arte. Para ella fue inventada la silla de Amazona que permite a las señoras cabalgar teniendo ambas piernas en el mismo lado.

A la derecha encontramos la Boda de María de’ Medici (1573-1642), hija del Gran Duque Francesco I y de Giovanna d’Austria, con el rey de Francia Enrico IV de Navarra. Para este último se trataba de su segundo matrimonio después del divorcio de la reina Margot, hija de Caterina de’ Medici, y la retractación de la fe hugonota, de hecho fue él quien pronunció la famosa frase “Paris bien vale una misa” cuando le ofrecieron la sucesión del reino de Francia con la condición de que se convirtiera al catolicismo. El matrimonio se celebró a través de un procurador en el Duomo de Florencia el 5 de octubre de 1600 y después la esposa se embarcó para Marsella con una flota de 17 galeras para reunirse con su esposo en Lyon, donde la unión se consagró el 17 de diciembre en la catedral de la ciudad. La vida de María no fue feliz ya que, después del asesinato de su marido, el poderoso ministro cardenal Richelieu consiguió alejarla de su hijo Luigi XIII y la obligó a emigrar a los Países Bajos y después a Alemania, muriendo en Colonia.

SALAS 5 y 6

Las salas 5 y 6 están dedicadas al Gótico Internacional, encontramos la maravillosa Adoración de los Reyes Magos de Gentile da Fabriano, realizada en 1423 para el banquero florentino Palla di Noferi Strozzi. Ellos eran muy cultos y conocían incluso el griego antiguo. En su juventud fue amigo de Cosimo el Vecchio de’ Medici pero más tarde los acontecimientos políticos habían dividido a los dos personajes: Palla Strozzi pertenecía a la oligarquía de las familias magnate florentinas del grupo anti Medici que en 1433 votaron por el exilio de Cosimo. Sin embargo él supo aprovechar el apoyo del pueblo y en su regreso a Florencia en 1434 hizo exiliar a los adversarios, y por lo tanto también a Strozzi, que nunca fue capaz de volver a casa y que vivió el resto de su larga vida en Venecia. La obra que aquí se admira, proviene de la sacristía de la iglesia Santa Trinidad, construida por la familia Strozzi por Ghiberti como una capilla familiar, revela el gusto exquisito y refinado del noble banquero, retratado como un elegante caballero de turbante azul y oro que sostiene el falcón con la mano izquierda.

SALA 7

En la Sala 7, dedicada a los inicios del Renacimiento, se puede admirar, después del reciente restauro el célebre panel de la Batalla de San Romano. Los momentos más importantes de esta batalla, ganada por los florentinos en 1432 contra el ejercito de Siena aleados con los Visconti de Milán, fueron narrados en 1436-1440 por Paolo Uccello como un poema caballeresco en tres grandes paneles, por encargo de un comerciante florentino Lionardo Bartolini. Lorenzo el Magnífico en 1484, aprovechando de la discordia entre los herederos de Bartolini, la compró y la hizo adaptar a la sala del Palacio Medici en vía Larga hoy vía Cavour, de donde pasaron a la Galería Uffizi en 1784. Por desgracia en 1820 dos de los paneles fueron vendidos y están ahora en la Galería Nacional de Londres y en el Museo del Louvre en Paris.

SALA 8

En la Sala 8, dedicada a Lippi, se encuentran diversos trabajos con temas sagrados realizados por solicitud de los Medici. De hecho los ricos banqueros destinaban una gran cantidad de recursos a la beneficencia y al patronato de iglesias y conventos, a través de los cuales se proporcionaba la salvación de sus almas.

En la pared del ingreso se encuentra la Pala de Cafaggiolo di Alesso Baldovinetti, comisionada en 1453 por Piero el Gotoso para la capilla de su villa en Mugello con motivo del nacimiento de su hijo Giuliano. Se representa a todos los santos de los cuales los Medici llevaban el nombre: Francesco, Cosma y Damiano, San Juan Bautista, Lorenzo, Pedro Mártir y también Giuliano.

En la pared derecha de la entrada está la Adoración del niño de Camaldoli de Filippo Lippi, comisionada en 1463 por la esposa de Piero el Gotoso, Lucrezia Tornabuoni, que sería colocada en la celda dedicada a San Juan Bautista reservada para los Medici en el convento de los monjes benedictinos fundado por San Romualdo, que se representa en la parte inferior derecha. Los Medici tenían una celda reservada para ejercicios espirituales también en el convento de los frailes dominicos de San Marco, que fue completamente reconstruido por el arquitecto Michelozzo de 1437 a 1452 por encargo de Cosimo, el cual gastó más de 36,000 ducados.

En la pared frontal del ingreso se encuentra exhibida la llamada Pala del Noviziato, proveniente de la Capilla del Noviziato de Santa Croce realizada también por Michelozzo y que Cosimo el Vecchio, había construido para los frailes franciscanos en 1445. A ambos lados de la Virgen con el Niño, se encuentran los Santos de Cosme y Damiano con San Francesco y San Antonio de Padua.

Filippo Lippi fue uno de los artistas predilectos de Piero el Gotoso, personaje sabio y refinado de la familia Medici, que con el pintor tiene en común el año de la muerte 1469. Para el pintó la pequeña, dulce y preciosa Virgen con el Niño y dos ángeles proveniente de la villa del Poggio Imperiale, que pero probablemente su destino era el Palacio Medici. Se trata de un altar para la casa, es decir  no estaba destinado a una iglesia sino más bien para a una habitación, donde a través de una ventana abierta se puede ver  el fondo el mar. Se ha especulado que haya sido solicitada a Lippi cuando Piero el Gotoso intercedió por el delante del Papa Pio II en 1461 para obtener el perdón y la disolución de los votos después de que el pintor, fraile carmelita, había formado un vínculo amoroso con Lucrezia Buti, del cual tuvieron al hijo Filippino. El paisaje del mar tal vez sea el recuerdo de su estancia en Nápoles, donde Filippo huyó con Lucrezia inmediatamente después del escándalo, y el bellísimo perfil de la Virgen María no sea otro que el retrato de ella.

La relación de mecenazgo que había hecho Piero de Medici con Filippo Lippi continuó con sus respectivos hijos, de hecho el monumental Pala degli Otto (Retablo de los Ocho) que se encuentra en la pared izquierda de la sala, fue dibujada por Filippino Lippi en 1486 para la Sala del siglo XIII en el Palacio de la Signoria solicitada por Lorenzo el Magnífico, que la valuó en 1200 liras o sea 170 florines de oro que le pagaría al artista. La fecha que se lee es 2 de febrero de 1485 pero ésta es la fecha florentina, dado que en Florencia el año iniciaba el 25 de marzo, el día de la Anunciación y de la encarnación de Cristo.

En el centro de la sala están los retratos de los Duques de Urbino de Piero della Francesca, fechados en 1474, año en el que obtuvieron el título ducal, este llegó a la colección Medici, junto con otras obras maestras, en 1631 con el matrimonio de Ferdinando II con su prima Vittoria della Rovere, la última descendiente de la dinastía de los señores de Urbino. Estos que vemos aquí representados de perfil son Federico de Montefeltro y Battista Sforza, después de que los Della Rovere obtuvieran el ducado de Urbino en 1508. El Duque Federico fue uno de los investigadores de la conspiración de los Pazzi, organizada para matar a Lorenzo y Giuliano de’ Medici el 26 de abril de 1478 durante la misa en el Duomo de Florencia, pero fue hasta el año 2004, cuando en algunos  documentos se descubrió su participación, que se mantuvo secreta, incluso para el propio Lorenzo el Magnífico.

SALA 9

En la sala 9 se encuentra el retrato dibujado por Piero del Pollaiolo en 1471, del Duque de Milán Galeazzo María Sforza, por encargo de los Medici con motivo de su visita a Florencia. Este asesinado en 1476, fue el padre de Caterina Sforza que a su vez, fue la mamá de Giovanni dalle Bande Nere.

SALAS 10/14

Siguen ahora las salas 10/14 de Botticelli, donde muchas obras del gran pintor son atribuibles a la familia Medici, sobre todo a la personalidad de Lorenzo el Magnífico y a su ideal del humanismo y del Renacimiento pagano.

La llamada Primavera de Botticelli, realizada en 1482, se encontraba en la época de Giorgio Vasari en la villa de los Medici de Castello. Probablemente realizada para el matrimonio de Lorenzo di Pierfrancesco, primo del Magnífico, con Semiramide Appiani, en 1482. Es Giorgio Vasari quien interpreta el tema como la representación de la primavera, y quien identifica a Venus como la protagonista de la pintura. El tema se tomó De los beneficios, del filósofo romano Seneca y representa el jardín de Venus: a la derecha se reconoce a Mercurio, que con su bastón hace que las nubes invernales se vayan; siguen las tres Gracias bailando tomadas de la mano. En el centro está la diosa, representada embarazada, que según la mitología, es la madre de Cupido. A la derecha de Venus esta Primavera, vestida con flores también embarazada, es ella a representar la bella estación que cada año que regresa trayendo a los hombres felicidad y los dones de la fertilidad. Este concepto se confirma por la presencia de Flora a su lado, la diosa romana de las flores y los frutos, que busca escapar de los deseos amorosos de Céfiro, el viento fertilizante de primavera, que vuela tras ella. Todo el jardín en flor, con los laureles y los árboles cítricos de hojas perennes y sus legendarios personajes, es la representación alegórica del lema de Lorenzo el Magnífico “le temps revient”: el tiempo regresa, según los ciclos de la naturaleza, los hombres deben saber cómo aprovechar el instante y disfrutar de los bellos momentos de la vida: carpe diem! A los pies de Flora florece un iris. La flor símbolo de Florencia que aparece en las armas de la ciudad: el iris florentino que alude a los orígenes romanos de Florentia, fundada, según la leyenda, por los soldados veteranos del Cesar en el año 59 a.C. durante los Ludi floreales, es decir, los ritos paganos de la primavera que debían propiciar la floración.

La diosa del amor y de la belleza es la protagonista de la obra maestra de Botticelli titulada El Nacimiento de Venus, ésta también proveniente de la villa de los Medici de Castello. Han sido escritas muchas páginas para explicar el significado de esta obra, de carácter simbólico y alegórico. Una interpretación convincente informa que en el centro, de pie sobre la concha, esta Afrodita, la diosa griega nacida en Chipre de la espuma del mar. En la parte superior derecha se encuentra Céfiro, el viento cálido de la primavera, con la ninfa amada Cloris que vuelan abrazados soplando el viento distribuyendo rosas rosas, flores sagradas a la diosa, mientras que a la derecha una joven doncella avanza portando una manta para cubrir el cuerpo desnudo y perfecto de la rubia deidad. Se trata de la representación simbólica de la belleza divina de tierras griegas que se acerca a las costas italianas: Venus-Afrodita es la personificación del Renacimiento. La obra de Botticelli fue probablemente sugerida por Lorenzo el Magnífico, conocido no solo como un gran hombre político y riquísimo banquero, sino también como un mecenas de las artes y de las letras. Tuvo como preceptor a los humanistas neoplatónicos Cristoforo Landino y Marsilio Ficino y él mismo fue el autor de varios poemas y de la canción de Baco y Ariadna, donde se lee la célebre frase “quant’è bella giovinezza, che si fugge tuttavia, chi vuol esser lieto sia, del doman non c’è certezza” que quiere decir  “cuánto es bella la juventud, que se escapa todavía, quien quiere ser feliz que lo sea, del mañana no hay certeza”. Al Magnífico Lorenzo lo aluden los árboles del fondo detrás de la joven: se trata del laurel, en latín Laurus, de ahí su nombre, y que en la mitología es la planta sagrada de Apolo y de los poetas, y que además es siempre verde (no conoce el invierno). Según la leyenda, por otra parte, la figura de Venus sería el retrato idealizado de Simonetta Cattaneo, nativa de Portovenere, que se caso con el florentino Marco Vespucci pero amada por Giuliano de’ Medici, aunque sí a la fecha de la realización de la pintura la bella Simonetta y Giuliano estaban ya muertos. Marco Vespucci era primo del explorador Amerigo Vespucci.

Palas y el Centauro de Botticelli fue pintado para conmemorar el importante esfuerzo diplomático de Lorenzo el Magnífico que, después de la conspiración de los Pazzi, en el que él había salido herido y su hermano Giuliano asesinado, decidió presentarse ante el Rey Ferdinando de Nápoles para tratar de hacerlo pasar de su lado en la alianza contra el Papa Sixto IV Della Rovere que había instigado a los conspiradores. Lorenzo se presentó solo delante a el rey, llevándole de regalo, un precioso fragmento de una escultura griega antigua, y obtuvo su benevolencia. La obra muestra a Palas Atenea, la diosa de la razón que usa un vestido adornado con tres anillos entrelazados con la punta de diamante, emblema utilizado por Lorenzo, domando a la bestia, el centauro, que simboliza la inhumana envida y codicia que había animado a los conspiradores y a sus aliados, a pronunciarse en contra de los jóvenes hermanos de la casa Medici.

En la sala se encuentra, Botticelli, el Retrato de un hombre joven con una medalla de Cosimo el Vecchio, del que aún se desconoce la identidad. Podría tratarse de un personaje de la familia o del círculo Medici, o tal vez de un autorretrato de Botticelli. La medalla con la efigie de Cosimo el Vecchio, llamado Pater Patriae, fue acuñada después de su muerte en 1464.

La pequeña Adoración de los Magos pintada por Sandro Botticelli para el comerciante Gaspare de Zanobi de Lama y proveniente de Santa María Novella, testimonia el respeto de las familias florentinas a favor de los Medici. Según lo escrito por Giorgio Vasari, Los Magos están aquí representados con la apariencia de los miembros de la familia: el anciano rey Gaspar de rodillas a los pies del Niño, es Cosimo il Vecchio, el maduro Baltasar, en el centro, vestido con la manta roja adornada de armiño es su hijo Piero el Gotoso y el joven rey Melchor vestido de blanco, es su otro hijo Lorenzo, mientras que los dos jóvenes de pie, uno al extremo derecho y el otro a su lado izquierda con los cabellos y la túnicas negra, son los nietos Giuliano y Lorenzo. El comerciante Gaspare Del Lama es reconocible en el personaje anciano que se encuentra en el grupo de la derecha que mira hacia el espectador, incluso Botticelli se retrató en el joven de túnica amarilla de la derecha, que ve hacia nosotros.

En comparación a las obras contemporáneas de Botticelli se encuentra expuesto aquí el monumental Tríptico Portinari de Hugo van der Goes (1476-1478), que llegó de Brujas a Florencia en 1483, para ser colocado en el altar de la iglesia de San Egidio en Santa María Nuova. Los Portinari descienden del famoso Folco Portinari, padre de Beatrice amada de Dante, que en 1285 había fundado el hospital de Santa María Nuova, de la que su familia fue dueña y benefactora por siglos. El comitente Tommaso Portinari, retratado aquí en los paneles laterales con la esposa e hijos, dirigía la agencia del banco Medici en Brujas en la Región Flamenca.

CORREDOR DE MEZZOGIORNO (Segundo Corredor)

Desde 1613, la obra de Frans Pourbous el Joven, es conservada en la Galería de los Uffizi el retrato de la reina María de’ Medici con el vestido adornado con los lirios de Francia, colocado junto al de su marido Enrico IV el Borbón en la parte final del corredor de mezzogiorno. El hijo menor de María fue Gastón de Orleans, abuelo materno de la Electa Palatina Anna María Luisa de’ Medici y del último Gran Duque Gian Gastone, que toma su nombre de él. Las hijas de María, Elisabetta y Enrichetta María, fueron esposas respectivamente del rey de España Filippo IV y del rey de Inglaterra Carlos I Stuart, éste último decapitado por Cromwell.

CORREDOR DE LEVANTE (Corredor este)

Al final del corredor este, en la parte superior de la pared derecha se encuentra el retrato de la reina Caterina de’ Medici vestida de negro, color que utilizo después de la muerte de su marido, asesinado accidentalmente por un caballero Inglés durante un torneo. Los franceses todavía la llaman la “reine noire” (reina negra), no solo por el color que usaba, sino sobre todo por el recuerdo de la matanza de los hugonotes de San Bartolomé, entre el 23 y el 24 de julio de 1572, y también por el interés en las ciencias ocultas practicadas por su asesor Nostradamus. La pintura, obra del pintor francés Jean Guignard, se encuentra en la Galería desde 1590.

SALA 35

La sala 35, está dedicada a la célebre obra maestra de Miguel Ángel conocido como el Tondo Doni o Sagrada Familia. El nombre que da testimonio de que la obra no fue solicitada por la casa Medici sino por el rico y culto comerciante florentino Agnolo Doni, que en su casa de corso Tintori poseía una colección de obras de arte antiguas y modernas entre las que se encuentra la estatua de bronce Amor Atys de Donatello (ahora en el Museo Nacional del Bargello) y los retratos de sí mismo y de la esposa Magdalena Strozzi realizados por el joven Rafael en 1504 (hoy en la Galería Palatina de Palacio Pitti). Fueron los cónyuges Doni quienes solicitaron a Miguel Ángel en pintar esta Sagrada Familia en ocasión del nacimiento de su primera hija Margarita en 1507. La obra es muy importante ya que es la única pintura al temple sobre una tabla que queda de Miguel Ángel, y además incrustado en su precioso marco original, tallado en el taller de Del Tasso con el diseño del artista. Los Medici obtuvieron el Tondo Doni obligando a los herederos Doni a vendérselos.

En la misma sala están expuestas otras obras que, a pesar de haber sido comisionadas por otras familias florentinas, entraron rápidamente a formar parte de la colección Medici. Vemos por ejemplo, las dos tablas con  Storie di Giuseppe Ebreo (las historias de José el Judío) pintadas por Francesco Granacci para el dormitorio de Pierfrancesco Borgherini con motivo de su matrimonio con Margarita Acciaioli en 1515 y que fueron adquiridas por Francesco I en 1584. Del edificio Casino Medici en San Marco proviene la Salomé del español Alonso Berruguete, quien estuvo en Italia entre 1508 y 1518 siendo influenciado por las obras de Miguel Ángel; otra obra de él también aquí exhibida es, la alegre Madonna col Bambino (Virgen y el Niño), algunos documentos existentes sostienen que en el pasado se encontraba en el Palacio Pitti.

SALA DELLE NIOBE

En la neoclásica sala delle Niobe, que desde 1781 conserva la prestigiosa serie de mármoles antiguos provenientes de la Villa Medici de Roma, se localizan los dos grandes cuadros sin terminar de Pietro Polo Rubens con las glorias del rey francés Enrico IV. Fue la esposa del rey, María de’ Medici quien solicitó al gran pintor holandés la serie de 21 pinturas (1621-1625) para el palacio de Luxemburgo, que aún se conserva en Paris, también estas dos, de 1628 y 1631, que representan al rey Enrico IV en la batalla de Ivry y en su entrada triunfante a Paris, que Ferdinando II recuperó en Amberes. Rubens fue el artista favorito de las dos hermanas Medici hijas de Francesco I: además de que trabajo para la reina María también lo hizo para la corte de Mantua para la Duquesa Eleonora de’ Medici, esposa del Duque Vincenzo Gonzaga. Para ambas familias desempeño el papel de agente, ayudándolos a adquirir obras maestras famosas para sus colecciones, como por ejemplo La muerte de la Virgen de Caravaggio, comprada por el rey Gonzaga en 1607 y ahora en el Louvre. A María de’ Medici demostró fidelidad y afecto hasta el final, ayudándola, después de que había sido alejada de Francia, durante su exilio en los Países Bajos.

En la sala delle Niobe ha sido recientemente reinstalada la pintura de Giusto Suttermans con  Il giuramento del Senato fiorentino a Ferdinando II  (el juramento del Senado florentino a Ferdinando II). En el centro se ven los senadores, todos pertenecientes a la nobleza florentina, que rinden homenaje al gran Duque, que tuvo que suceder al padre Cosimo II a la edad de 11 años en 1621. Junto a él se encuentra la madre, María Magdalena d’ Austria y la abuela Cristina de Lorena (nieta de Caterina de’ Medici) ambas severas y vestidas de luto, que serán durante muchos años las regentes del joven Ferdinando. Encuadra la escena la personificación del río Arno (el anciano desnudo) y  la Florencia Medici (la señora que se encuentra a un lado del anciano).

SALA 45 las dos obras por el momento no son visibles, debido a que la sala está siendo usada para mostrar otras obras.

La sala 45 aloja otra Venus, dibujada en 1578-1588 por el Boloñés Annibale Carracci y adquirda por los Medici en Roma en 1620. La representación de la diosa era para la época demasiado lasciva, por lo que las dos mujeres arriba mencionadas, Cristina de Lorena y María Magdalena de Austria, la expusieron en la Tribuna cubierta con una tela de argumento funebre.

La Madonna Medici de Luca Signorelli expuesta aquí fue dibujada en 1490. Aquí también tenemos el testimonio de Vasari que dice que fue donada contemporáneamente con la Educazione di Pan (destruida en Berlín durante la segunda guerra mundial) a Lorenzo el Magnífico por parte del pintor. Conservada en la Villa Medici de Castello pasó a la Galería Uffizi en 1779. Llegando al final del pasillo sugerimos una parada en la cafetería, que incluye una foto de recuerdo en la hermosa terraza con vista a la Loggia dei Lanzi.

Continuamos en el primer piso…

SALAS 46/55 – LAS SALAS AZULES

El itinerario prosigue en el primer piso en las salas azules, de la 46 a la 55, dedicadas en 2011 a los artistas extranjeros del siglo XVII y XVIII. La mayor parte de las pinturas, a menudo de tamaño pequeño, son obra de los pintores holandeses y flamencos, que fueron muy apreciadas por lo Medici. Muchas de estas obras fueron adquiridas por Cosimo III durante su viaje en las Provincias Unidas (hoy Holanda) en 1668 y 1669 y son obra de los llamados “pintores de pincel fino”, dada la precisión casi en miniatura de los pequeños detalles de las escenas, en los cuadros. Otras obras fueron traídas a Florencia por Anna María Luisa de’ Medici Palatina de la Corte de Dusseldorf, cuando regresó a Toscana después de la muerte del marido Giovanni Guglielmo von Pfalz-Neuburg Wittelsbach en 1717. Mientras los pintores holandeses pintaban naturaleza muerta, escenas de interiores y sujetos del género, (dado que su religión del cristianismo reformado no admitía la representación de escenas sagradas) las obras de la colección flamenca de Anna María Luisa muy devota, son de temas religiosos.

SALA 56 – LLEGAMOS A LAS SALAS ROJAS

Dejando las salas azules se comienza el itinerario en las salas rojas, donde la 56 está dedicada a la escultura helenística, con obras provenientes de las colecciones de la Villa Medici de Roma, y las siguientes a la pintura florentina del siglo XVI. En esta sección se encuentran exhibidos muchos retratos, a menudo de alta calidad, que transmiten las características de numerosos miembros de la familia Medici.

SALA 61

En la sala 61 se encuentra el Retrato póstumo de Cosimo el Vecchio, con el emblema de un tronco de laurel cortado de donde nace un nuevo ramo, que hace alusión al nuevo Cosimo, que da nuevo vigor a la familia después de la extinción de los descendientes del primero. La pintura es de Jacopo Carucci conocido como el Pontormo, pintor muy activo en la gran familia ducal. En la misma sala se encuentra el Retrato de Maria Salviati, la madre de Cosimo I, esposa de Giovanni dalle Bande Nere.

SALA 64

En la sala 64 surgen los Retratos de Bartolomeo Panciatichi y de su esposa Lucrezia del Bronzino (1541-1545). Acusados de haberse unido a las reformas protestantes y procesados por el tribunal de la inquisición en 1552, evitaron ir a la cárcel por la intervención de Cosimo I. En el centro de la sala se encuentra el Doble retrato del Enano Morgante, un lienzo pintado por ambas caras realizado por Bronzino (antes de 1553). La curiosa obra fue pintada para la corte de Cosimo I, donde Morgante era un bufón.

SALA 65

La sala 65 ofrece una serie de estrepitosos retratos Medici realizados por Bronzino. El primero al centro, es el de Eleonora de Toledo, retratado con su hijo Giovanni durante su estancia de verano en la Villa Medici en Poggio a Caiano, en el fondo el paisaje a la luz de la luna. La duquesa Eleonora se casó con Cosimo I a los 17 años, siendo la preferida sobre su hermana mayor. Fue un matrimonio importante porque era la hija de los virreyes de Nápoles, Don Pedro de Toledo, y su unión con los Medici fue la legitimación del poder en las manos de la joven duquesa. Aseguró la descendencia dando a Cosimo ocho hijos. El pequeño Giovanni que aquí está con ella, inteligente y culto, destinado a la carrera cardenal, murió a causa de una epidemia de fiebre en 1662, a los 19 años, pocos días antes que la madre, que tenía solo 40 años.

Junto con el retrato de la rubia Eleonora los de su marido, el Duque Cosimo I con la armadura, y los de algunos hijos: la primogénita y bellísima María, esposa prometida a Alfonso D’Este pero muerta a la edad de 17 años, y Francesco, aquí de 10 años, retratados por Bronzino durante su estancia en Pisa en 1551, y luego Bia, hija natural de Cosimo I, y Giovanni niño, que sostiene con la mano un pájaro, pertenecen a una serie de pinturas de Bronzino de 1545.

SALA 66

La sala 66 está dedicada a las obras de Rafael, que en Florencia pasó un período de estudio de 1504 a 1508, años en los que se restauró el gobierno republicano y los Medici habían sido expulsados.

De la herencia de Urbino proviene del Retrato del Papa Giulio II, Giuliano della Rovere su nombre secular, que en los diez años de su pontificado logró reunir las posesiones del Estado de la Iglesia derrotando a Cesar Borgia y expulsando a los franceses de la península italiana. Justo en la época de la guerra de la Lega Santa, dirigida por Giulio II contra Francia, el cardenal Giovanni de’ Medici, hijo de Lorenzo el Magnífico, logró en 1512 recuperar el gobierno de Florencia para su familia y, el año siguiente, a la muerte del Papa Giulio, fue elegido Papa. De hecho aquí esta exhibido el Retrato de Leone X con los cardenales Giulio de Medici y Luigi de Rossi que Rafael pintó en Roma en 1518 para ser enviado a Florencia. La obra fue colocada en el Palacio Medici de vía larga con motivo del matrimonio del sobrino del Papa, Lorenzo duque de Urbino, con Magdalena de la Tour d’Auvergne, de donde nació Caterina en 1519, quedando huérfana a penas llegando al mundo. Este magnífico cuadro realizado por Rafael cuando el tenía 35 años, descrito minuciosamente por Giorgio Vasari que admiraba la maravillosa representación de los detalles de los objetos sobre la mesa, fue hecho solo dos años antes de su muerte. El Papa Medici viene representado con un precioso manuscrito ilustrado: fue él quien en la expulsión de los Medici de Florencia en 1494, logró rescatar la biblioteca de Cosimo y del padre de Lorenzo, y que más tarde solicitó a Miguel Ángel la construcción de la Biblioteca Laurenciana en el convento de San Lorenzo. Miguel Ángel, que de joven había vivido en un palacio Medici bajo la protección de Lorenzo el Magnífico junto con sus hijos, fue contemporáneo de Leone X, que en los años de su pontificado hizo de Roma la nueva cuna del Renacimiento después de Florencia. El detalle de la bola que adorna el respaldo de la silla, en la que se refleja la ventana, la espalda del Papa y la entera habitación, no es solo un motivo de adorno si no un elemento heráldico que alude a las armas de los Medici, así como las guirnaldas de la silla del papa Giulio II aluden alla Rovere (Roble) de la que deriva su apellido. Leone X es el Papa que provocó la protesta de Martín Lutero en 1517 y su primo aquí retratado todavía como cardenal, será el papa Clemente VII que causará la fractura en la iglesia Anglicana cuando se negará a conceder el divorcio al rey Enrico VIII de Caterina d’ Aragona.

SALA 71

En  la sala 71 se encuentra la célebre Madonna adorante il Bambino (La Virgen adorando al Niño) de Correggio  (1518-1520). La obra cuenta con un bello marco barroco y fue colocada en la Tribuna de la Galería Uffizi en 1617, cuando llegó a Florencia como un regalo del duque de Mantua Ferdinando Gonzaga al Gran Duque Cosimo II. Los dos personajes eran primos segundos ya que Gonzaga era el hijo de Leonor de Francesco I de Medici y, por lo tanto la hermana de la reina María de Francia.

SALA 83

La sala 83 contiene las obras de Tiziano, los Medici las recibieron con la herencia de Urbino, por el matrimonio de Ferdinando II con Vittoria della Rovere, última descendiente de la familia. La unión entre los dos, que eran primos de primer grado siendo el padre de él Cosimo II, hermano de la mamá de ella, Claudia de’ Medici, el matrimonio fue arreglado por las familias cuando Ferdinando tenía 13 años y Vittoria solo uno. La obra más famosa es de hecho la llamada Venus de Urbino, pintada por Tiziano para Guidubaldo II Della Rovere en 1538.

Los dos retratos que se observan en los lados, son también de Tiziano de 1536 y 1537, son las efigies de los padres de Guidubaldo, Francesco María della Rovere y su esposa Eleonora Gonzaga.

SALA 90

Entre las obras de Caravaggio exhibidas en la sala 90 dos fueron donadas a Ferdinando I de’ Medici por el cardenal Francesco María del Monte, embajador del Gran Duque de Toscana en Roma, que vivía en el Palacio Madama, propiedad de los Medici: el Escudo con la cabeza de Medusa y el Baco. De las dos obras no existen copias o reproducciones, ni incisiones hasta 1819, signo de que eran celosamente conservadas en los apartamentos privados del Gran Ducado. El escudo de Medusa se encontraba en la Armería del Gran Duque, combinada con la armadura donada a Ferdinando I en 1601 por el soberano de Persia Abbas el Grande. Ferdinando I que tuvo que abandonar la carrera eclesiástica en 1587 debido a la muerte del hermano Francesco I, que había dejado solo hijas, y a las que no les fue concedida la sucesión, se había casado con Cristina de Lorena, nieta de Caterina de’ Medici, que heredó de la abuela el famoso y precioso collar de perlas.

Si llegaste al fondo de este itinerario: ¡Felicidades! ¡Y disfruta de tu visita a los Uffizi!

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