Renatto Bautista Rojas
Magíster en Gestión de
Políticas Públicas, Licenciado en Ciencia Política y catedrático nombrado en la
Facultad de Derecho y Ciencia Política de la UNFV
Publicado en El Montonero, con fecha 15-04-2024
No me gusta estar siempre en
las “mayorías” porque muchas veces por desconocimiento opinan de temas que no
son de su conocimiento porque no se desempeñan en esa función. Me refiero a la
actual Ley Universitaria que fue aplaudida por las “mayorías” cuando solo el
15% de peruanos han estudiado una carrera profesional de acuerdo a las
estadísticas del INEI para noviembre del año 2020. ¿Cómo un 85% podría opinar
de un tema que nunca ha estado directamente cercano en su vida? Esas son las
incoherencias de la sociedad peruana. Como lo he sostenido en sendos artículos
como alguna vez en mi cátedra, la anterior Ley Universitaria N° 23733, tuvo
como una de sus ideólogos a un intelectual de fuste como Luis Alberto Sánchez
en cambio la actual Ley Universitaria tuvo como “ideólogo” a un general en
retiro (¡qué nada sabe de educación universitaria!) sumado a que en su aspecto
familiar es un cero a la izquierda sino recordemos la violencia que sufrió por
décadas su esposa y su hijo caído en el vicio de la droga, pero este general en
retiro, quien jamás destacó ni en la lucha contra las hordas terroristas de
Sendero Luminoso, pontificaba sobre la educación. Así es la sociedad peruana,
llena de incoherencias. Indudablemente, no hay punto de comparación de Luis
Alberto Sánchez con el general en retiro que jamás ganó ni una guerra. Lo
cierto es que este señor puso un absurdo artículo que limitaba la edad para ser
catedrático a los 70 años, antes que me olvidé, en el artículo N° 84 decía solo
para las Universidades públicas. Evidentemente, nos encontramos con un espíritu
discriminador, pero la clase política no dijo nada, guardaron silencio
cómplice, pero poco a poco, el sentido común iba ganando la batalla: El
Parlamento del periodo (2016-2019) reformó ese artículo, elevando la edad a los
75 años. ¿Por qué la edad es un tema importante en la cátedra universitaria?
En primer lugar, el trabajo
del catedrático es intelectual es decir si sigues lucido puedes seguir
enseñando hasta que la mente se mantenga óptima, segundo representan un cumulo
de experiencia académica y profesional de décadas que no tenemos los
catedráticos más jóvenes y tercero, en Europa Occidental -donde están las
mejores Universidades del mundo- los mejores catedráticos son los mayores de 70
años por ese cúmulo de experiencia que dije en líneas superiores.
En la lógica argumentativa, creo
que hizo muy bien el actual Parlamento en aprobar la Ley N° 31542 que elimina
el limite de edad para enseñar en las Universidades y reincorporar a los
docentes afectados por el nefasto artículo N° 84 de la Ley Universitaria, esta
Ley fue promulgada el 14 de julio del 2022, me imagino que las Universidades Públicas
tuvieron que hacer diversas gestiones ante el Ministerio de Economía para
volver a tener estas plazas presupuestales como catedráticos nombrados. Un caso
es de la UNFV, donde una primera plana de docentes fueron reincorporados a
comienzos de febrero del año pasado y la segunda plana fueron reincorporados el
29 de febrero, no voy a entrar en detalles porque eso lo dejo para mis Memorias
que lo pienso escribir de anciano, lo cierto es que hubo un Comité de Lucha
formado por distinguidos catedráticos en la UNFV que lucharon por su
reincorporación, resalto la tenacidad de los doctores Hugo Diaz Mauricio,
Walter Robles Rosales, Teresa Cieza Lachos y Gonzalo Pareja Morillo. Algunos
pigmeos, dirán que escribo este articulo en defensa de mis maestros
universitarios y/o amistad, pero no pigmeo odiador, lo que aquí hago es por
tres razones:
Primero, la pluma es el arma
más poderosa del ser humano, sino te das cuenta deberías preocuparte y mucho.
Segundo, el Parlamento aprobó
la Ley N° 31542 -en julio del 2022-, las leyes nos pueden gustar o no, pero en
todo Estado de Derecho, las leyes se cumplen de manera irrestricta por todos
los ciudadanos.
Tercero, los catedráticos
jóvenes felizmente no pasaremos por un calvario de la incertidumbre e irrespeto
de los derechos fundamentales que nos asiste al ser ciudadanos peruanos.
Indudablemente, los
catedráticos reincorporados nos dejan un importante legado que trataré de
siempre de honrar, hasta el último aliento
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