Leonor de Borbón es la princesa heredera de la corona española y, como tal, se ha visto forzada a experimentar una etapa militar que no estaría gustándole mucho. La hija de Felipe VI y Letizia tendrá que vivir entre cadetes durante tres años, una experiencia dura que muchos aseguran que le está haciendo sufrir. Las últimas informaciones que se han publicado al respeto, de hecho, insisten que la exigencia física habría provocado que se planteara abandonar totalmente superada. La revista
Esta semana, el grupo de Leonor se encuentra en un campo de maniobras en el que ha empezado una fase de amaestramiento que los instruye en el combate. ¿Entre las cosas que los enseñan? A hacer prácticas con explosivos y fuego real, con ejercicios de tiro con fusiles de asalto. Además, los militares en jefe les enseñan a moverse por el campo, les preparan inspecciones del terreno, les hacen guiarse por las estrellas y han hecho inspecciones nocturnas. Hace gracia imaginársela en condiciones extremas de frío, saco de dormir y comida de lata.
Leonor, preocupada en las dos primeras semanas de la etapa militar
La princesa, tan bien acostumbrada en la vida de palacio, debe de haber experimentado un choque increíble ahora que -en teoría- la tratan como una más. Dicen, igualmente, que las dos primeras semanas para Leonor «no fueron fáciles» y que le costó «un poco» integrarse porque «no estaba al 100%«. Los amigos de Felipe y Letizia se han encargado de filtrar que, ahora mismo, la chica está «encantada e integrada» en esta fase militar porque se está esforzando muchísimo y lo está haciendo «muy bien».
Como era de esperar, la revista insiste en qué Leonor es la niña perfecta: «Una joven espontánea y popular que se esfuerza al máximo, que no se queja nunca y que disfruta. Anima en el mal momento y se muestra vulnerable cuando toca». La vida militar no debe de ser fácil, esto es cierto, pero también costa de creer que realmente no tenga ningún tipo de privilegio en este paso por el ejército.