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Historia
Aniversario de su Corona

Alfonso XIII: el hijo p�stumo de un rey, que se dio al desenfreno con numerosas amantes y que dilapid� su fortuna al quedarse "en paro"

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El rey Alfonso XIII y su esposa, Victoria Eugenia de Battenberg.
El rey Alfonso XIII y su esposa, Victoria Eugenia de Battenberg.GTRES

El 17 de mayo de 1902, hace hoy justo 120 a�os, Alfonso XIII, bisabuelo del Rey Felipe, cumpl�a 16 a�os, su mayor�a de edad, y ese mismo d�a asumi� de facto la Corona jurando la Constituci�n en el Congreso de los Diputados. Fue rey desde su nacimiento, caso sin precedentes en nuestra historia, pues cuando muri� de tuberculosis con 27 a�os su padre Alfonso XII, su esposa, la reina Mar�a Cristina, estaba embarazada de tres meses, siendo por tanto hijo p�stumo. Algo que dio lugar a una regencia de 17 a�os en la que Mar�a Cristina, que se hab�a casado con Alfonso XII tras enviudar este de su adorada prima Mercedes, ostent� la monarqu�a parlamentaria bajo la supervisi�n de los l�deres de los dos partidos que se turnaban en el poder: los conservadores de C�novas y los liberales de Sagasta.

Nacida archiduquesa de Austria, Mar�a Cristina era una mujer austera, r�gida, y extremadamente religiosa, tanto que la apodaban "do�a Virtudes". Aunque ejerci� la regencia con acierto y escrupulosa neutralidad, para ella fue una liberaci�n traspasarle el trono a su hijo, centr�ndose a partir de entonces en su religi�n y sus obras de caridad. "Quiero dar a mi madre testimonio de mi entra�able afecto... disponiendo que durante toda su vida conserve el rango y los honores de reina consorte", dec�a el primer decreto firmado por el rey.

Alfonso XIII y su madre Mar�a Cristina, en un �leo de Ricardo de Madrazo.
Alfonso XIII y su madre Mar�a Cristina, en un �leo de Ricardo de Madrazo.

Alfonso XIII era un hombre listo aunque no demasiado culto, pol�glota, pues hablaba ingles, franc�s y alem�n, simp�tico y muy campechano. Integraba en su car�cter una curiosa mezcla de hedonismo frivol�n plasmado en su afici�n por la caza, los caballos y los autom�viles, con un amor desmedido por Espa�a, a la que intent� modernizar y equiparar a las potencias europeas. Como ejemplo, la construcci�n del hotel Ritz de Madrid, establecimiento de lujo que solo exist�a en Par�s y Londres, fue una apuesta personal suya. Educado en la prestigiosa escuela militar brit�nica de Sandhurst, recibi� formaci�n de rey-soldado, pero su admiraci�n por la milicia unida a su af�n por intervenir en pol�tica ser�a su perdici�n, plasmada en los nombres de dos militares: Primo de Rivera, que con el apoyo del monarca ejerci� la dictadura de 1923 a 1930, cosa que los liberales jam�s perdonaron, y Francisco Franco. Este �ltimo, tras sus �xitos en la guerra con Marruecos, se hab�a convertido en el ni�o mimado de Alfonso XIII que le concedi� la medalla militar, le nombr� director de la flamante academia de Zaragoza y hasta fue padrino de su boda con Carmen Polo, representado por el alcalde de Oviedo. "Eleg� a Franco cuando no era nadie, �l me ha traicionado y enga�ado a cada paso", reconocer�a posteriormente con amargura tras asumir que tras ganar la Guerra Civil, jam�s le devolver�a el trono.

Otra de sus grandes frustraciones fue el fracaso de su matrimonio con Victoria Eugenia de Battenberg, celebrado el 31 de mayo de 1906. Nieta de la reina Victoria de Inglaterra, era una imponente rubia de ojos claros y costumbres modernas, pues fumaba y beb�a copas, que conquist� a primera vista al monarca durante un baile en el palacio de Buckingham. Se casaron muy enamorados, pero los problemas de salud de sus hijos por la hemofilia que Ena, como la apodaban, trasmit�a en sus genes, enfriaron la pasi�n del rey, que se dio al desenfreno con numerosas amantes, entre ellas la actriz Carmen Moragas. Murieron de dicho mal dos de sus cuatro hijos varones, Alfonso y Gonzalo, quedando sordomudo otro de ellos, Jaime. El �nico sano fue Juan, el tercero de ellos, padre del Rey Juan Carlos, y las chicas, Beatriz y Cristina, pues la hemofilia no afectaba a las mujeres.

Alfonso XIII, de ni�o.
Alfonso XIII, de ni�o.GTRES

La proclamaci�n la de II Rep�blica en 1931 tras unas elecciones municipales que se presentaron interesadamente como plebiscito entre monarqu�a y rep�blica, decidieron al rey a abandonar Espa�a e instalarse inicialmente en Par�s "para no lanzar a un compatriota contra otro en fratricida guerra civil" cosa que pese a todo suceder�a. Aunque no tuvo protagonismo en el golpe militar de Franco, su coraz�n estaba con el bando sublevado, al que incluso don� un mill�n de pesetas, creyendo ingenuamente que Franco le devolver�a el trono al acabar la contienda, cosa que no ocurri�.

Sin Corona ni esperanzas de recuperarla y separado de Victoria Eugenia desde 1933, en que ella se march� con su familia a Londres y luego se estableci� en Lausana, su vida carec�a de sentido: "Soy un rey en paro", bromeaba con amargura. Se dedic� a viajar, dilapidando su gran fortuna en los m�s lujosos hoteles y restaurantes de Europa, Oriente Medio y La India, hasta que se afinc� definitivamente en Roma. El 28 de febrero de 1941, tras ceder sus derechos a su hijo Juan, falleci� con 55 a�os de una angina de pecho en el exclusivo hotel Le Grand de la ciudad eterna, en cuya suite real resid�a. Sus �ltimas palabras fueron "Dios m�o, Espa�a", su gran obsesi�n, ya que seg�n Churchill, Alfonso XIII nunca acab� de asimilar "sentirse violentamente rechazado por la naci�n de la que estaba tan orgulloso".

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