No s� qui�n es m�s famoso, si El Hormiguero o Georgina. Lo que est� claro es que llevar a Georgina a El Hormiguero es como alimentar a la jaur�a o, tal vez, como si ella alimentara a la jaur�a. Georgina fue tal cual es Georgina. Quien haya visto la primera temporada de su documental en Netflix anoche no se debi� sorprender de nada. Quien no lo haya visto, quien s�lo sepa que Georgina es una de las influencer m�s influencer del mundo y la mujer de Cristiano Ronaldo, probablemente, anoche le costar�a cerrar la boca. Georgina es mucha Georgina. Lo de Georgina en El Hormiguero fue incalificable.
Lleg� nerviosa, muy nerviosa. Lo de estar en un programa en directo, sorprendemente, la pone nerviosa. Dice que es "muy t�mida" y, claro, estar en el programa m�s visto de la televisi�n no ayuda. Pero duraron poco los nervios o, al menos, supo c�mo contenerlos. Y hay que tener una cosa bien clara, Georgina, aquello de lo pol�ticamente correcto, no va mucho con ella porque Georgina es tan Georgina que est� por encima de todo eso.
�Qui�n se sentar�a en El Hormiguero ante millones de espectadores y soltar�a sin que se le moviera ning�n pelo frases con las que cualquiera -incluso ella lo sabe, aunque pueda parecer que no- levantar�a ampollas y erizar�a m�s de un piel? Georgina tiene muy asumido qui�n es, c�mo vive, a qu� se dedica y, lo mejor, no esconde esa vida de lujos, esa vida inalcanzable para el com�n de los mortales, su buena vida.
Que alguien cuente que viaja tanto que ya no sabe ni d�nde est�; o que lleva en su dedo un diamante de 9 quilates valorado en ni se sabe; o que su marido por su �ltimo cumplea�os cerr� un restaurante en Dubai y proyect� sobre uno de los majestuosos rascacielos de la ciudad el tr�iler de la primera temporada de su reality; o que volar en un avi�n privado tiene sus cosas malas porque una vez le hicieron levantarse a las 05.00 horas de la madrugada, y eso "es madrugar"; o que tiene un vestidor tan gigantesco en Riad que su marido no para de decirle que hay que comprar m�s ropa porque est� muy asolado; o que tiene una colecci�n de 150 bolsos, por supuesto todos de las marcas m�s caras del mundo, es tener muchas narices.
Cierto que Georgina tiene tantos detractores como seguidores y que seguramente haya llegado a un punto en el que lo que puedan decir de ella se la trae muy al pairo. Si no fuera as� ser�a imposible entenderlo. A El Hormiguero han ido otras muchas mujeres y otros muchos hombres a los que el dinero y la opulencia les brotan por todos los poros de su piel y nunca han mostrado con tanta paz y tranquilidad esa suntuosidad.
Como dir�a un amigo m�o: "Seguro que Georgina caga billetes de 50 euros". A tanto la influencer no lleg�, pero s� desvel� que ella no hace caca en un avi�n comercial porque eso de meterse en un ba�o y que huela "a pastel reci�n hecho" le "corta el pis". Georgina es tan Georgina, dej�moslo ah�, que hasta su pis tiene una categor�a.
Georgina tiene muy asumido que es Georgina
Cuando Georgina estuvo en la primera temporada de Mask Singer -estaba debajo de la m�scara del le�n- se convirti� en todo un fen�meno. Luego, a ra�z de la acogida, cerr� el acuerdo con Netflix para la primera temporada de su reality y, ahora, llega la segunda. De ah� que anoche estuviera en El Hormiguero. Si no, Georgina, aunque su vida es toda una exposici�n de perfecci�n, pomposidad y riqueza, no cambia una noche en el olimpo de los dioses por un directo, por mucho programa m�s visto que sea.
Recuerdo cuando vi la primera temporada de Soy Georgina que pensaba 'madre m�a, tanta envidia me puede generar la vida de esta mujer', pero al terminar de verla me di cuenta que no era envidia, que lo que suced�a es que no estamos acostumbrados a que alguien viva tan sumamente bien, a que alguien tenga tantos privilegios, a que alguien los exponga tanto y lo haga sin ning�n tipo de reparo. Esa es la clave de alimentar a la jaur�a, que Georgina no siente ning�n tipo de verg�enza, tampoco tiene por qu� tenerla, al mostrar todo eso. Tal vez ese sea la clave del �xito de Georgina, que no estamos acostumbrados a que alguien visibilice con toda la naturalidad del mundo que ella vive como dios.
El que vive como dios, aunque sepamos que vive como dios, intenta siempre que no se note mucho, que no parezca que est� montado en el d�lar y que no nos demos cuenta que la mayor�a del resto del mundo nunca llegar� a tener lo que �l tiene. Eso a Georgina le da exactamente igual . Ella se agarra a la frase -slogan por cierto de la nueva temporada de su reality- de "antes vend�a bolsos y ahora los regalo" y, valga la redundancia, se queda como dios. "Es que yo soy mundial y todo lo que se imaginen lo van a ver", le dec�a anoche a Pablo Motos cuando �ste le se�al� que la primera temporada de Soy Georgina hab�a sido un �xito mundial. Para ser Georgina lo primero es creerte que eres Georgina.
El problema es que eso que creemos que es envidia porque nos encantar�a tener todo lo que tiene ella, aunque realmente es sorpresa, lleva asociado que digamos 'pero de d�nde sale esta t�a', 'pero no le da verg�enza', 'pero c�mo puede decir eso y quedarse tan tranquila', 'pero con la que hay en el mundo esta t�a haciendo opulencia de lo que tiene'. Insisto no lo confundan con la envidia, es otra cosa.
A Georgina le gusta hablar de lo que tiene, de lo bien que vive, de lo afortunada que es, pero tambi�n le gusta contar que ella viene de una familia humilde -como su marido-, que ella sabe lo que es trabajar, que ella ha sido camarera, limpiadora, dependienta en tiendas de lujo, que ella ense�a a sus hijos lo privilegiados que son y que lo que m�s le gusta de tener dinero es que con ese dinero puede ayudar a los que tiene cerca. "El dinero te cambia para mejor porque con �l puedo ayudar y es muy gratificante para m�", y con eso la conciencia ya est� tranquila, si es que en alg�n momento estuvo intranquila.
Contaba anoche que cuando sus hijos se dejan la comida en el plato lo que suele hacer es ponerles v�deos de ni�os que no tienen la suerte que tienen los suyos, que no tienen para comer y les dice: "Eso os puede pasar". Y suena tan pretencioso que hasta sienta mal.
El colof�n de El Hormiguero con Georgina
"Nosotros valoramos todo lo que nos da la vida. Lo que les decimos a nuestros hijos es que la gente no est� obligada a tratarte bien por ser hijo de.... Que Rosal�a te reciba despu�s de un concierto cuando est� reventada es un privilegio". Por supuesto, eso no pasa por ser el hijo de... ni ser Georgina ni ser Cristiano, eso pasa porque te esfuerzas al m�ximo. �A qu� s�?
Es inevitable no reaccionar. Igual que reaccionaban anoche una y otra vez las hormigas, hasta tal punto que Pablo Motos les hizo salir de debajo de la mesa a mitad de la entrevista con la advertencia de que bajaran un poquito el tonito. Y el tonito no era otro que soltar lo que seguramente muchos estaban soltando en casa: "le puedes regalar una gasolinera", "a m� ir de compras tambi�n me cansa much�simo" y cosas as�, que a Pablo Motos, que tampoco es que ande con una mano delante y otra detr�s, tambi�n le sal�an sin poder frenarlas.
En realidad no es por lo que tiene es por c�mo lo tiene asumido y lo expone con esa tranquilidad como si lo que tiene no tuviera ning�n tipo de importancia. Por ejemplo, anoche, tras relatar el regalo de Cristiano Ronaldo en ese cumplea�os en Dubai, Pablo Motos le pregunt� qu� se le regala a alguien que lo tiene todo. Ella respondi�, porque queda fenomenal de la muerte, que Cristiano le regal� su tiempo, ya que pocas veces, por motivos de trabajo, hab�an podido pasar juntos su cumplea�os. S�per bonito, s�per antimaterialista, pero, claro, si ha continuaci�n sueltas un "le he regalado tres coches y ya no le regal� m�s porque no es original", apaga y v�monos.
Ese intento de ser perfecta en todo y con todos y que acaba mostrando todas las imperfecciones. Para que te hagas una idea, hasta cuando relat� c�mo hace unas semanas se les meti� un gato en casa y acab� durmiendo en la cama de uno de sus hijos lleva ese retint�n del privilegiado. "Le puse en la ventana, agua, comida y t� y de madrugada me despert� mi hija Eva diciendo que el gato estaba en su cama. Y ah� estaba. Llam� a la seguridad de la urbanizaci�n para que se lo llevaran, pero ahora ya vive con nosotros". Y las hormigas: "Te advierto que a m� me pones comida y agua en el jard�n y tambi�n me quedo". Y Pablo Motos: "Un gato callejero de tu urbanizaci�n no es un gato callejero". Es que es inevitable.
Y eso que se contuvieron, que se contuvieron much�simo. Si en lugar de Georgina todo esto hubiera salido por la boca de yo qu� s�, Tamara Falc�, las hormigas y el propio Pablo Motos hubieran ido a saco Paco. Pero tampoco era cuesti�n de hacer que se sintiera inc�moda, aunque su propio relato s� les hiciera sentir inc�modos a ellos. Porque s�, no nos enga�emos, la vida de Georgina incomoda.
�Por qu�? Porque no estamos acostumbrados a que alguien muestre con tanto orgullo y sin una pizca de humildad ser tan sumamente privilegiada. Y luego porque hay cosas que no, que por mucho que lo intentes no hay por d�nde cogerlas: "Riad es un pa�s maravilloso. Fui muy condicionada por la rumorolog�a, pero es un pa�s muy seguro, familiar, en el que cuidan mucho a las mujeres, a los ni�os. El otro d�a fue una amiga m�a y se aloj� en un hotel muy cerca del m�o y no le hab�an puesto agua. Y como el agua es tan cara se baj� a comprar a un locutorio y se le olvid� la tarjeta y el se�or de la tienda se la regal�. Es gente muy detallista".
Claro, igual Riad es as� para Georgina, para su amiga, para Cristiano, para Las Queridas, como se llama el grupo de WhatsApp que tiene con sus colegas -no s� si se puede decir colegas siendo Georgina-. Pero igual no hac�a falta alabar lo que todos sabemos que no es as� por mucho que tu marido ahora est� jugando all� y haya que quedar divina de la muerte con la capital de Arabia Saudita y con Arabia Saudita. Hay cosas y cosas.
La "oscuridad" de Georgina
Pero Georgina es un mundo de contraste, es humana. Te habla de lo maravillosa que es Riad, de lo que es tener un avi�n privado, de su vestidor, de sus noches de bohemia e ilusi�n, pero tambi�n de "la oscuridad", en la que se sumi� con la muerte de su beb�: "No hay explicaci�n. Me ha tra�do mucha oscuridad, pero tambi�n mucho amor y habe rhecho esta temporada me ha ayudado mucho. Me he sentido s�per feliz y muy rodeada despu�s de la p�rdida de mi vida. He tenido el apoyo de compartir esta tragedia con mi gente. Eso es lo que me ha ayudado".
Lo que m�s choca de Georgina es que precisamente muestra con total naturalidad su vida de lujo, pero a la vez quiere que quede claro en todo momento que ella valora mucho lo que tiene y que educa a sus hijos para que sean conscientes que la vida no te regala nada. Por eso, cuando Pablo Motos le pregunt� anoche c�mo es un d�a en la vida de Georgina, ella enseguida enumera la enorme lista de tareas que tiene. Se la cambio.
"Me levanto a las 06.30 horas, preparo los desayunos, llevo a los ni�os al cole, gestiono las obras, porque tengo dos casas en obras, a mis empleados, hago shooting -sesiones de fotos para una campa�a publicitaria-, preparo mi reality...". As� es, as� es como se ve en el reality. Y eso que ahora se ha quitado alguna que otra tarea porque ir de compras por Riad la cansa mucho. "A m� tambi�n me cansa much�simo. Es como si hubiera un im�n en el suelo", respuesta de Pablo Motos. Insisto, inevitable.
E igual que Pablo Motos le pregunt� qu� se le regala a alguien que lo tiene todo y ella contest� lo de los coches, la pregunta era qu� sorpresa le puede dar El Hormiguero a Georgina, a la mujer que lo tiene todo. Fue el colof�n de lo incalificable. Un malet�n repleto de diamantes y una experta en diamantes que fue relatando el valor de cada uno de ellos -hasta m�s de dos millones de d�lares-, lo que cuesta encontrarlos y extraerlos, esto seguro que hay quien lo sabe mejor. Y para rematar, �por qu� no reventar un diamante incoloro valorado en 5.000 euros? Georgina se lo merece. No hubo coche, pero s� diamante.
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