EL MODELO DE LAUDAN - MODELOS DE CAMBIO CIENTIFICO
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EL MODELO DE LAUDAN

In document EPISTEMOLOGIA (página 84-86)

MODELOS DE CAMBIO CIENTIFICO

EL MODELO DE LAUDAN

El modelo de cambio científico propuesto por Larry Laudan es un modelo basado en la solución de problemas. Para este autor, el objetivo de la ciencia es obtener teorías altamente eficaces en la solución de problemas. Por tanto, la ciencia

progresa en la medida en que las teorías sucesivas resuelven más problemas que sus predecesoras.

Laudan considera que cualquier modelo de desarrollo que pretenda dar cuenta de la ciencia como una empresa progresiva y racional. debe reconocer ciertos rasgos del cambio científico que la historia de la ciencia nos muestra como persistentes, a saber: los cambios de teoría son, por lo general, no acumulativos; las teorías no se rechazan simplemente por la presencia de anomalías, ni se aceptan tan sólo por haber sido confirmadas empíricamente; los debates en los cambios de teoría se centran, con frecuencia, en cuestiones conceptuales y no en cuestiones de apoyo empírico; los criterios utilizados por los científicos al evaluar las teorías (que Laudan llama «principios locales de racionalidad») han cambiado considerablemente a lo largo del desarrollo científico; la aceptación o el rechazo no son las únicas actitudes cognoscitivas hacia las teorías, existe una gama más amplia de actitudes epistémicas; los principios de evaluación varían considerablemente de acuerdo con los distintos niveles de generalidad que presentan las teorías; la coexistencia de teorías rivales es la regla más que la excepción, por tanto la evaluación de teorías es, básicamente, una cuestión comparativa; resulta poco plausible que la caracterización del progreso en función de objetivos trascendentes (como la verdad) permita reconstruir a la ciencia como una actividad racional, La propuesta de Laudan, entonces, intenta responder al desafío de ofrecer un modelo que incorpore la mayoría de estos rasgos de la ciencia efectiva. (En Laudan, 1977; 1981 y 1984, se encuentran las principales tesis de este autor sobre la dinámica de la ciencia.)

Laudan considera, que el limitar nuestra atención a las teorías, entendidas a la manera tradicional, nos impediría tomar en consideración los compromisos más básicos y a largo plazo que son un componente central de toda investigación científica. Las teorías son versiones específicas de visiones más fundamentales acerca del mundo, y la manera en que se desarrollan y cambian cobra sentido sólo cuando se analizan a la luz de sus compromisos (presupuestos) más básicos. Laudan llama «tradiciones de investigación» (TI) al conjunto de compromisos compartidos por una familia de teorías. Una TI incluye: 1) una ontología (un conjunto de supuestos generales acerca de la clase de entidades y procesos que integran el dominio de investigación); 2) una metodología (un conjunto de normas epistémicas y metodológicas

acerca de cómo investigar ese dominio, cómo poner a prueba las teorías, qué cuenta como evidencia, cómo modificar las teorías que estén en dificultades, etc.), y 3) una especificación de los objetivos cognitivos (como, por ejemplo, el de restringirse a enunciados sobre propiedades manifiestas y a teorías inducidas por ellos, objetivo dominante en la «filosofía experimental» del siglo XVIll).

Aunque las TI son las unidades que persisten a través del cambio de teorías, las mismas TI pueden ser abandonadas. La evaluación tanto de las teorías como de las TI depende fundamentalmente de su eficacia en la resolución de problemas. Los problemas que han de ser resueltos son básicamente de dos tipos: empíricos y conceptuales. Entre los problemas empíricos, Laudan distingue: problemas potenciales, problemas resueltos y problemas anómalos. Los «problemas potenciales», o «no resueltos», son los hechos conocidos acerca de los cuales no hay, hasta el momento, ninguna explicación; los «problemas resueltos», o «reales», son las afirmaciones acerca del mundo que han sido explicadas por alguna teoría viable; y los «problemas anómalos», en relación con una cierta teoría, son problemas que ella no resuelve pero que una teoría rival, que es viable, sí lo hace. Los problemas conceptuales son los problemas que se le presentan a una teoría T en las siguientes circunstancias: cuando T es internamente inconsistente o encierra ambigüedades conceptuales; cuando T entra en contradicción con otras teorías, con los principios metodológicos o con los supuestos metafísicos prevalecientes; cuando T no utiliza conceptos de teorías más generales a las que se supone está lógicamente subordinada.

En el modelo de solución de problemas, la eliminación de problemas conceptuales es tan constitutiva del progreso como el lograr un creciente apoyo empírico. Laudan llega a afirmar que es posible que un cambio de una teoría por otra con menos apoyo empírico sea un cambio progresivo, si la segunda resuelve dificultades conceptuales de peso que la primera no ha podido resolver. El objetivo de la empresa científica es, entonces, maximizar la esfera de los problemas empíricos resueltos, al mismo tiempo que se minimiza la esfera de los problemas anómalos y conceptuales. Como en este modelo se rompe de entrada la liga entre retención acumulativa y progreso, es necesario elaborar una medida que compare ganancias contra pérdidas. Esto requiere, a su vez, determinar no sólo el número sino también la importancia de los distintos tipos de problemas (cuestión muy compleja que se intenta elucidar en Laudan, 1977). Siguiendo esta vía, Laudan propone el siguiente criterio de evaluación: la eficacia global de una teoría en la resolución de problemas se determina estimando el número y la importancia de los problemas empíricos que resuelve, y restando a esto el número e importancia de las anomalías y de los problemas conceptuales que la teoría genera.

Las actitudes cognoscitivas de aceptación o rechazo no son las únicas que una metodología debe tomar en cuenta. Laudan afirma que los científicos, en muchas ocasiones, consideran que una teoría merece mayor exploración y elaboración, aun cuando no la acepten. La racionalidad de este tipo de actitudes se muestra apelando a la tasa de progreso de una teoría, es decir, a la rapidez con que ha resuelto ciertos problemas. Por ejemplo, una alta tasa inicial de progreso de una teoría puede justificar el que se siga trabajando en ella, a pesar de que su eficacia global para resolver problemas sea menor que la de sus rivales más antiguas y mejor establecidas. La decisión de aceptar una teoría depende de su eficacia global en la trayectoria seguida, la decisión de proseguir su investigación depende de su tasa de progreso reciente, y ambas cosas requieren de manera indispensable de la comparación con las teorías alternativas. De esta manera, la evaluación abarca tanto un componente retrospectivo como uno prospectivo.

De acuerdo con el componente retrospectivo, una TI es más adecuada (más aceptable) que otra cuando el conjunto de sus teorías tiene una eficacia global mayor que el conjunto asociado a la TI rival. De acuerdo con el componente prospectivo, una TI es más progresiva (más prometedora) que otra cuando su tasa de progreso es mayor (donde la tasa de progreso de una TI se define como la diferencia entre su adecuación en un momento t y su adecuación en un t anterior o inicial). Por tanto, una TI puede ser menos adecuada que una rival y, sin embargo, ser más progresiva. La racionalidad estribaría, según Laudan, en proseguir la investigación de las teorías más progresivas, y en aceptar sólo las teorías más adecuadas.

En Science and Values (1984), Laudan abandona el carácter hasta cierto punto jerárquico de su propuesta anterior. De acuerdo con el nuevo modelo, de estructura reticular, las TI evolucionan de tal manera que las primeras y las últimas versiones de una misma TI pueden tener muy pocos supuestos en común, si no es que ninguno. Esto se explica por los patrones de dependencia mutua entre los distintos niveles de evaluación, es decir, por las relaciones y acciones recíprocas entre teorías, reglas metodológicas, y objetivos cognitivos. Por ejemplo, el tipo de teorías que se estén construyendo en un campo de investigación puede entrar en conflicto con los objetivos vigentes, y hacer que se modifique el nivel axiológico. Ningún nivel, en ningún momento de la evolución de una TI, es inmune a la crítica y la revisión. A través de este proceso reticular, una serie de cambios graduales llega a producir cambios profundos en las creencias y supuestos de una comunidad científica. A pesar de que los componentes de una TI forman una red interconectada, los cambios rara vez ocurren como una cuestión de todo o nada, y tampoco tienen por qué implicar inconmensurabilidades globales. Como se puede ver, en este enfoque de Laudan la línea divisoria entre evolución y revolución se desdibuja casi por completo.

En el nivel metametodológico, la posición de Laudan en Progress and its Problems (1977) coincide en aspectos importantes con la de Lakatos. Existe un conjunto de casos del desarrollo de la ciencia acerca del cual las personas científicamente educadas tienen fuertes y similares «intuiciones normativas» (por ejemplo, era racional aceptar la mecánica newtoniana, y rechazar la mecánica aristotélica alrededor de 1800). Estas intuiciones predominantes establecen los casos estándar de racionalidad científica, y son el punto de partida para poner a prueba las metodologías en competencia. Dado un conjunto de casos estándar, los diversos modelos se juzgan por su capacidad para reconstruirlos como racionales. El modelo que resulte más adecuado se utiliza entonces para interpretar y evaluar el resto de episodios de la historia de la ciencia. Esta propuesta metametodológica de Laudan combina aspectos descriptivos y normativos, intentando evitar los extremos de un normativismo apriorista (indiferente a la historia de la ciencia) y de un relativismo histórico radical (que cancela toda función crítica al análisis filosófico de la ciencia).

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