La verdadera historia de Dolly Oesterreich, la mujer que escondió a su amante en casa por casi 10 años
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La verdadera historia de Dolly Oesterreich, la mujer que escondió a su amante en casa por casi 10 años

Quizá hubiera sido más tranquilizante la idea de un ‘fantasma’, pero la realidad, siempre supera a la ficción

Magnolia Jocelyn Pacheco Ramírez | 03-08-2022
 Dolly Oesterreich
La mujer decidió que como su marido nunca subía al ático era el lugar perfecto para que su amante se quedara a vivir ahí.

A diario se revelan historias, algunas increíbles, otras perturbadoras, como la que te contaremos hoy.

Esta nota se remonta a principios del siglo XX pero eso no la hace menos interesante.

Corría el año de 1918. Una noche cualquiera el empresario millonario Fred Oesterreoch dormía junto a Dolly, su joven esposa de origen alemán, sin embargo, algo no lo dejaba descansar del todo: la sensación de que siempre había alguien más en casa.

Y quizá hubiera sido más tranquilizante la idea de un ‘fantasma’, pero la realidad, siempre supera a la ficción.

Sin imaginarlo, en su ático, del que siempre provenían ruidos extraños, vivía un hombre, para ser precisos, vivía el amante de su esposa.

Increíblemente, la mujer mantuvo oculto al hombre durante casi 10 años y en dos ciudades distintas.

Cuando este caso se dio a conocer el hombre fue apodado como ‘el  murciélago’.

Pero bueno, no nos adelantemos. Regresemos al principio: el comienzo de un matrimonio infeliz.

UN MATRIMONIO MISERABLE

Oestereich, dueño de una próspera fábrica de delantales y Dolly, una guapa mujer imigrante, se casaron a principios del siglo XX.

Como siempre, al principio, todo marchaba bien, no faltaba nada, sin embargo, el trabajo y la bebida, hicieron que Fred casi no estuviera en casa.

Por esta razón, Dolly  comenzó a sentirse miserable y buscó amor en los brazos de otro hombre.

Con 26 años, un buen día se encontraba cosiendo cuando su máquina se rompió, así que le pidió a su esposo que le enviará, de su fábrica, a alguien para repararla.

Y sí, ahí comenzó todo.

Mandó a Otto Sanhuber, un empleado de 17 años especialista en arreglar máquinas de coser.

Las crónicas del caso cuentan que cuando el hombre llegó Dolly ya lo esperaba con una bata de seda, medias y perfume. Él sucumbió ante la tentación.

A partir de ese momento el romance no hizo más que volverse más serio. Las citas clandestinas se hicieron cada vez más frecuentes, tanto en hoteles como en la propia casa de los Oesterrreich.

Como era de esperar, la gente comenzó a sospechar, no se creyeron la historia de Dolly de que era ‘un medio hermano sin hogar’. Ahí vino la perturbadora idea: el ático.

La mujer decidió que como su marido nunca subía al ático era el lugar perfecto para que su amante se quedara a vivir ahí. El joven no tenía familia ni demasiadas cosas por lo que aceptó la invitación con gusto.

Mientras Fred se encontraba en casa, él se encerraba por horas y aprovechaba sus tiempos libres para escribir .

Esta rutina siguió cuando se mudaron a  Los Ángeles. La única condición de ella fue que la nueva casa contara con ático.

Así, su amante ‘fantasma’ cruzó a la punta del país junto a la pareja para volver a estar bajo el mismo techo que su amada.

El infeliz matrimonio era insostenible. Un día de agosto ambos se enfrascaron en una violenta pelea.

Al escuchar la fuerte discusión y temer por la vida de su amada, Sanhuber bajó a la sala para defenderla, llevaba consigo dos pistolas calibre 25.

Como era de esperar, Fred se molestó muchísimo cuando se percató que su antiguo trabajador vivía en su casa y ambos comenzaron a pelear. La pelea terminó cuando Fred recibió un disparo en el abdomen y murió inmediatamente.

Desesperados por la situación y por no ser descubiertos, los amantes decidieron crear un plan.

Ella le quitó un reloj de diamantes a su marido, lo escondió y le pidió a su amante esconderse en el clóset.

La mujer comenzó a gritar desesperada y sus gritos fueron escuchados por sus vecinos, quienes llamaron a la policía.

Y esto les salió bien, pues ella no fue acusada de homicidio y el caso se cerró como un robo.

Dolly heredó los bienes de su marido, compró una casa más grande y para no perder la costumbre: tenía ático.

Con el paso del tiempo, Sanhuber no fue suficiente para Dolly y ella comenzó un romance con Herman Shapiro, su abogado. Con él, ella cometió su primer error.

Le regaló el reloj de diamantes que supuestamente le habían sustraído a Fred. Poco después le pidió a un tercer amante, de nombre Roy H Klumb, eliminar el arma con la que Sanhub había terminado con la vida de Fred.

Ella le dijo que temía que la policía encontrara el arma y pensaran que ella había matado a su marido.

Un Klumb enamorado arrojó el arma a un pozo de alquitrán.

Luego de que el romance entre Dolly y Klumb terminara en malos términos, un Klumb despechado acudió a la policía para contarles sobre el arma.

Casi un año después del asesinato de Fred la policía encontró la pistola y Dolly fue detenida.

Sin embargo, el arma estaba tan dañada que no la pudieron relacionar con el delito y ella fue liberada.

Un tercer error fue su fin: Dolly, durante su corto encierro, le contó a su abogado-amante que tenía a su ‘medio hermano’ viviendo en el ático, para que ‘por favor’ lo alimentara.

Cuando Shapiro vio a Sanhuber en el ático, él se puso tan contento de tener otro contacto ‘humano’ que sin pelos en la lengua comenzó a contarle toda la historia de su aventura con Dolly, sin escatimar detalles.

Mientras Otto le contaba los pormenores de sus aventuras sexuales con Dolly, el enojo y los celos comenzaron a crecer en él y terminó por echar al joven del ático con amenazas de denunciarlo.

Increíblemente, Shapiro perdonó a Dolly y volvió con ella.

Sin embargo, en 1930, cuando la historia de ‘amor’ terminó, el abogado decidió ir a la policía y contar todo lo que sabía del caso, en especial para acusar a Otto Sanhuber del crimen de Fred Oesterreich.

Los amantes fueron arrestados y Sanhuber fue declarado culpable de homicidio, pese a que quiso ponerse en el papel de ‘haber sido una víctima de esclavitud sexual’.

Su castigo eran 8 años de cárcel, sin embargo, habían pasado ya 7 desde que había salido de aquel ático para asesinar al esposo de su amada por lo que fue liberado.

Dolly, quien también fue liberada, fue bautizada por la prensa de aquella época ‘la vampiresa traviesa’

La historia se hizo tan conocida que años después, en 1995, su caso fue llevado a la pantalla grande con la película ‘Doble traición’ (The man in the attic) protagonizada por Anne Haches, Len Cariou y Neil Patrick Harris.

¿Habías escuchado sobre esta increíble historia? Dinos tu opinión en los comentarios.

 

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