La mansión de Drácula (1945), de Erle C. Kenton

El conde Drácula acude a un médico, que estudia la extraña composición de su sangre… Este mismo doctor es requerido en la comisaría, donde un tipo asegura que en las noches de luna llena se transforma en hombre lobo… Cuando éste intenta quitarse la vida, se refugia en una cueva donde encuentran al monstruo de Frankenstein junto al cuerpo sin vida de su creador...

A esta peli de miedo de la Universal sólo le falto meter por algún sitio el sarcófago de una momia para tener a toda su colección de monstruos al completo. Aunque el cóctel es algo disparatado, se ve con simpatía, al reconocer elementos típicos de la leyenda de uno y otro, ya sea el ‘no reflejo’ de Drácula en un espejo, los intentos de linchamiento del monstruo de Frankenstein, o la luna llena del hombre lobo encarnado, cómo no, por Lon Chaney Jr., el actor que más se asocia al personaje. Y resultan ser ideas deliciosamente ‘kitsch’ la transfusión de sangre, o la chepa de una guapa enfermera.