Marcos 4: sembrando la palabra - Evangelico Digital

Marcos 4: sembrando la palabra

Parábolas del sembrador, de la semilla, y del grano de mostaza.

02 DE MAYO DE 2021 · 08:00

Kai Pilger, Unsplash,campo de trigo
Kai Pilger, Unsplash

El capítulo 4 de Marcos tiene 3 parábolas relacionadas a la semilla. 1) Parábola del sembrador 4.1-20; 2) Parábola de la semilla que crece 4.26-29 y 3) Parábola del grano de mostaza 4.30-34. Por cuestiones de tiempo y espacio dejaremos el resto del capítulo para la semana que viene.

 

Palabras y frases comunicativas:

•             Enseñar, prestar atención, oír, preguntar, contestar, ver, decir, comparar, describir, enseñar, explicar, prestar atención, entender, percibir, sembrar, palabra, esparcir.

 

Estudio Inductivo:

Jesús habla de una siembra misteriosa de la Palabra de Dios en el corazón humano.

1.           ¿Piensas que es importante analizar estas parábolas? ¿Cómo podemos entender el mensaje de las parábolas? ¿Por qué crees que Jesús utilizó este tipo de comunicación? Marcos 4. 1-2, 12, 33-34.

2.           Jesús invita a prestar atención. ¿Estás atento a lo que Jesús quiere comunicarte hoy en día? ¿Por qué piensas que Jesús pide insistentemente a prestar atención a estas parábolas? 4.3, 9.

3.           ¿Piensas que el sembrador es Jesús? ¿Por qué? 4.3

4.           La semilla representa la palabra según 4. 14-20 ¿A qué palabra se refiere el texto? ¿Qué lugar ocupa Jesucristo en la comunicación de Dios con los hombres?  ¿Piensas que Jesucristo es la Palabra de Dios, la más verdadera, completa, perfecta y plena de todas las posibles? (ver Juan 1.1 y Hebreos 1.1-2)

5.           Describe los 4 tipos de terrenos donde cayó la semilla. 4.4-8 ¿Por qué piensas que el sembrador no se centró en plantar únicamente buen terreno? ¿Pueden los terrenos de la parábola representar diversos tipos de corazones? ¿Por qué? ¿Crees que hoy deberíamos predicar a todas las personas sin discriminación? ¿O deberíamos predicar solo a algunas personas privilegiadas o que cumplan algún tipo de requisito? ¿En qué clase de terreno me veo mejor retratado?

6.           ¿Qué tiene la buena tierra para que la semilla sembrada en ella dé fruto? ¿Te parece una buena cosecha? 4.8,20.

7.           ¿Qué significa para ti la frase? “El que tenga oídos para oír, que oiga” 4.9 ¿Recibes el mensaje del evangelio de Jesús específicamente en estas 3 parábolas?

8.           Cuándo escuchas una predicación en la iglesia o en Zoom ¿entiendes el mensaje? ¿Piensas que para otras personas resulta difícil entender el mensaje? ¿Piensas que hay muchas cosas que hay que explicar como lo hizo Jesús? 4.13-20

9.           La siembra de Jesús no terminará en fracaso. ¿Cómo entiendes lo de la cosecha que rinde el treinta, el sesenta y hasta el ciento por uno? 4.8, 20, 29,30.

10.         La parábola del sembrador ¿te produce esperanza? Resume en una frase el gozo que tienes al sembrar el evangelio en diferentes tipos de corazones.

11.         Al terminar el relato de la parábola del sembrador, Jesús hace esta llamada: “El que tenga oídos para oír, que oiga”. Se nos pide que prestemos mucha atención a la parábola. Pero, ¿en qué hemos de reflexionar? ¿En el sembrador? ¿En la semilla? ¿En los diferentes terrenos?

12.         ¿Piensas que lo más importante es sembrar o cosechar? ¿Vivimos pendientes de los resultados y del éxito?

Jesús utiliza otras ilustraciones relacionadas a la semilla, que brota y crece sin que uno vea el crecimiento segundo a segundo. 4.26-33

13. Esto es todo un replanteamiento a nuestros “métodos” de “crecimiento de iglesia” … ¿Cómo entender hoy que el evangelio crece y brota sin que uno “vea el crecimiento”?

Y también utiliza la ilustración del grano de mostaza 4.30-32

14. Hay en el evangelio una llamada dirigida a todos, y que consiste en sembrar pequeñas semillas.  ¿Por qué Jesús no habla de cosas grandes? ¿Qué piensas que el reino de Dios crece y fructifica de manera insospechada?

 

Ideas para la reflexión y la aplicación

1.           Jesús no habla de cosas grandes. El reino de Dios es algo muy humilde y modesto en sus orígenes. Algo que puede pasar tan desapercibido como la semilla más pequeña. Pero algo que está llamado a crecer y fructificar de manera insospechada. Quizás necesitamos todos aprender de nuevo a valorar los pequeños gestos. Probablemente no estamos llamados a ser héroes ni mártires cada día, pero a todos se nos invita a vivir poniendo un poco más de felicidad en cada rincón de nuestro pequeño mundo diario. Lo importante en la vida es sembrar.

•             Jesús compara el «Reino de Dios» con una semilla que crece por sí sola, sin que el labrador le proporcione la fuerza para germinar y crecer. Sin duda, es importante el trabajo de siembra que realiza el labrador, pero en la semilla hay algo que no ha puesto el ser humano, una fuerza vital que no se debe a su esfuerzo.

•             Las parábolas de las semillas se convierten en una invitación a recordar que la vida no se reduce a trabajo y actividad. En el mensaje de Jesús la existencia está impregnada por la gracia, experimentar la vida como regalo y don, la salvación de manera total y absolutamente gratuita.

•             Nuestra mayor «desgracia» es vivir solo de nuestro esfuerzo, de vivir obsesionados con las cosechas de éxitos. Olvidamos que «todo es gracia», porque todo, absolutamente todo, está sostenido y penetrado por el amor generoso del Señor, el Sustentador.

•             Estas parábolas no presentan una fórmula para “una gran cosecha”. Sólo nos recuerda que en la semilla hay algo que no ha puesto el labrador. Una fuerza vital que no se debe al esfuerzo del hombre. Esto no implica necesariamente que debemos acostarnos y dormir. Nos toca sembrar la semilla del evangelio de Jesús, y no preocuparnos por el resultado. Ya lo dijo Pablo:

“Yo sembré, Apolos regó, pero Dios ha dado el crecimiento. Así que no cuenta ni el que siembra ni el que riega, sino solo Dios, quien es el que hace crecer. El que siembra y el que riega están al mismo nivel, aunque cada uno será recompensado según su propio trabajo. En efecto, nosotros somos colaboradores al servicio de Dios; y ustedes son el campo de cultivo de Dios, son el edificio de Dios”. 1 Corintios 3.6-9 NVI

 

Por supuesto habrá muchas otras preguntas que puedes hacer a este texto, y también muchas aplicaciones. La palabra de Dios es rica en significado y es una luz sobre una repisa, cosa que analizaremos la semana que viene.

En medio de esta terrible pandemia que está causando tantos estragos en el mundo, que podamos encontrar la forma de continuar sembrando en todas las personas que podamos el mensaje del evangelio de Jesús, y que podamos dormir tranquilos como aquel agricultor que confía que las plantas seguirán creciendo y que durante el día también confía por fe en que las plantas seguirán creciendo. “La tierra da fruto por sí sola; primero grano lleno de espiga… Tan pronto como el grano está maduro, se le mete la hoz, pues ha llegado el tiempo de la cosecha” 4. 28-9

Bendiciones, y ¡hasta la próxima semana!

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