Kristin Otto

(Leipzig, 1966) Nadadora alemana cuyo historial deportivo la hace merecedora, junto a su compatriota Kornelia Ender, de ocupar un lugar preeminente entre las figuras de la nataci�n en la antigua Alemania Oriental.

Al igual que Kornelia Ender, se entren� en la academia de la Halle, donde imperaba un r�gimen f�sico cotidiano asfixiante (descrito por Kristin en su diario) que inclu�a isometr�a, estudio, levantamiento de pesas y largas horas de nataci�n, cuyo resultado es bien conocido: la citada instituci�n fue una cantera de deportistas de elite que, con sus triunfos ol�mpicos, sirvieron para afianzar el programa pol�tico del pa�s.

Kristin Otto hizo su aparici�n en el circuito internacional en 1982 y, con tan s�lo diecis�is a�os, se hizo con tres t�tulos mundiales; al a�o siguiente rompi� la barrera del minuto (59,97 segundos) en los 100 metros espalda. En 1984, tras establecer dos nuevas marcas mundiales en las categor�as de 100 y 200 metros libres, una fisura vertebral la oblig� a pasar nueve meses retirada de la piscina; cuando todo el mundo daba por terminada su brillante carrera deportiva, Otto, haciendo gala de una tenacidad admirable, se arroj� de nuevo al agua, si bien se decant� por el estilo de crowl para evitar el intenso dolor que la acomet�a al nadar a espalda.

Semejante esfuerzo dio sus frutos en el mundial de Madrid de 1986, en que cosech� seis medallas, cuatro de ellas de oro, y, desde luego, en los Juegos de Se�l celebrados en 1988, cuando en una haza�a jam�s lograda por un nadador ol�mpico, ni siquiera por el estadounidense Mark Spitz, se llev� a casa el oro en tres estilos diferentes (crowl, espalda y mariposa) y estableci� cuatro r�cords ol�mpicos, lo que la convirti� en la mujer que m�s medallas de oro ha conseguido en una sola Olimpiada.

Un a�o antes de la ca�da del Muro, Otto se retir�. Sin embargo, una negra nube vino a ensombrecer lo que deb�an ser a�os de descanso: en 1991, los preparadores f�sicos de la difunta RDA confesaron que hab�an suministrado esteroides y otras sustancias prohibidas a sus atletas, si bien �stos nunca lo supieron. Sus marcas fueron custionadas y se sinti� desolada, pero se declar� inocente, puesto que no s�lo hab�a pasado todos los testeos de dopaje, sino que adem�s, sus seis medallas y sus �xitos deportivos fueron resultado de muchos a�os de dur�simo esfuerzo y entrenamiento.

C�mo citar este art�culo:
Fernández, Tomás y Tamaro, Elena. «». En Biografías y Vidas. La enciclopedia biográfica en línea [Internet]. Barcelona, España, 2004. Disponible en [fecha de acceso: ].