El más que auspicioso primer largometraje de Sébastien Vanicek transcurre hace unos años en una zona de monoblocks en un banlieue de París, un universo suburbano de clase media-baja poblado por una mayoría de inmigrantes (o hijos de). Allí, en el decadente departamento que han heredado hace poco, viven Kaleb (Théo Christine) y su hermana Manon (Lisa Nykaro), quienes mantiene una pésima relación marcada por los insultos. Nuestro perfecto antihéroe tiene una obsesión por los bichos exóticos (posee una amplia colección de insectos en su habitación) y sobrevive como puede haciendo negocios en el submundo del mercado negro.

Y ya desde la primera escena seguimos el camino de una araña, que terminará escapándose de una caja en la pieza de Kaleb y generando el caos en el edificio. Jordy (Finnegan Oldfield), un viejo compinche del protagonista con el que se reencuentra después de mucho; Lila (Sofia Lesaffre), una atractiva amiga de Manon, y Mathys (Jérôme Niel) completan el grupo central de jóvenes que deberá apelar a todos los recursos e ingenio a su alcance para ir sobreviviendo a la plaga del título, una creciente colonia de arácnidos (se van reproduciendo a toda velocidad), que además cada vez son más grandes y arrasadores.

Si en primera instancia la película tiene una apariencia de cine clase B sobre monstruos, Vanicek lo convierte en un exponente de terror de “Primera A”: los comentarios sociales (sobre todo la tensión con la policía), el atractivo uso de los efectos visuales y del rap, la credibilidad que alcanza el elenco y la afiatada y precisa puesta en escena del director (los clichés a la hora de la edición y la musicalización, por suerte, son escasos) hacen de La plaga: Vermin un espectáculo siempre intenso, muy adrenalínico durante su segunda mitad y con la capacidad de generar unos cuantos sustos con buenos recursos artísticos en ambientes claustrofóbicos. Eso sí: aracnofóbicos, abstenerse.



Sumate a la comunidad OtrosCines/Club

Las suscripciones son la mejor manera para que las lectoras y los lectores apoyen directamente a los emprendimientos periodísticos independientes y ayuden a sostener un producto de calidad que mantiene el acceso a todos sus contenidos de forma gratuita. Además, se accede a una amplia oferta de beneficios y contenidos exclusivos.

MÁS INFORMACIÓN
SOBRE BENEFICIOS
Y SUSCRIPCIONES