Hace tiempo explicamos en un artículo que el vikingo Hrolf Ganger, más conocido como Rollo el Errante y famoso por haber establecido a los escandinavos en Normandía (el mismo también que en la serie televisiva Vikings aparece como hermano de Ragnar Lodbrok), fue tatara-tatarabuelo de Guillermo el Conquistador y, a través de él, antepasado directo de todos los monarcas europeos actuales. Pero el ancestro común más reciente de éstos se llamaba Johan Willem Friso de Orange-Nassau y vivió en el siglo XVIII.

En la historiografía española se le suele adaptar el nombre como Juan Guillermo. Los apellidos serán familiares a muchos al proceder de la Casa de Nassau, una familia de origen germano que remontaba sus raíces a la Edad Media y que en el siglo XIII se escindió en dos ramas, Walram y Otón.

La primera nos resulta bastante desconocida porque es de la que vienen los actuales soberanos de un país del que no se suele hablar mucho, Luxemburgo. En cambio, la otra la vinculamos con un personaje crucial de nuestra Historia, Guillermo el Taciturno, líder de los protestantes neerlandeses que se alzaron en armas contra Felipe II y artífice de la independencia de la Provincias Unidas.

Guillermo de Orange el Taciturno/Imagen: dominio público en Wikimedia Commons

Juan Guillermo nació en Dessau, una localidad del actual estado alemán de Sajonia-Anhalt, en 1687. Sus padres fueron el príncipe Enrique Casimiro II de Nassau-Dietz, estatúder de Frisia y Groninga, y la princesa Enriqueta Amalia de Anhalt-Dessau, sobrina de Mauricio de Nassau (hijo del citado Taciturno y hermano de Justino, al que Velázquez retrató derrotado en su cuadro La rendición de Breda entregando la llave de la ciudad al general imperial Ambrosio de Spínola). Por lo tanto, ambos progenitores tenían como primo-hermano a Guillermo III, rey de Inglaterra, Irlanda y Escocia desde que en 1689 la llamada Revolución Gloriosa derrocara a su tío (y suegro, pues era padre de su esposa María) Jacobo II.

No vamos a liar más la madeja so pena de acabar estrangulados por los hilos; simplemente explicar, respecto a su relación con los padres de Juan Guillermo, que el monarca inglés en realidad no era de esa nacionalidad sino que había nacido en La Haya y era hermano de Carlos II, el anterior titular de la corona antes que Jacobo, y sobrino-nieto del mencionado Mauricio. Ahora sí, tomemos un poco de oxígeno.

El padre de Juan Guillermo falleció en 1696, joven, a los treinta y nueve años de edad, por lo que su vástago quedó como sucesor a sus títulos y cargos siendo nombrado estatúder hereditario de Friesland, Groninga y Drenthe, así como príncipe de Nassau-Dietz, conde de Katzenelenbogen, Vianden y Spiegelberg. Todo ello bajo la tutela de su madre, por supuesto, ya que apenas tenía nueve años.

En 1702 falleció también Guillermo III, que además de monarca británico era estatúder de las otras provincias de los Países Bajos; como no tenía descendencia y la extinción de su línea sucesoria suponía el riesgo de que el católico Jacobo II volviera al trono, el Parlamento había dictado un año antes el Acta de Establecimiento, por la cual se entregaba la corona al pariente protestante más cercano, que era Ana Estuardo. Los escoceses, que no fueron consultados, se negaron a aceptarla y ése sería el origen del segundo levantamiento jacobita en 1715.

Irónicamente, Ana era hija de Jacobo pero tenía algo que la hacía tolerable: estaba casada con el príncipe Jorge de Dinamarca, que sí profesaba el protestantismo, por lo que parecía probable que sus hijos se educaran en esa fe y, a la larga, pudieran pasar a ser herederos potenciales al trono. Pero por increíble que parezca, ninguno de los diecinueve que parió pasó de los dos años, por lo que ella fue la última de los Estuardo, sucediéndole un Hannover, Jorge I. Dicho de otra forma, hubo un cambio de dinastía, extinguiéndose la iniciada por Guillermo de Orange el Taciturno.

Ana Estuardo en 1705/Imagen: dominio público en Wikimedia Commons

Juan Guillermo quedaba así como representante legítimo de la Casa Orange-Nassau, así que reclamó su derecho a ser estatúder de las provincias que gobernaba el fallecido rey de Inglaterra, a saber, Holanda, Zelanda, Utrecht, Gelderland y Overijsse, para sumarlas a las suyas (recordemos, Friesland, Groninga y Drenthe). Pero se encontró con un obstáculo: el país estaba escindido en dos facciones, una monárquica y otra republicana, y ésta, temerosa de que acumulara demasiado poder y le entraran tentaciones reales, le denegó la petición.

Para entonces, Juan Guillermo había dejado atrás la infancia y se había convertido en un inexperto pero competente general que en 1704, con sólo diecisiete años, se puso al frente del cuerpo holandés que intervino en la Guerra de Sucesión Española, formando parte del ejército austracista que dirigía John Churchill, Duque de Marlborough (el famoso Mambrú de la canción, que además era antepasado de Winston Churchill). En las batallas de Oudenarde y Malplaquet, así como en el sitio de Lille, el joven se labró prestigio de sobra para avalar sus aspiraciones políticas, por lo que se dispuso a asumir el Principado de Orange. No lo iba a tener fácil porque otros también deseaban hacerse con él.

El Principado de Orange era una posesión territorial situada en la parte meridional de Francia, cerca de Aviñón, que procedía de un antiguo condado medieval homónimo al que Federico I Barbarroja había concedido su independencia del Sacro Imperio Romano Germánico en el siglo XII.

En 1544 pasó a manos de Guillermo el Taciturno gracias a que el titular, su primo Renato de Châlon, que además era estatúder de Holanda, Zelanda, Utrecht y Gelre, falleció sin descendencia y él era el pariente más cercano.

Guillermo agregó el Orange a su apellido fundando así la Casa Orange-Nassau y haciéndose con sus muchas propiedades en los Países Bajos. Es irónico que a la larga se convirtiera en el principal enemigo de los Habsburgo si se tiene en cuenta que en aquel momento, como sólo tenía once años, el emperador Carlos V hizo de regente y le proporcionó una educación acorde a su nuevo rango que incluía su conversión al catolicismo, además de colmarle de otros títulos y dignidades. Más tarde, en 1599, Felipe II le nombró estatúder de las provincias de Holanda, Zelanda, Utrecht y Borgoña.

El Principado de Orange/Imagen: Wikimedia Commons

El caso es que Juan Guillermo tuvo que dejar la campaña contra los Borbones por el trono español para marchar a La Haya, donde debía pleitear para heredar el susodicho Principado de Orange con Federico I de Prusia, que también lo reclamaba.

La herencia de Guillermo III era un auténtico embrollo, pues si bien el rey de Inglaterra había designado heredero a Federico, también había especificado que el principado pasara a Juan Guillermo. Para colmo, apareció un tercer candidato en discordia, el príncipe Guillermo Jacinto de Nassau-Siegen.

Federico I de Prusia/Imagen: dominio público en Wikimedia Commons

Era el año 1711 y las prisas por llegar supusieron su final. A pesar de una fuerte tormenta que recomendaba prudencia, Juan Guillermo se empeñó en embarcar en un ferry para atravesar el ancho cauce del río Hollands Diep a su paso por el municipio de Moerdijk. El mal tiempo hizo zozobrar la embarcación, que acabó hundiéndose y Juan Guillermo pereció ahogado.

Apenas tenía veintitrés años y dejaba una esposa embarazada, la princesa María Luisa de Hesse-Kassel, que daría a luz seis semanas después al que era segundo hijo del matrimonio, Guillermo IV de Orange-Nassau (antes habían tenido una niña, Amalia de Nassau-Dietz).

Este Guillermo sería el primer estatúder hereditario de las siete Provincias Unidas. Mediante una compleja política de casamientos y alianzas sus hijos y los de su hermana fueron ocupando los tronos más importantes de Europa de manera que hoy hay una decena de reyes que descienden de ellos: Guillermo Alejandro de Holanda, Isabel II de Inglaterra, Felipe I de Bélgica, Carlos XVI Gustavo de Suecia, Margarita II de Dinamarca, Hans Adam II de Liechtenstein, Enrique de Luxemburgo, Harald V de Noruega, Alberto II de Mónaco y, sí, Felipe VI de España.


Fuentes

The Princes of Orange. The Stadholders in the Dutch Republic (Herbert H. Rowen)/History of Holland (George Edmundson)/Gender, power and identity in the early modern House of Orange-Nassau (Susan Broomhall y Jacqueline Van Gent)/Wikipedia


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