Josefina de Beauharnais

La hermana de Joséphine, Catalina, se casaría con el rico vizconde Alejandro de Beauharnais, que habría acabado con las dificultades económicas de la familia Tascher. Cuando Catalina murió repentinamente, Joséphine tomó su lugar, llegando a Francia en 1779 para casarse con él. No fue un matrimonio feliz, la pareja terminó finalmente separándose, pero tuvieron dos hijos, Eugène y Hortense.

En 1794, durante el reinado del terror que involucró la Revolución Francesa, Alejandro fue arrestado y murió en la guillotina. Joséphine también fue encarcelada y se programó su ejecución.

Cinco días después de la muerte de su esposo, fue ejecutado el impulsor del Reinado del Terror, Maximilien Robespierre, y con la ayuda de amigos de alto rango, Joséphine fue liberada.

En la Francia posrevolucionaria, Joséphine de Beauharnais se convirtió en una de las mujeres más prominentes en los salones de París. Glamorosa y bien conectada socialmente, tuvo varios asuntos amorosos con dirigentes políticos y militares muy destacados, entre ellos el general Napoleón Bonaparte, que inmediatamente se enamoró de ella. Ambos veían el matrimonio entre ellos como una oportunidad para la legitimidad y el progreso. Se casaron el 9 de marzo de 1796, unos días antes de que Napoleón saliera a su campaña en Italia. Durante su ausencia, envió la primera de muchas cartas de amor que escribiría durante su matrimonio y hasta su muerte. Muchas de estas cartas todavía existen hoy.

Algunos miembros de la familia de Napoleón se oponían a su matrimonio con una viuda mayor y con hijos. Su madre y sus hermanas eran especialmente desconfiadas porque sentían que la nueva esposa de Napoleón las consideraba muy por debajo de su posición. Pero se decía que Joséphine era una persona bondadosa y una buena madre para sus hijos.

En 1799, mientras Napoleón hacía campaña en Egipto, Joséphine compró el Château de Malmaison, cerca de París. Se interesó especialmente en los jardines, y llegó a ser muy competente en botánica y horticultura.

Con sus constantes separaciones durante las conquistas de Napoleón de Europa, se rumoreaba que Joséphine habría tenido otros amantes; también Napoleón habría mantenido diversos affairs. Los rumores de sus actividades extramatrimoniales eventualmente llegaron a Napoleón, que iracundoi, amenazó con el divorcio. Joséphine negaría con éxito las acusaciones, pero en el momento de su coronación como emperador y emperatriz franceses el 2 de diciembre de 1804, el matrimonio ya estaba en ruinas. Sin embargo, con el estímulo de la hija de Joséphine, Hortense, la coronación continuó según lo programado.

La unión siguió siendo tempestuosa, acusándose uno al otro de infidelidad; a medida que pasaba el tiempo y no teniendo hijos para ser heredero del trono, cada vez surgían más tensiones. En 1809, Napoleón ordenó la anulación del matrimonio y Joséphine obligada a dar un paso al costado tras la boda del emperador a la joven Maria Louisa de Austria. Rechazada, pero muy bien provista financieramente, Joséphine se retiró a su finca Malmaison donde murió el 29 de mayo de 1814. Está enterrada en la iglesia cercana de Saint Pierre-Saint Paul en Rueil. Su amada y devota hija está enterrada cerca de ella.