A 206 años del fusilamiento de José María Morelos y Pavón: “Morir es nada, cuando por la patria se muere” - Infobae

A 206 años del fusilamiento de José María Morelos y Pavón: “Morir es nada, cuando por la patria se muere”

José María Morelos y Pavón fue uno de los personajes más destacados de la Independencia de México

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Morelos fue acusado de traición, condenado a degradación eclesiástica, y declarado hereje. (Foto: Mediateca INAH)
Morelos fue acusado de traición, condenado a degradación eclesiástica, y declarado hereje. (Foto: Mediateca INAH)

A lo largo de la historia de México, han sobresalido nombres de personajes valientes, aguerridos y que buscan el bien del pueblo. Durante la Independencia de México, sobresalieron varios de estos héroes.

Desde Miguel Hidalgo, hasta Vicente Guerrero, quienes participaron y fueron piezas clave en el inicio y la consumación de la independencia. Sin embargo, hay muchos nombres más que es importante rescatar. Uno de ellos, el de José María Morelos y Pavón, quien este miércoles cumple 206 años de haber muerto fusilado en el municipio de Ecatepec de Morelos, que precisamente lleva ese nombre en su honor.

Morelos fue ejecutado el 22 de diciembre de 1815. También conocido como El Siervo de la Nación, es sin duda alguna uno de los íconos del movimiento independentista. Su legado militar y jurídico, son parte importante de nuestra concepción de México, y también del carácter de la lucha de la independencia.

Participó en el levantamiento armado de 1810 junto a Miguel Hidalgo y Costilla, y además, fue el encargado de convocar al primer congreso Independiente en Chilpancingo, y debido a esto, nació la Constitución de 1814 (de Apatzingán), en la que se declaraba la Independencia de México.

José María Morelos y Pavón murió fusilado el 22 de diciembre de 1815. (Foto: Gobierno de México)
José María Morelos y Pavón murió fusilado el 22 de diciembre de 1815. (Foto: Gobierno de México)

La travesía de su captura inició cuando Morelos, con la finalidad de poner a salvo al Congreso de Apatzingán, del constante acoso del Ejército Realista, decide emigrar a Uruapan y trasladarlo a Tehuacán, Puebla. Luego de recorrer un largo camino, decidió descansar con sus tropas en el poblado de Temalaca, entonces Guerrero, hoy actual estado de Puebla.

Las tropas virreinales que acampaban en el municipio de Tenango del Río, se enteraron que los insurgentes seguían la ruta del Río Mezcala rumbo a Tehuacán, encabezados por Morelos, Nicolás Bravo y José María Lobato, buscando un refugio donde descansar.

El 5 de noviembre, cuando amaneció, los realistas empezaron la persecución, y ese día, al salir hacia Pilcaya, Morelos fue alcanzado y atacado por Manuel de la Concha, en Temalaca. Ahí fue superado por el número de soldados y en armas. Fue hecho prisionero por Matías Carrasco, antiguo insurgente, mientras que los miembros del Congreso lograron escapar.

Con la captura de Morelos el movimiento independentista se vio debilitado, pues había perdido a una de sus piezas clave y principal líder militar. Al momento de su captura, Morelos fue inmediatamente trasladado al poblado de San Cristóbal Ecatepec, en donde se le formularon tres cargos.

José María Morelos y Pavón fue uno de los protagonistas de la Independencia de México (Foto: Gobierno de México)
José María Morelos y Pavón fue uno de los protagonistas de la Independencia de México (Foto: Gobierno de México)

A pesar de ello, Morelos negó todos los cargos por los que se le acusaron. Preparado para su destino, la muerte, y encerrado en un pequeño cuarto con una cama, una mesa, una silla y objetos religiosos, escribió una carta a su hijo, Juan Nepomuceno Almonte, en la que se leía:

Mi querido hijo Juan:

Tal vez en los momentos que ésta escribo, muy distante estarás de mi muerte próxima. El día 5 de este mes de los muertos he sido tomado prisionero por los gachupines y marcho para ser juzgado por el caribe de Calleja.

Morir es nada, cuando por la patria se muere, y yo he cumplido como debo con mi conciencia y como americano. Dios salve a mi patria, cuya esperanza va conmigo a la tumba.

Sálvate tú y espero serás de los que contribuyas con los que quedan aún a terminar la obra que el inmortal Hidalgo comenzó.

No me resta otra cosa que encargarte que no olvides que soy sacrificado por tan santa causa y que vengarás a los muertos.

El mismo Carranco te entregará, pues así me lo ofrece, lo que contiene el pequeño inventario, encargándote entregues la navaja y des un abrazo a mi buen amigo don Rafael Valdovinos.

Tú recibe mi bendición y perdona la infamia de Carranco.

Tu padre, José María Morelos

Luego de esto, se dispuso a rezar. El 22 de diciembre, las campanadas de una iglesia comenzaron a sonar, entonces su custodio, Manuel de la Concha, entró por él. No opuso resistencia alguna, salió del cuarto y caminó al lugar de fusilamiento. Dio un abrazo al hombre que lo había llevado y, luego, el ejército le disparó, arrebatándole la vida a uno de los personajes más importantes de la independencia.

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