Diputado mon�rquico por Renovaci�n Espa�ola, fue uno de los l�deres de la derecha que m�s duramente critic� a la Rep�blica
En la madrugada del 13 de julio, un grupo que viajaba en un veh�culo de la Guardia de Asalto, entre ellos un capit�n de la Guardia Civil, fue a buscarle a su domicilio. Ser�a asesinado minutos despu�s.
"Nosotros le quer�amos para gobernante. Dios le quiso para m�rtir". As� resumi� el escritor Jos� Mar�a Pem�n la figura de Jos� Calvo Sotelo, el diputado mon�rquico cuyo asesinato, en la madrugada del 13 de julio de 1936, se convierti� en el antecedente inmediato del levantamiento militar y, por tanto, de la Guerra Civil espa�ola.
Hombre familiar, de talante profundamente religioso y amante de la tradici�n y el orden, Calvo Sotelo destac� como uno de los adversarios m�s tenaces de la Rep�blica. Contra la "lentitud casi senil" de los conservadores de la CEDA y el prop�sito "bien claro" de los socialistas de instaurar su dictadura, se mostr� partidario del enfrentamiento directo a las instituciones: "El poder debe ser conquistado por cualquier medio", asegur�.
El hispanista Paul Preston, consider� que, a diferencia de las muchas nulidades que utiliz� Franco m�s tarde, hubiera impuesto su personalidad en la posguerra
As�, ante las elecciones de febrero del 36, en las que vaticin� una victoria de las izquierdas, trat� de convencer a un todav�a indeciso general Franco para que los militares adelantasen el Golpe.
Sin embargo, fue precisamente su asesinato el que forz� "la participaci�n de muchos vacilantes, incluido Franco", en el levantamiento del 18 de julio. As� lo afirm� el historiador Paul Preston, para quien Calvo Sotelo, "a diferencia de las muchas nulidades que utiliz� Franco m�s tarde, hubiera impuesto su propia personalidad en el Estado de la posguerra".
Nacido en la localidad de Tuy, en Pontevedra, Calvo Sotelo se traslad� a Zaragoza para estudiar Derecho. All� consigui� cierta popularidad al fundar una revista de humor en la Facultad y, sobre todo, al obtener la Matr�cula de Honor en Derecho Romano, lo que le permiti� crear un peque�o negocio vendiendo copias de sus apuntes.
Ministro durante la dictadura de Primo de Rivera
En Madrid obtuvo el Doctorado en 1914 y comenz� a trabajar en el Ateneo y el Ministerio de Administraci�n. Durante los siguientes a�os, ascendi� tanto en su carrera profesional como en las filas del partido maurista, con el que consigui� un acta de diputado en 1919 y el puesto de gobernador civil de Valencia en 1923.
Cuando el general Primo de Rivera tom� el poder, se inscribi� a Uni�n Patri�tica, desde donde participar�a en el Gobierno durante casi toda la Dictadura, a la que siempre permanecer�a fiel. Como director general de la Administraci�n Local, dot� de mayor poder y capacidad financiera a los municipios. A partir de 1925, se encarg� de la cartera de Hacienda donde cre� el llamado presupuesto extraordinario para costear las obras p�blicas, as� como diversos bancos nacionales y el monopolio estatal del petr�leo (Campsa), del que se mostr� particularmente orgulloso. Tras la crisis de 1929, y al no lograr detener la ca�da de la peseta, dimiti� de su cargo.
Exiliado tras la proclamaci�n de la Rep�blica
Cuando se proclam� la Rep�blica, se vio obligado a exiliarse. En el extranjero entr� en contacto con las ideas de los mon�rquicos franceses y del fascismo italiano, que le influyeron por igual: "Antes Roma que Mosc�", sostuvo entonces. En mayo de 1934, la amnist�a del Gobierno de Samper le permiti� volver a Espa�a, donde buena parte de la derecha le reconoci� de inmediato como su nuevo l�der.
Desde su esca�o en el Parlamento republicano, Calvo Sotelo combinaba eruditos an�lisis t�cnicos sobre Econom�a o Derecho con llamamientos al uso del Ej�rcito contra "las hordas rojas". "Prefiero ser militarista a ser mas�n, a ser marxista, a ser separatista e incluso a ser progresista".
Poco antes de su asesinato, pronuncia un famoso discurso que parece anticipar su destino: "Es preferible morir con gloria a vivir con vilipendio"
Poco antes de su asesinato, pronunci� un famoso discurso que pareci� anticipar su destino y que, en palabras de su bi�grafo Alfonso Bull�n de Mendoza, "indudablemente habr� de figurar en todas las antolog�as parlamentarias". "Es preferible morir con gloria a vivir con vilipendio", tal y como afirm� ante Dolores Ibarruri, a quien despu�s se atribuy� la autor�a de esa misma frase. "Has hablado por �ltima vez", fue la respuesta, seg�n algunos testimonios, de la diputada comunista.
La madrugada del 13 de julio, tras el asesinato del republicano Jos� del Castillo, un grupo de oficiales se present� en su casa en un coche del Gobierno. Calvo Sotelo fue obligado a acompa�arles. Antes se despidi� de su mujer, sospechando lo que le esperaba. A la ma�ana siguiente, su cuerpo aparecer�a en el dep�sito de cad�veres, muerto a tiros, donde ser�a identificado a mediod�a.
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