Andrés de Grecia: Discreto padre Felipe Edimburgo serie The Crown | El Cierre Digital
05 de abril de 2024
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FIN DE SEMANA

ERA EL SÉPTIMO HIJO DEL REY JORGE I DE GRECIA Y LA DUQUESA OLGA DE RUSIA Y SU PAPEL EN LA FAMILIA REAL FUE CASI NULO ENTRE EL EXILIO Y VARIAS AMANTES

Andrés de Grecia, el personaje en la sombra de 'The Crown': El discreto padre de Felipe de Edimburgo

El príncipe Andrés de Grecia junto a su hijo Felipe de Edimburgo.
El príncipe Andrés de Grecia junto a su hijo Felipe de Edimburgo.
El príncipe Andrés fue un niño brillante y un soldado valiente, pero con su familia no dio lo mejor de sí y nunca estuvo cerca de sus hijos. La familia real griega sufrió la revolución rusa, la Primera Guerra Mundial y los sucesivos exilios que marcaron su frío carácter. Nunca estuvo destinado a acceder al trono y su papel en la familia real fue prácticamente irrelevante.

El duque de Edimburgo, Felipe, firmaba con el apellido Mountbatten, que adoptó de su abuelo materno. Cuando nació en Cofú en junio de 1921, Felipe ostentaba el título de príncipe de Grecia y Dinamarca, ya que su padre era el príncipe Andrés de Grecia, el séptimo hijo de los reyes helenos.

La enigmática madre de Felipe, Alicia de Battenberg se dio a conocer al público gracias a su aparición en la serie The Crown donde se descubrieron más aspectos de su vida. En cambio, de su padre Andrés se ha escrito y se ha hablado muy poco, entre otras cosas, porque no estuvo apenas presente en la vida de su hijo Felipe.

Desde su infancia Andrés se mostró como un niño decidido, brillante y estudioso. Hablaba varios idiomas con fluidez entre los que destacaban el inglés, el francés, el danés y el ruso, además de su lengua familiar que era el griego y con la que se comunicaba con su familia. Por su fuerte carácter y temperamento decidido comenzó la carrera militar en Atenas, formándose con honores, para después ingresar en el ejército como oficial en 1901, con tan solo 19 años.

Un matrimonio celebrado por tres ritos diferentes

Conoció a la que sería su mujer con 20 años en Londres y cuentan que fue un auténtico flechazo. Ella era, Alicia, la hija del príncipe Luis de Battenberg y de la princesa Victoria de Hesse, además de bisnieta de la reina Victoria. Él no era excesivamente cariñoso ni encantador, pero la belleza de ella le deslumbró y Alicia, por su parte, se enamoró locamente.

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Alicia de Battenberg y Andrés de Grecia

Durante un tiempo se estuvieron escribiendo cartas interminables y finalmente se casaron en 1903 en Alemania en una gran boda que se celebró por tres ritos: el civil, el luterano y el griego ortodoxo. Uno de los grandes regalos que recibió la novia fue una tiara regalada por el Zar valorada en más de 14 millones y que más tarde se transformaría en el anillo de compromiso que su hijo Felipe le entregó a Isabel II.

Enseguida el matrimonio tuvo a sus cinco hijos: Margarita, Teodora, Cecilia, Sofía y Felipe, que era el pequeño. Todo apuntaba a que serían la familia perfecta, pero Andrés decidió dedicarse a su carrera militar y no fue un esposo fiel. Tampoco contaron con los acontecimientos a su favor, en 1913, su padre, el rey Jorge I fue asesinado y su hijo Constantino le sucedió en el trono.

La Primera Guerra Mundial estaba a punto de estallar y la situación empezó a empeorar. Al ser cuñado del káiser Guillermo, el rey Constantino se posiciono como neutral, pero Andrés, en sus continúas idas y venidas al Reino Unido, fue acusado de espionaje en favor de Alemania.

El exilio y las amantes

Tras la situación complicado a la que se enfrentaban en Grecia, Andrés y su familia decidieron abandonar el país y refugiarse en Suiza. Al acabar la Gran Guerra, Grecia entró en conflicto con Turquía, que acabó en derrota y en 1922, se vio obligado a exiliarse de nuevo al haber combatido a su regreso de Suiza. Estos años, no solo lo alejaron de su país, sino, también, de su familia.

Su mujer Alicia se consolaba de las continuas ausencias de su marido a través de obras caritativas y encontró la fe. Mientras que él decidió instalarse en París y disfrutar de los locos años veinte en compañía de sus amantes.

Cuando en 1930, Alicia fue internada en un manicomio, la familia se rompió por completo. Sus hijas mayores se casaron y se fueron a vivir a Alemania con sus maridos y el pequeño Felipe fue enviado a estudiar a la escuela de Gordonstoun en Escocia. La familia no volvió a verse hasta el funeral de su hija Cecilia, que falleció en 1937 en un accidente aéreo.

El príncipe Andrés encontró a otra mujer, la condesa Andrée de la Bigne y junto a ella se fue a vivir a la Costa Azul, aunque seguía casado con Alicia. Su preocupación por sus hijos era nula hasta el punto que les dejó luchar en bandos opuestos: Felipe junto al ejército británico y sus yernos para Hitler. Apenas volvió a verlos y falleció en 1944, dejando a su hijo Felipe como herencia un anillo y una deuda de más de 17.000 libras esterlinas.

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