La coronación de Isabel II como soberana del Reino Unido una de las fiestas de máxima repercusión del último siglo: es la primera vez que se va a retransmitir íntegramente en directo y se prepara con un esmero maravilloso, siendo la primera de muchas fiestas multitudinarias que Isabel se deleitaría con II en su largo reinado, el más largo en la historia del país.
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Como princesa, Isabel se había estado preparando para el destino que la esperaba durante mucho tiempo, desde que su padre se convirtió en el rey Jorge VI en 1936 y ella se convirtió en la heredera designada: la Segunda Guerra Mundial, ella se hizo conocida por los demás. La gente participó en programas de radio para animar a los jóvenes que se habían refugiado fuera de Londres y en el Servicio Territorial Auxiliar. una rama del ejército exclusivamente femenina que se ocupaba principalmente de tareas mecánicas y de enfermería.
Isabel II, con su uniforme de oficial, un palco donde ganó su formación.
Pero el estado físico de Jorge VI comenzó a declinar después de la guerra; El rey era fumador empedernido y desarrolló arteriosclerosis y cáncer de pulmón, que terminó con la extirpación de uno de esos órganos. A partir de 1949, delegó sus tareas oficiales en la princesa Isabel y su marido Felipe, duque de Edimburgo, con quien se había casado en 1947.
Para 1951, el estado físico de Jorge VI ya estaba muy degradado, hasta el punto de que su mensaje de Navidad se grabó en varias partes y luego se editó. Sin embargo, el 31 de enero insistió en acompañar a su hija y yerno al aeropuerto, quienes estaban en viaje oficial. viajes a Kenia y Australia. Apenas seis días después, en la mañana del 6 de febrero, murió mientras dormía. Felipe e Isabel tuvieron que volver de Kenia, ella ya reina.
En 1947, Isabel se casó con el príncipe Felipe de Grecia y Dinamarca, quien después del matrimonio sería conocido como el duque de Edimburgo. Han estado casados durante más de 73 años, lo que los convierte en la esposa con más años de servicio en la historia del Reino Unido.
El ataúd del rey vencido permaneció durante dos días en la iglesia de Santa Magdalena en Sandringham, cerca de una de las residencias reales. Madre Isabel Bowes-Lyon. Al igual que con la coronación de la nueva reina, el funeral se retransmite en directo por televisión, una reciente comodidad para las categorías medias gracias a los televisores menos costosos.
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Aunque Isabel se convirtió automáticamente en reina después de la muerte de su padre y la proclamación oficial, la coronación no tuvo lugar hasta catorce meses después: la muerte de un soberano siguió a una era de duelo oficial y hasta que esta terminó, comenzó a prepararse para el ceremonia, aunque la muerte de Jorge VI no del todo inesperado. La fecha fijada para el 2 de junio de 1953; Unos meses antes, en marzo, había muerto la reina madre María, abuela de Isabel y esposa del rey Jorge V, pero había escrito en su testamento que la coronación de su hija no se pospondría en caso de que muriera antes.
Esta fue la primera vez que una coronación real tuvo que transmitirse en su totalidad por televisión, por voluntad explícita de Isabel II (en la coronación de su padre, las cámaras no ingresaron a la Abadía de Westminster, donde se llevó a cabo el rito). fueron nuevas consideraciones logísticas a considerar; Además, también sería la primera vez que se filmaría en color. Había muchas otras personas que tenían un televisor e incluso los que lo alquilaron en la portería para el gran día.
Isabel II, primera monarca del Reino Unido cuya coronación se retransmitió íntegramente por televisión, añadiendo el rito en la Abadía de Westminster. El acceso de las categorías medias a la televisión ha ayudado a acercar el círculo real de familiares al pueblo.
No solo es una maravillosa oportunidad para el Reino Unido, sino también para todos los países de la Commonwealth, la organización compuesta por países con antiguos vínculos con el antiguo Imperio Británico. Las cintas de la ocasión fueron voladas el mismo día para ser transmitidas en otros países como Canadá, Australia o Estados Unidos (aunque este último no es miembro). Unos 750 sabuesos cubrieron la ocasión en otros 39 idiomas, demostrando el interés mundial por la nueva Reina británica.
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El rito comenzó el 2 de junio con una procesión que agregaba jefes de estado y nobles británicos y extranjeros, comenzando desde el Palacio de Buckingham y a través de las calles de Londres hasta la Abadía de Westminster, donde se llevaría a cabo el rito de coronación. La Reina llegó a la abadía a las 11 a. m. en el Gold State Coach, el automóvil de la familia real desde la época de Jorge IV en el siglo XVIII. Llevaba un vestido bordado con las marcas registradas forales de los países de la Commonwealth y el escudo estatal, la famosa capa de terciopelo y armiño.
La reina Isabel II con los símbolos del poder real.
Isabel II y el duque de Edimburgo saludan a otras personas desde el balcón del Palacio de Buckingham después de la ceremonia.
Después de rezar una oración, Isabel se sentó en el trono del altar y los obispos le entregaron objetos devotos (la Biblia, una patena y un cáliz) y los símbolos del poder real: la corona de San Eduardo, espadas y cetros ceremoniales y la orbe de la corona real. El arzobispo de Canterbury la coronó y la bendijo, después de lo cual ganó el homenaje de parientes cercanos, agregando a su esposo. En todos y cada uno de los niveles de la ceremonia, las mismas palabras resonaron en la catedral: «¡Dios salve a la reina Isabel!y «¡Larga vida a la reina Isabel!»
Después de la ceremonia, comenzó la procesión de regreso al Palacio de Buckingham, aún más impresionante que la de ida: solo unas 30,000 personas más formaron la procesión, que en total se extendió por más de 3 kilómetros y tardó cuarenta y cinco minutos en pasar. pasó por algunos de los lugares más icónicos de Londres en una dirección de 8 km y terminó con una exhibición aérea sobre Buckingham. Al llegar al palacio, como dicta la cultura, la nueva reina y su esposo salieron al balcón para saludar a la multitud, como han dicho. tantas veces el que ha sido el reinado más largo en la historia del Reino Unido. Y hasta el momento, el deseo de «larga vida a la reina Isabel» se sigue cumpliendo.
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