Señores jueces: “Nunca más".
Con esta frase enmarcaba Julio Strassera el clamor del pueblo argentino durante el histórico proceso en 1985 que logró juzgar en un tribunal civil a los nueve líderes de las tres primeras juntas militares que gobernaron el país sudamericano tras el golpe de Estado de 1976, por delitos que iban desde homicidio y tormentos hasta privación ilegítima de la libertad.
Hoy, casi 30 años después, el caso ha recobrado vigencia y está en primeras planas gracias a la cinta Argentina 1985, dirigida por Santiago Mitre y protagonizada por Ricardo Darín y Peter Lanzani. Tras haber cosechado múltiples menciones en los festivales de San Sebastián y Venecia, ganó ya el Globo de Oro a la Mejor Película de habla no inglesa, está nominada en la misma categoría al BAFTA de Reino Unido y el pasado martes fue incluida en la quinteta de Mejor Película Internacional del premio de la Academia de Hollywood, el Oscar.
En la vida real, este juicio fue presentado con más de 830 testigos y se analizaron 280 casos de violaciones a los derechos humanos. Llegó a las pantallas a través de cines y de Amazon Prime Video para cimbrar la memoria colectiva y activar en los más jóvenes que la vida de derechos en América Latina se ha ganado palmo a palmo con sangre y vida de muchos, y que no podemos renunciar nunca más a ella.
Y si bien en la cinta se podría reclamar que a momentos parece que Julio Straserra y su fiel fiscal adjunto en el célebre juicio, acompañados de sus jóvenes abogados a forma de escuderos, cargaron con el peso del juicio con la venia y apoyo del entonces presidente Raul Alfonsín, esto sería demeritar el valor y decisión de los testigos en conseguir justicia.
Y tampoco podemos dejar de lado el peso histórico de las mujeres en la condena histórica al almirante Emilio Eduardo Massera y al expresidente Jorge Rafael Videla. Las Madres de Mayo presentes en el juicio, a manera de audiencia, fueron la cara visible del dolor que dejó la dictadura. Además, la cinta sí cumple con retratar a cabalidad el valor de Adriana Calvo, quien fue testigo clave durante todo el juicio civil a los militares. Física de profesión, fue retenida contra su voluntad a la par que su esposo y sometida a vejaciones como dar a luz en medio de situaciones insalubres. Su testimonio fue decisivo en el juicio y su posterior entrega a una vida en pro de los derechos humanos y activismo incansable en la búsqueda de los desaparecidos durante la dictadura militar son dignos de remarcar.
“Salvo que la conciencia moral de los argentinos haya descendido a niveles tribales, nadie puede admitir que el secuestro, la tortura o el asesinato constituyan ‘hechos políticos’ o ‘contingencias del combate’".
Estas frases del discurso original del fiscal Julio Strassera, el cual se volvió legado histórico, cobran real importancia en sociedades donde la democracia se ha degradado y pervertido, abriendo paso a nuevas formas de autoritarismo más sutiles, pero no por ello menos peligrosas.
En la época donde la extrema derecha aumenta su presencia en Europa y actos golpistas como el de Brasil ponen en zozobra a la democracia, debemos de recordar esas frases de Strassera y recobrar el rumbo democrático y de garantizar los derechos humanos:
“Esta es nuestra oportunidad: quizá sea la última. Señores, nunca más”.
Al fondo del arcón
Dos años consecutivos, los de la pandemia, el Oscar a Mejor Dirección fue obtenido por mujeres cineastas. Pero este año, que la Meca del Cine parece haber recobrado su esplendor, sólo hombres fueron nominados en esta categoría, aun cuando una de las nominadas a Mejor Película fue dirigida por una mujer. Muestra de que al patriarcado le cuesta trabajo salirse del guion.
Por Sarai Aguilar Arriozola*
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