¿Precipitó Isabel II la caída de Johnson al impedirle convocar elecciones anticipadas?
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14 de abril de 2024

El ex primer ministro Boris Johnson junto con la Reina Isabel II (2019)

El ex primer ministro Boris Johnson junto con la Reina Isabel II (2019)GTRES

Reino Unido

¿Precipitó Isabel II la caída de Johnson al impedirle convocar elecciones anticipadas?

La Monarca habría esgrimido, para justificar su supuesta negativa, los «tres principios de Lascelles»

A principios del pasado mes de julio, la situación política del aun primer ministro británico, Boris Johnson, se volvía insostenible según pasaban los días: acechado por los escándalos –el último lo protagonizó el diputado conservador Chris Pinscher en la mismísima Cámara de los Comunes–, pensó salir del entuerto convocando elecciones anticipadas.
Sin embargo, Isabel II, cuya firma era imprescindible para otorgar validez a la convocatoria, se interpuso en los planes de su decimocuarto primer ministro –la efímera Liz Truss cerró la lista– que tuvo en su reinado de siete décadas.
Así lo certifica Sebastian Payne, redactor jefe de Política de The Financial Times, en «The Fall of Boris Johnson» (La caída de Boris Johnson), libro publicado hace unos días en el Reino Unido.
Según Payne, el influyente parlamentario conservador sir Graham Brady, el presidente del Comité de 1922, Simon Case, secretario del Gabinete, y sir Edward Young, secretario privado de la anciana Reina, unieron fuerzas para frustrar semejante escenario.
El autor del libro cita a una fuente, según la cual «si hubiera un esfuerzo por convocar elecciones, los diputados tories habrían esperado que Brady comunicara al Palacio que celebraríamos un voto de confianza en un futuro muy próximo y que podría tener sentido que Su Majestad no estuviera disponible [para atender a Johnson] durante un día».
Otra fuente que habló con Payne alega que se hubiera comunicado «cortésmente» a Downing Street, la imposibilidad para la Soberana de atender una llamada telefónica de Johnson si esta hubiera tenido por objeto una disolución anticipada de la Cámara de los Comunes.
Esta estratagema es la que habría forzado el anuncio de dimisión del primer ministro, hecho público el 7 de julio. Así habría sido, tal y como se desprende del libro de Payne, en relación con las formas.

Los «tres principios de Lascelles»

Sobre el fondo del asunto, Isabel II habría esgrimido, para justificar su supuesta negativa, los «tres principios de Lascelles», así llamados en recuerdo de sir Alan «Tommy» Lascelles, quien fuera su primer secretario privado y el último de su padre, Jorge VI.
Según el alto cargo –principal enlace entre la Corona y el mundo político–, él o la monarca pueden negarse a disolver la Cámara de los Comunes siempre que se cumplan tres requisitos.
El primero es el correcto funcionamiento del actual Parlamento, el perjuicio que una disolución causaría a la economía nacional o la ausencia de un primer ministro en condiciones de sustituir al saliente.
Según Isabel II, se daban los tres para negarse a hablar con Johnson: los conservadores gozaban de una amplia mayoría en la Cámara de los Comunes, la economía empezaba a deteriorarse debido a la inflación galopante y abundaban los candidatos conservadores dispuestos a sustituir a su líder.
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