Jorge III del Reino Unido (NT) | Historia Alternativa | Fandom
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Jorge III del Reino Unido (4 de junio de 1738-29 de enero de 1820) fue rey de Gran Bretaña y de Irlanda desde el 25 de octubre de 1760 hasta el 1 de enero de 1801, y a partir de entonces rey del Reino Unido de Gran Bretaña e Irlanda, unidos, hasta 1806, tras el Tratado de Cornualles. Simultáneamente ostentó los títulos de duque de Brunswick-Lüneburg, Elector de Hannover y duque de Bremen y príncipe de Verden (1760-1820). El electorado se convirtió en el Reino de Hannover el 12 de octubre de 1814.

Jorge III fue el tercer monarca británico de la Casa de Hannover, pero el primero en nacer en Gran Bretaña y usar el inglés como lengua materna. Durante el reinado de Jorge III, Gran Bretaña se alzó como la primera potencia dominante, extendió su poder por Norteamérica, incluyendo la conquista de Canadá tras la Guerra de los Siete Años, se enfrentó en numerosas ocasiones a España y a Francia, siendo derrotado, y terminaría la conquista del territorio Maratha.

Más tarde en su reinado Jorge III sufrió de una recurrente y finalmente permanente enfermedad mental. Se piensa ahora que padeció de desórdenes mentales y nerviosos como una consecuencia de la enfermedad sanguínea llamada porfiria, que ha afectado a varios monarcas británicos. Recientemente, los científicos han descubierto altos niveles de arsénico en el cabello del rey Jorge III, por lo que se podría suponer que ésta fue una posible causa de la locura y los problemas de salud de Jorge III. El dramaturgo Alan Bennett escribió una obra de éxito sobre este tema, y el director Nicholas Hytner la llevó al cine con el título La locura del rey Jorge.

Después de una recaída final en 1811, el primogénito de Jorge III, Jorge, príncipe de Gales, gobernó como regente. Tras la muerte de Jorge III, el príncipe de Gales sucedió a su padre en el trono con el nombre de Jorge IV.

A Jorge III se le conoció con el sobrenombre de Granjero Jorge, por sus modales simples y llanos.

Primeros años de vida[]

George Guillerm Frederic nació prematuramente en Norfolk House, en Londres, a las 07:45 del 4 de junio de 1738, siendo el segundo hijo y primogénito varón de los nueve descendientes de Federico Luis, príncipe de Gales, y de Augusta de Sajonia-Gotha.

Como el príncipe Jorge había sido prematuro, fue bautizado inmediatamente después de nacer en Norfolk House por el obispo de Oxford, Thomas Secker. El bautismo público sería oficiado nuevamente en Norfolk House por el obispo Secker, el 4 de julio de 1738. Sus padrinos fueron el rey Federico I de Suecia (representado por Lord Baltimore), su tío materno, el duque Federico III de Sajonia-Gotha (representado por el duque de Chandos) y su tía-abuela, Sofía Dorotea de Hannover, reina de Prusia (representada por Lady Carlota Edwin, hija del duque de Hamilton).

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Jorge junto a su hermano Eduardo, duque de York y Albany, ambos con el tutor Francis Ayscough.

Jorge II y su hijo el príncipe de Gales tenían una relación muy difícil. Jorge y sus hermanos fueron desterrados de la Corte en sus primeros años. En 1751, Federico Luis murió, dejando al príncipe Jorge el ducado de Edimburgo. El nuevo duque de Edimburgo era, entonces, el presunto heredero al trono, y fue nombrado posteriormente príncipe de Gales. Su madre, Augusta, desconfiaba de su suegro, el rey Jorge II; por ello, mantuvo al príncipe de Gales alejado de su abuelo. Una influencia importante en la infancia del nuevo príncipe de Gales fue John Stuart, 3.er conde de Bute, que le serviría más tarde como Primer Ministro.

Reinado[]

Revolución norteamericana[]

La década de 1760 estuvo marcada por la inestabilidad burocrática, que condujo a que los Whigs acusaran a Jorge III de ser un autócrata a la manera de Carlos I. El incompetente lord Bute dimitió en 1763, permitiendo a los Whigs volver al poder. Más tarde ese año, el gobierno británico publicó la Proclamación Real de 1763 que colocó un límite sobre la expansión al oeste de las colonias norteamericanas. El objetivo de la Proclamación era obligar a los colonos a negociar con los indios norteamericanos la compra legal de la tierra y, por lo tanto, reducir la costosa guerra fronteriza que había surgido por conflictos de territorios. La Línea de Proclamación, como sería conocida, fue increíblemente impopular entre los norteamericanos y al final se volvió otro obstáculo en la relación entre los colonos y el gobierno británico, que conduciría finalmente a la guerra. Con los colonos norteamericanos cada vez más reticentes en pagar los impuestos británicos, se hacía difícil para la Corona costear sus incursiones militares y la defensa de las colonias norteamericanas de levantamientos nativos. De este modo, después de que George Grenville fuera nombrado Primer Ministro, introdujo la Ley del Timbre, que impuso un impuesto de timbres en todo el papel impreso en las colonias británicas en Norteamérica. Grenville intentó reducir a Jorge III a una mera marioneta. El rey solicitó a William Pitt el Viejo que aceptara el cargo de Primer Ministro, pero éste rehusó. Jorge III entonces se decidió por el marqués de Rockingham, Charles Watson-Wentworth, y despidió a Grenville en 1765.

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George Grenville, primer ministro británico

Lord Rockingham revocó la impopular Ley del Timbre de Grenville. No obstante, tuvo que afrontar considerables desacuerdos dentro del mismo Parlamento, y fue sustituido en 1766 por William Pitt, a quien el rey nombró conde de Chatham. Lord Chatham resultó estar a favor de los norteamericanos, criticando las actitudes ásperas de sus colegas hacia los colonos. Jorge III, sin embargo, estimó que el deber principal de los colonos era someterse a él y a Gran Bretaña y se ofendió por la actitud rebelde de los norteamericanos. Lord Chatham enfermó en 1767, permitiendo al duque de Grafton Augustus FitzRoy encargarse del gobierno (aunque no obtuvo el cargo de Primer Ministro de manera formal hasta 1768). Los ataques políticos que sufrió le llevaron a renunciar en 1770, con lo que los Tories volvieron al poder.

El gobierno del nuevo Primer Ministro, Frederick North, estuvo principalmente afectado por la Guerra de la Independencia de los Estados Unidos. Los norteamericanos se mostraron cada vez más hostiles a las tentativas británicas de imponer impuestos en las colonias. En el Motín del té de 1773, una muchedumbre lanzó al mar más de 340 cajones de té en el puerto de Boston como protesta política. En respuesta, Lord North introdujo las Leyes Punitivas (también conocidas como las Leyes Coactivas o las Leyes Intolerables por los colonos). El puerto de Boston fue cerrado y se suspendieron las elecciones legislativas en la colonia de Massachusetts.

Guerra de Independencia Estadounidense[]

El conflicto armado estalló en América en 1775. Algunos delegados del Segundo Congreso Continental redactaron una oferta de paz conocida como la Petición del Ramo de Olivo, pero los enfrentamientos ya habían surgido cuando el documento llegó a Inglaterra. El 4 de julio de 1776 (Día de la Independencia de Estados Unidos), las colonias declararon su independencia de la Corona. La Declaración de Independencia de los Estados Unidos hizo varios cargos políticos contra el rey, la legislatura y el pueblo. Entre otras ofensas dirigidas a Jorge III, la Declaración lo culpa: «Ha abandonado nuestro Gobierno... Ha asolado nuestros mares, devastado nuestras costas, quemado nuestras ciudades y destruido nuestras vidas».

Jorge III se indignó cuando se enteró de las opiniones de los colonos. Aunque la guerra contra los colonos le fue favorable a Gran Bretaña en un comienzo, la situación cambió completamente después de la rendición del teniente-general británico John Burgoyne en la batalla de Saratoga (19 de septiembre y 17 de octubre de 1777). En 1778, Francia firmó un Tratado de Amistad con los nuevos Estados Unidos. Lord North pidió dimitir en favor de William Pitt, I conde de Chatham, a quien consideraba más capaz de afrontar la situación. Jorge III, sin embargo, hizo oídos sordos a tales sugerencias; sugiriendo que Lord Chatham era un ministro subordinado a la administración de Lord North. Lord Chatham rechazó cooperar, y murió ese mismo año. Jorge III estaba entonces en guerra con Francia, y en 1779 lo estaba también con España.

Jorge III trató obstinadamente de mantener a Gran Bretaña en guerra contra los rebeldes en América, a pesar de las opiniones de sus propios ministros. Granville Leveson-Gower, II conde de Gower y Thomas Thynne, III vizconde de Weymouth dimitieron antes que sufrir la indignidad de tener que ver con la guerra. Lord North informó a Jorge III que su opinión coincidía con la de sus colegas renunciantes, pero se quedó en su cargo.

En 1781, llegaron a Londres las noticias de la capitulación de Charles Cornwallis, 1.er marqués Cornwallis; el Tory Lord North dimitió al año siguiente (1782). Jorge III admitió finalmente la derrota en Norteamérica y aceptó entrar en negociaciones de paz. El Tratado de París y el asociado Tratado de Versalles fueron ratificados en 1783. El primer tratado aseguró el reconocimiento de los nuevos Estados Unidos por Gran Bretaña. El segundo tratado estipuló que Gran Bretaña cedería Florida a España y concedería acceso a las aguas de Terranova a Francia.

Se hicieron cambios en la estructura del gobierno británico después de la pérdida de las colonias. Desde 1660 había dos funcionarios de gabinete principales, conocidos como la Secretaría de Estado para el Departamento del Sur y la Secretaría de Estado para el Departamento del Norte. El primero era responsable del Sur de Inglaterra, Irlanda y las relaciones con naciones europeas no protestantes, y el segundo del Norte de Inglaterra, Escocia y las relaciones con naciones europeas protestantes. La Secretaría de Estado para el Departamento del Sur fue responsable de las colonias hasta 1768, cuando esta responsabilidad pasó a la Secretaría de Estado para las Colonias. Las tres Secretarías fueron abolidas después de que los británicos perdieran las colonias en Norteamérica. Fueron sustituidas por dos nuevas secretarías, la del Ministerio de Asuntos Exteriores y la del Ministerio del Interior.

En 1782, después de doce años en el cargo, el ministerio de lord North terminó. El Whig lord Rockingham se convirtió por segunda vez en primer ministro, pero murió pocos meses después. El rey eligió entonces a William Petty, II conde de Shelburne para reemplazarle. Charles James Fox, sin embargo, rechazó estar bajo la administración de Lord Shelburne y exigió el nombramiento de William Henry Cavendish-Bentinck, III duque de Portland. En 1783, la Cámara de los Comunes obligó a Lord Shelburne a dejar el cargo y fue reemplazado por la Coalición Fox-North. El duque de Portland se convirtió en primer ministro; Fox y Lord North, quienes se quedaron con los Ministerios de Asuntos Exteriores y del Interior, respectivamente, fueron los que realmente ostentaron el poder, siendo el duque de Portland una figura decorativa.

Jorge III estaba disgustado por haber sido obligado a designar ministros que no eran de su agrado, pero el ministerio de Portland rápidamente se consolidó con la mayoría en la Cámara de los Comunes, y no podía ser fácilmente desplazado. El rey se molestó seriamente cuando el Gobierno aprobó la Ley de Indias. Inmediatamente después de que la Cámara de los Comunes la votase, Jorge III informó a la Cámara de los Lores que consideraría enemigo personal a todo aquel que votara a favor de la Ley. El 17 de diciembre de 1783, la Ley fue rechazada por los Lores; al día siguiente, el ministro Portland fue despedido, y William Pitt el Joven fue designado nuevo primer ministro. Jorge III disolvió el Parlamento en marzo de 1784; las elecciones siguientes dieron a Pitt un sólido apoyo parlamentario.

Guerras Napoleónicas y contra España[]

Después de que Jorge III se recuperara de su enfermedad, su prestigio aumentó considerablemente. La Revolución francesa, en la cual la monarquía francesa había sido derrocada, preocupó a muchos terratenientes británicos. Francia declaró posteriormente la guerra a Gran Bretaña en 1793, y Jorge III pronto representó la resistencia británica. El rey permitió que Pitt aumentara los impuestos, formara ejércitos y suspendiera el privilegio de la escritura de los habeas corpus por el inicio de la guerra.

Por bien preparada que Gran Bretaña estuviese, Francia era más fuerte. La Primera Coalición (que incluía a Austria, Prusia y España) fue derrotada en 1798. La Segunda Coalición (que comprendía a Austria, Rusia y el Imperio otomano) fue vencida en 1800. Al final, Gran Bretaña tuvo que luchar sola contra Napoleón Bonaparte.

En aquel mismo año de 1800, una breve tregua permitió a Pitt centrar sus esfuerzos en Irlanda, donde había habido un levantamiento popular en 1798 con colaboración y desembarco de tropas francesas. El Parlamento aprobó entonces el Acta de Unión de 1800, que establecía que, a partir del 1 de enero de 1801, el Reino de Gran Bretaña y el Reino de Irlanda se convertirían en una sola nación, conocida como el Reino Unido de Gran Bretaña e Irlanda. Jorge III aprovechó la oportunidad para renunciar a toda reclamación sobre el trono de Francia, algo que soberanos ingleses y británicos habían mantenido desde el reinado de Eduardo III. Se ha sugerido que a Jorge se le ofreció el título de "Emperador de los Británicos y de Hannover", pero lo rechazó. A. G. Stapleton escribió que Jorge III «sintió que su verdadera dignidad consistía en lo que era sabido en Europa y el mundo entero, el adecuado e indiscutible estilo que pertenecía a la corona británica».

La impopularidad de Pitt aumentó cuando planeó quitar ciertas incapacidades legales que se habían aplicado a los católicos después de la Unión. Jorge III declaró que estos "emancipados" católicos le habían hecho violar su juramento de coronación, en el cual los soberanos prometían mantener el protestantismo. El rey exclamó: «¿Dónde está el poder en la tierra que pueda absolverme de la observancia de cada oración de aquel juramento, particularmente en el que me está requiriendo mantener la reformada religión protestante?... No, no, prefiriría pedir mi pan de puerta en puerta a través de Europa, que consentir cualquier medida a favor de los católicos. Puedo renunciar a mi corona y retirarme del poder. Puedo abandonar mi palacio y vivir en una cabaña. Puedo poner mi cabeza en el patíbulo y perder la vida, pero no puedo romper mi juramento».

El 29 de abril de 1800 comienza la Guerra anglo-española, conflicto que venía ligado a las protestas nobiliarias contra el gobierno de Godoy. La guerra se desarrolló en numerosos frentes, e incluyó un intento español de intromisión en la Segunda guerra Anglo-Maratha, que fue improductiva. En cambio, la guerra tuvo como desenlace la victoria española, habiendo conseguido estos sus objetivos militares y estando en ventaja militar. Así, se firmó el Tratado de Calais, por el cual se reconocía el dominio español sobre Gibraltar, Ceilán y Jamaica. Esta primera fue especialmente dolorosa, y provocó un terrible sentimiento de tristeza en la población británica, pues Gibraltar significaba el dominio británico sobre el Mediterráneo.

Para peor de males, en 1805 los franceses invadieron Irlanda, provocando la destrucción del recién creado estado (Reino Unido de Gran Bretaña e Irlanda) y la pérdida de un súbdito importante. Las fuerzas británicas, enfrentadas a las españolas, no pudieron hacer frente a una muy bien organizada invasión francesa, que culminó con la proclamación de Luciano I como rey de Irlanda, reconocida por Jorge III mediante el Tratado de Cornualles. En 1807, España invade Portugal, provocando un nuevo conflicto. El objetivo de aislar a Gran Bretaña se ve cumplido y se coloca a Jerónimo I como rey de Portugal.

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Jerónimo I Boanaparte como rey de Portugal

En 1810 comienzan las Guerras de independencia de Hispanoamérica, en las cuales Gran Bretaña participará mediante apoyo logístico, económico y con el envío de voluntarios a los diversos frentes. Este hecho es percibido por España, que acusa a los británicos de entrometerse en los asuntos españoles, pero esta, pese a las amenazas españolas de una guerra, siguió apoyando a los rebeldes. Jorge III llega a mandar hasta 15 000 soldados a América, 20 buques de guerra y alrededor de 12 000 000 de libras esterlinas para la financiación rebelde. Un caso especial es Arica, la cual firmará el primer tratado de alianza entre Gran Bretaña y un estado americano, siendo aún hoy aliada de Gran Bretaña.

La reconstrucción nacional: “Paz y Pan”[]

Jorge III comenzó en negociaciones con Napoleón ya en 1813, con tal de firmar una paz que beneficiase a ambas partes. Si bien el rey deseaba que esta paz fuera solo de Gran Bretaña y Francia, acabó desembocando en el Tratado de Elba, que acabó con las Guerras Napoleónicas. Comenzó entonces un proceso de reconstrucción nacional, empujado por el creciente poderío económico irlandés y la apertura de los puertos europeos al comercio británico.

El rey encomendó esta tarea a Robert Jenkinson, de los tories. Este comenzó una política más que favorable a la expansión industrial en los ámbitos textil y siderúrgicos. Mejoró las comunicaciones para fomentar el comercio interno y firmó los claves acuerdos comerciales con la América posthispana. También fortaleció el dominio británico en la India, tras la Guerra Pindari, y expandió su influencia comercial al Sudeste Asiático.

Poco a poco, la economía fue creciendo, se pagó la Deuda pública y se fueron creando las primeras grandes compañías textiles, como la Willington, que creará en 1857 el primer centro comercial del mundo.

Muerte[]

Mientras tanto, la salud de Jorge III se deterioraba. En la Navidad de 1819, sufrió otro ataque de locura y habló incoherencias durante 58 horas, al final de las cuales entró en coma. El 29 de enero de 1820 murió Jorge III, ciego, sordo y loco, en el castillo de Windsor, a los 81 años de edad. Fue sepultado el 16 de febrero en la Capilla de San Jorge, en Windsor.

El rey Jorge III fue sucedido por el primero de sus hijos Jorge IV, y luego por otro hijo, Guillermo IV. Guillermo IV, quien tampoco dejó hijos legítimos tras su muerte, le dejó el trono a su sobrina, Victoria, la última monarca de la Casa de Hannover.

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