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El 16 de enero de 1756, el rey Jorge II de Gran Bretaña firmó con el rey Federico II de Prusia el acuerdo de Westminster, por el que éste se comprometía a defender el electorado de Hesse ante un hipotético ataque austríaco.
El rey Adolfo Federico de Suecia había creado un "partido de
la corte" con el que trató de apoyar un golpe de estado que lo
librara de la dominación del partido de los "sombreros", pero su
tentativa fracasó.
La alianza entre Gran Bretaña y Prusia fue todo lo que el
conde Kaunitz necesitó para que acabara de cuajar su proyecto de
alianza entre Austria y Francia. El 1 de
mayo, ambas potencias firmaron el tratado de Versalles, por el que se
completaba la llamada inversión
de alianzas (respecto de la guerra de sucesión de
Austria, en la que Gran Bretaña había sido aliada de
Austria y Francia de Prusia). Francia trató de conseguir, a su
vez, una alianza con España, pero el rey Fernando VI se mantuvo
firme en que su país se mantuviera neutral.
Ese año estaban terminadas las estadísticas que el
marqués de la Ensenada había encargado para establecer su
proyecto de contribución
única en Castilla, pero Ensenada ya no estaba en el poder
y Fernando VI no se atrevió a llevar adelante una medida tan
polémica, a la que se oponían importantes sectores de la
aristocracia y de la Iglesia.
El 13 de mayo, un nuevo general
francés llegó a Quebec. Era Louis Joseph de Montcalm, y
tenía autoridad sobre los soldados regulares franceses
destacados en Canadá, mientras que el gobernador de Nueva
Francia, el marqués de Vaudreuil,
tenía autoridad sobre todo lo demás.
Mientras tanto, el duque de Richelieu, a la sazón gobernador
de Gascuña, ocupó la isla de Menorca, que era colonia
inglesa. El 18 de mayo Gran
Bretaña declaró oficialmente la guerra a Francia.
El 22 de julio llegó a
Nueva York John Cambell, conde
de Loudon, como comandante en
jefe de las tropas británicas en América, en
sustitución de Shirley.
En agosto, Federico II de Prusia
invadió Sajonia sin que mediara declaración de guerra
alguna (siguiendo así la misma táctica que empleó
con la invasión de Silesia, que dio inicio a la guerra de
sucesión de Austria). María Teresa de Austria
aprovechó para salir en defensa de Prusia (con la esperanza de
recuperar Silesia) y así, ambas potencias entraron en guerra por
segunda vez. El rey Jorge II de Gran Bretaña puso al frente de
su ejército de Hannover a su tercer hijo, el duque de Cumberland.
Montcalm inició una serie de enérgicos ataques en la
frontera de Nueva York. El 16 de agosto
tomó y destruyó las fortificaciones de Oswego, al sur del lago Ontario, con
lo que los Grandes Lagos quedaron completamente bajo control
francés.
En la India, Robert Clive fue derrotado en Calcuta y hubo de
retirarse a Bengala.
La pérdida de Menorca y Calcuta, junto con las derrotas en
Norteamérica conmocionaron a la opinión pública
británica, que era consciente del perjuicio que supondría
para Gran Bretaña la pérdida de sus colonias. William
Pitt pudo hacer oír su voz nuevamente sobre la importancia de
defender las colonias frente a los intereses europeos del rey. En noviembre entró de nuevo en el
gobierno, pese a la oposición de Jorge II. Dijo: "Sé que puedo salvar al país
y que nadie más puede hacerlo".
Voltaire publicó su Poema
sobre el desastre de Lisboa, en el que muestra lo absurdo de
creer en una providencia divina en un mundo donde las
catástrofes naturales acaban con las vidas de miles de
inocentes. Empieza así:
O malheureux mortels! ô terre
déplorable! O de tous les mortels assemblage effroyable! D’inutiles douleurs éternel entretien! Philosophes trompés qui criez : « Tout est bien »; Accourez, contemplez ces ruines affreuses, Ces débris, ces lambeaux, ces cendres malheureuses, Ces femmes, ces enfants l’un sur l’autre entassés, Sous ces marbres rompus ces membres dispersés; Cent mille infortunés que la terre dévore, Qui, sanglants, déchirés, et palpitants encore, Enterrés sous leurs toits, terminent sans secours Dans l’horreur des tourments leurs lamentables jours! Aux cris demi-formés de leurs voix expirantes, Au spectacle effrayant de leurs cendres fumantes, Direz-vous: « C’est l’effet des éternelles lois Qui d’un Dieu libre et bon nécessitent le choix? » Direz-vous, en voyant cet amas de victimes: « Dieu s’est vengé, leur mort est le prix de leurs crimes? » Quel crime, quelle faute ont commis ces enfants Sur le sein maternel écrasés et sanglants? Lisbonne, qui n’est plus, eut-elle plus de vices Que Londres, que Paris, plongés dans les délices: |
¡Oh,
desdichados mortales,
oh tierra deplorable! ¡Oh, de todos los mortales reunión espantosa! ¡De inútiles dolores eternos portadores! ¡Filósofos errados que gritáis «Todo está bien», acudid, contemplad estas ruinas horrorosas, los restos, los pedazos, las cenizas lastimosas, las mujeres, los niños, amontonados uno sobre otro, sobre estos mármoles rotos los miembros dispersos; cien mil desdichados que la tierra devora, que ensangrentados, desgarrados y aún palpitantes, enterrados bajo sus techos, terminan sin socorro, en el horror de los tormentos, sus lamentables días! Ante los gritos quebrados de sus voces moribundas ante el horrible espectáculo de sus cenizas humeantes, ¿diréis, «Es el efecto de las leyes eternas, elección necesaria de un Dios libre y bueno»? ¿Diréis al ver este montón de víctimas: «Dios se ha vengado, su muerte es el precio de sus crímenes»? ¿Qué crimen, qué falta han cometido estos niños, sobre el seno materno aplastados y sangrantes? ¿Lisboa, que ya no existe, tenía más vicios que Londres o París, sumidas en delicias? |
También publicó ese año su Ensayo sobre las costumbres y el espíritu de los pueblos, una historia filosófica del mundo desde Carlomagno hasta Luis XIV, en la que muestra cómo los pueblos progresan a medida que se libran de las supersticiones y los errores medievales. El capítulo dedicado a Miguel Servet escandalizó a los ginebrinos. Sus relaciones con Rousseau eran también cada vez menos cordiales.
El año anterior se había editado por primera vez el Ensayo sobre la naturaleza del comercio en
general, del banquero Richard
Cantillon, fallecido hacía
una década, y esta obra influyó en el marqués de
Mirabeau, que ahora publicaba El
amigo de los hombres, en el que sostiene que la riqueza de un
país reside en su población, la cual a su vez depende de
los medios de subsistencia, los cuales a su vez dependen de la tierra.
Así pues, Mirabeau reivindica la necesidad de proteger a los
campesinos, a la vez que denuncia la mísera situación y
el estado de abandono del campo francés. La obra tuvo un gran
éxito, y su autor fue conocido como el amigo de los hombres.
En 1757 Mirabeau entró en
contacto con François Quesnay,
el médico del rey Luis XV. Había sido secretario de la Academia de Cirugía hasta
que se convirtió en médico de Mme. de Pompadour, y luego
en médico del monarca. Dos años atrás había
comprado una propiedad en la que realizó experiencias
agronómicas de las que nació su interés por la
economía. Sus conversaciones en Versalles con los personajes de
la corte y con los ilustrados habían ido conformando su
pensamiento en materia económica, que terminó de
concretarse tras sus conversaciones con Mirabeau. Así fue como
surgió la doctrina económica conocida como fisiocracia, que afirma la
existencia de un orden natural en la economía, y se opone al
mercantilismo, en virtud del cual los Estados tratan de alterar
artificialmente dicho orden natural. El año anterior, Quesnay
había escrito el artículo Arrendatarios para la Enciclopedia y ahora redactaba la
entrada Granos y Hombres e impuestos, si bien
ninguno de ellos terminó apareciendo en la obra.
Diderot publicó su drama El
hijo natural.
El 5 de enero, cuando el rey Luis
XV de Francia se disponía a subir a un carruaje, fue atacado con
un pequeño puñal por un tal Robert François Damiens, de
cuarenta y dos años, que había trabajado como criado en
casa de varios parlamentarios.
Ese año se creó la lotería nacional francesa,
atribuida a una iniciativa de Giacomo Casanova.
Los príncipes alemanes se unieron a la coalición
francoaustríaca contra Prusia, en febrero
lo hizo Rusia y en marzo Suecia.
Robert François Damiens, tras haber sido debidamente
interrogado con pinzas al rojo vivo, no dejó de afirmar que
nunca había tenido intención de matar al rey, sino
únicamente la de recordarle sus deberes. El 28 de marzo, ante el aplauso popular, se
le aplicó la pena habitual para los regicidas: le desgarraron
los brazos, las piernas y los pezones con tenazas, le vertieron plomo
fundido y aceite hirviendo sobre las heridas y, finalmente, fue
descuartizado por el tiro de seis caballos.
En mayo se reforzó el
tratado de Versalles, que, de ser una alianza defensiva, pasó a
ser ofensiva.
El rey Jorge II de Gran Bretaña había logrado expulsar
a William Pitt del gobierno, pero en junio
se vio obligado a formar un nuevo gabinete con el duque de Newcastle al
frente y Pitt como ministro de la guerra. Mientras tanto, los prusianos
eran expulsados de Bohemia.
Los ataques de un joven nabab de Bengala llamado Siray al-Dawla contra unos
mercaderes proporcionaron una excusa a Robert Clive para iniciar un
proceso de expansión en la India. La primera batalla se
libró en Plassey, donde
Clive dispersó al ejército del nabab.
El 13 de julio, Loudon
llegó a Halifax, donde recibió el refuerzo de seis mil
hombres y once barcos con los que trató de atacar Louisbourg.
Sin embargo, los franceses también habían recibido
refuerzos y la meteorología era adversa, así es que
regresó a Nueva York sin haber emprendido acción alguna.
El 9 de agosto, Montcalm puso sitio
a Fort William Henry y lo
ocupó adueñándose de un almacén de
suministros y material bélico. Permitió que los
británicos que ocupaban el fuerte se retiraran, pero no pudo
impedir que sus aliados indios los atacaran y mataran a algunos de
ellos.
El duque de Richelieu derrotó al duque de Cumberland en Hatenbeck, lo que le permitió
ocupar Hannover. En septiembre, tras
la derrota en Kloster-Zeven de
una flota británica, Cumberland tuvo que firmar unas
capitulaciones que después fueron desautorizadas por el gobierno
británico. Pitt decidió abandonar la guerra en Europa. Se
limitó a suministrar dinero suficiente al rey Federico II de
Prusia y se concentró en defender las colonias.
Ese año murieron:
Joseph Haydn compuso sus primeros cuartetos de cuerda para el
barón von Fürnberg.
David Hume publicó Cuatro
disertaciones, que contenía De las pasiones (una nueva
versión del segundo libro del Tratado
sobre la naturaleza humana), Historia natural de la
religión, De la tragedia y la Norma del gusto, un ensayo sobre
estética. Se abstuvo, en cambio, de publicar De la inmortalidad del alma y Del suicidio, pues temía que
el clero reaccionara violentamente ante unos ensayos que trataban estos
temas sin prejuicios. (Téngase presente que entre los dogmas
medievales que el cristianismo seguía y sigue sosteniendo figura
el carácter pecaminoso del suicidio.)
Lagrange fue uno de los miembros fundadores de la que
acabaría siendo la Real
Academia de Ciencias de Turín,
El rey Federico II de Prusia tenía a toda Europa contra
él, pero, cuando parecía tenerlo todo perdido,
consiguió dos victorias sonadas: la primera en Rossbach, el 5 de noviembre, en la que se impuso al
ejército franco-alemán, y la segunda en Leuthen, en Silesia, donde
rechazó a los austríacos el 5
de diciembre.
El 30 de diciembre, Pitt hizo
regresar a Loudon a Gran Bretaña y envió a
Norteamérica grandes contingentes de soldados británicos.
Se aseguró de que los colonos (con los que Loudon nunca
había congeniado) cooperaran con los soldados, para lo cual
reconoció los grados de sus oficiales. En 1758 prepararon una triple ofensiva contra
Louisbourg, contra Fort Ticonderoga,
en el lago Champlain, y contra Fort Duquesne.
El 8 de junio, llegaron a
Louisbourg 9.000 soldados regulares británicos y 700 colonos
transportados en 157 barcos bajo el mando del general de
división Jeffery Amherst.
Su segundo era un general de brigada de treinta y un años
llamado James Wolfe.
Tenía trece años de experiencia y era un
excéntrico. Era abstemio, un tanto afeminado, se negaba a llevar
las pelucas blancas propias de los oficiales y, en su lugar, ostentaba
una larga cabellera roja recogida en una coleta. Los británicos
distribuyeron su artillería y empezaron a bombardear las
murallas del fuerte.
La expedición contra Fort Ticonderoga partió a principios de julio, bajo el mando del general de división James Abercrombie, que había sido el segundo de Loudon. No era un hombre muy capaz, pero contaba con el apoyo de lord Augustus Howe, que era el auténtico cerebro de la expedición. Sin embargo, el 6 de julio, un grupo de exploradores se topó con soldados enemigos y Howe murió en la escaramuza. Abercrombie contaba también con un buen cuerpo de exploradores, los Roger's Rangers, organizados dos años atrás por Robert Rogers, al que se había dado el rango de comandante. El 8 de julio, Abercrombie estaba ante Fort Ticonderoga con 16.000 hombres, mientras que Montcalm sólo disponía de 4.000. Sin embargo, en lugar de usar adecuadamente la artillería, Abercrombie ordenó un ataque suicida en siete asaltos frontales sucesivos, que permitió a los franceses, bien parapetados, ir exterminando soldados británicos a medida que se les iban acercando. Abercrombie sólo se decidió a ordenar la retirada cuando sus bajas ascendían hasta casi dos mil hombres, mientras que los franceses sólo habían tenido cuatrocientas.
Muy distinto fue el final del ataque contra Louisbourg, pues se
rindió el 26 de julio. Las
pérdidas británicas fueron menos de la mitad de las
francesas. El fuerte fue destruido. Ahora la flota británica
controlaba la desembocadura del río San Lorenzo, con lo que los
franceses lo tenían muy difícil para recibir suministros.
Diderot publicó su drama El
padre de familia. En los últimos años, su amistad
con Rousseau se había ido enturbiando hasta llegar a la ruptura
definitiva. Rousseau escribió su Carta a D'Alembert sobre los
espectáculos, en el que contesta al artículo "Ginebra", de la Enciclopedia, en el que D'Alembert
defiende que se abra un teatro en dicha ciudad. Rousseau sostiene que
el teatro es peligroso y nada recomendable, pues para satisfacer al
público debe halagarlo. La tragedia, al presentar héroes
evidentemente utópicos, disuade de imitarlos y, por
consiguiente, de llevar adelante cualquier mejora, mientras que la
comedia fomenta el vicio. En general, afirma que los
espectáculos públicos favorecen el lujo y la ociosidad,
por lo que, en su lugar, defiende pasatiempos más sencillos y
familiares.
Quesnay publicó su Tabla
económica, considerada como la primera exposición
sistemática de la doctrina fisiocrática. En ella
distingue tres clases sociales: los terratenientes, los agricultores y
la clase estéril, formada por comerciantes, profesionales
liberales, etc., que no incrementan el producto neto, sino que lo
consumen. Quesnay describe cómo la producción
agrícola circula entre las diferentes clases sociales. Mirabeau
publicó una segunda parte de El
amigo de los hombres, claramente influida por Quesnay. Los
fisiócratas defendieron el despotismo ilustrado como el mejor
sistema de gobierno, que debe asegurar el goce de la propiedad y de la
libertad de los miembros de la sociedad, y ocuparse únicamente
de la educación y de aquellas obras públicas que, por su
magnitud, no podrían emprender los particulares. El Estado debe
financiarse a partir de impuestos que deben recaer sobre los
propietarios de la tierra.
Varios profesores de la universidad de Glasgow consiguieron que
James Watt abriera un pequeño taller dentro de la universidad.
Allí Watt se hizo amigo del químico Joseph Black.
Un filósofo francés llamado Claude Adrien Helvetius
publicó un tratado titulado Sobre
el espíritu, en el que defiende un sensualismo
materialista que fue condenado por el parlamento de París.
David Hume publicó su Investigación
sobre el entendimiento humano, una nueva reelaboración
del primer libro de su Tratado de la
naturaleza humana.
Un jesuita español llamado José
Francisco de Isla publicó una novela titulada Historia del famoso predicador fray
Gerundio de Campazas, alias Zotes, que tuvo un gran
éxito, aunque apenas un mes más tarde fue prohibida por
la Santa Inquisición. Los disparatados sermones del protagonista
ridiculizan la oratoria religiosa barroca, que entonces gozaba de gran
admiración en España.
Joseph Haydn entró al servicio del conde Morzin, para el que compuso sus
primeras sinfonías.
Gluck estrenó su ópera cómica (en
francés) La isla de
Merlín.
Ese año murió el Papa Benedicto XIV, que fue sucedido
por el cardenal veneciano Carlo
Rezzonico, de sesenta y cinco años, que adoptó el
nombre de Clemente XIII.
También murió el misionero noruego Hans Egede, el
evangelizador de Groenlandia. Su hijo Paul
continuó su obra y dedicó varios estudios a la lengua
groenlandesa.
El rey José I de Portugal salió indemne de un atentado
del que se acusó a los jesuitas y a la aristocracia. Algunos
aristócratas eminentes fueron ejecutados (el duque de Aveiro, el marqués de Tavora, etc.)
En agosto murió la reina
de España Bárbara de Braganza. Su esposo, el rey Fernando
VI, cayó en una depresión que no tardó en
convertirse en desequilibrio mental.
Abercrombie no estuvo dispuesto a emprender ninguna acción
tras su derrota en Fort Ticonderoga, pero permitió a uno de sus
subordinados, el teniente coronel John
Bradstreet, que tomara tres mil hombres y se abriera paso hasta
el lago Ontario. Lo cruzó en pequeños botes y
atacó Fort Frontenac.
Bradstreet hizo un uso apropiado de su artillería y el fuerte se
rindió el 27 de agosto.
El 18 de septiembre, cuando a William Pitt le llegó la noticia de la derrota de Abercrombie montó en furia y lo destituyó inmediatamente, nombrando en su lugar a Amherst como comandante en jefe de los ejércitos británicos en América.
Mientras tanto, el general de brigada John Forbes se dirigía a Fort
Duquesne con setecientos hombres, entre los que se encontraba George
Washington. Los indios, que habían detectado que los franceses
estaban perdiendo la guerra, abandonaron a sus aliados, y los franceses
optaron por destruir ellos mismos el fuerte, el 24 de noviembre, y se retiraron hacia el
norte antes de que llegaran los británicos. El 25 de noviembre, éstos erigieron Fort Pitt en el mismo emplazamiento,
que más adelante se convertiría en la ciudad de Pittsburg.
Washington solicitó entonces un nombramiento real que le
reconociera su rango de oficial, pero le fue denegado y renunció
al ejército por segunda vez. Fue elegido para la asamblea de
Virginia (que asesoraba al gobernador) donde pasó
prácticamente inadvertido,
dedicado principalmente a su plantación.
Los británicos se apoderaron de los principales fuertes
franceses en Senegal.
En diciembre de avistó el
cometa cuyo retorno había predicho el astrónomo Edmon
Halley para finales de ese año o principios del siguiente. Desde
entonces es conocido como cometa de
Halley.
El 31 de diciembre se
firmó un nuevo tratado de Versalles que estrechaba la alianza
franco-austríaca.
En enero de 1759 el rey
José I de Portugal decretó la confiscación de los
bienes de los jesuitas, que habían actuado contra los intereses
portugueses en la guerra contra los guaraníes, en
América,
y a los que se acusaba de conspirar contra el monarca.
El 23 de febrero, Omer Joly de Fleury, abogado general
del Parlamento de París, acusó a los enciclopedistas de
ser ateos, deístas, corruptores de la juventud, rebeldes contra
el rey, etc. La enciclopedia, de la que ya se habían publicado
siete volúmenes y estaba siendo traducida a otras lenguas
europeas, fue prohibida en lo que, con palabras de Voltaire, fue el triunfo más completo que la
ignorancia, la hipocresía y la mala fe habían alcanzado
nunca. No obstante, los editores habían invertido mucho
dinero en la empresa y la obra prosiguió clandestinamente.
Voltaire publicó una de sus obras más famosas: la
novela Cándido o el optimismo,
en la que, en la línea de su Poema
sobre el desastre de Lisboa, vuelca todo su sarcasmo contra la
"teoría" leibniziana según la cual vivimos en el mejor de los mundos posibles. El
protagonista, Cándido,
ha sido educado por el metafísico Pangloss, que le ha inculcado la
filosofía leibniziana, pero pronto él y los que le rodean
(incluido Pangloss) son
víctimas de una desgracia tras otra, lo que, léntamente,
lleva a Cándido a
cuestionarse las enseñanzas de su venerado maestro. Entre las
muchas desgracias que Cándido tiene que presenciar se encuentra,
naturalmente, el terremoto de Lisboa, que hace naufragar el barco en el
que los protagonistas se acercaban a la capital portuguesa. He
aquí un pasaje:
El buen Jacques voló en auxilio del marinero, lo ayudó a subir, pero en su esfuerzo cayó al mar a la vista de aquél, que lo dejó perecer sin dignarse siquiera a mirarlo. Cándido se asomó a la borda, y al ver a su bienhechor reaparecer en la superficie de las aguas para abismarse nuevamente en ellas, estuvo a punto de precipitarse al mar para auxiliarlo, pero el filósofo Pangloss se lo impidió, demostrándole que la bahía de Lisboa había sido hecha expresamente para que el anabaptista aquel se ahogase en ella, y mientras él lo probaba a priori, la nave terminó de hundirse, y todos perecieron menos Pangloss, Cándido y el marinero, causa de la muerte del virtuoso anabaptista, que ganó a nado la orilla, adonde llegaron en una tabla Cándido y Pangloss.
Wiiliam Pitt ordenó a Jeffery Amherst que atacara Quebec,
para lo cual, éste preparó una triple ofensiva, contra
Fort Niágara, contra Fort Ticonderoga y contra la propia Quebec.
En junio, el general de brigada John Prideaux, marchó hasta
el lago Ontario con dos mil hombres, dispuesto a navegar hacia Fort
Niágara.
El ataque a Quebec fue confiado a James Wolfe, a pesar de que se
encontraba enfermo. Al parecer, fue deseo expreso del rey Jorge II.
Cuentan que el duque de Newcastle, al enterarse, le dijo, "Pero está loco, sire", y el
rey replicó: "¿Está
loco?, entonces quisiera que mordiera a algunos de mis otros generales."
Al frente de nueve mil soldados y algunos colonos (entre ellos los Roger's Rangers) remontó el
río San Lorenzo en veintidós barcos de guerra y otros
transportes. El 26 de junio
desembarcó en la isla de Orleans, a seis kilómetros aguas
abajo de Quebec.
El 25 de julio caía Fort
Niágara tras diecinueve días de bombardeo (durante los
cuales murió Prideaux). Mientras tanto, Montcalm, con
dieciséis mil hombres, resistía el asedio y los
bombardeos de Wolfe. El 27 de julio
trató de incendiar la flota británica enviando barcos
ardiendo por el río. Sin embargo, los barcos prendieron
demasiado pronto y los pilotos británicos comprendieron a tiempo
la situación y pudieron maniobrar para esquivarlos.
Amherst condujo once mil soldados británicos contra Fort
Ticonderoga, pero el 31 de julio los
franceses lo abandonaron para concentrarse en Quebec. Ese mismo
día, Wolfe lanzó un ataque frontal que resultó un
fracaso y le costó más de cuatrocientas bajas.
Mientras tanto, los británicos arrebataban a los franceses la
isla Dominica, en las Antillas.
Ese año murió el rey Fernando VI de España. No
dejó descendencia, así que fue sucedido por su
hermanastro, el rey Carlos VII de las Dos Sicilias, que ahora se
convertía en Carlos III
de España. Tenía trece hijos, el
mayor de los cuales era el duque de Calabria, Felipe, de doce años, que no
estaba muy bien de la cabeza, así que fue excluido de la
sucesión y así el reino de las Dos Sicilias pasó a
su tercer hijo varón, Fernando
I, de ocho años, mientras que el segundo, Carlos, de once años,
se convirtió en nuevo heredero del trono español. En el
tiempo que transcurrió hasta que Carlos III se
trasladó a España desde Italia, su madre, Isabel de
Farnesio,
ejerció de regente.
En el consejo de regencia del rey Fernando I de las Dos Sicilias
figuraba Bernardo Tanucci, que
había sido catedrático de la universidad de Pisa, donde
escribió una memoria sobre la unificación italiana y su
independización de Austria, gracias a la cual se dio a conocer a
Carlos III (entonces duque de Parma) y se lo llevó consigo a
Nápoles, donde había llegado a convertirse en secretario
de Estado, de Justicia y de la Casa Real, cargos desde los que ahora
gobernaba las Dos Sicilias.
El duque Felipe I de Parma implantó el despotismo ilustrado
en sus Estados a
través del ministro francés Du Tillot.
También murieron ese año:
Johann Joachim Quantz, el maestro de flauta de Federico II,
publicó seis duos para
este instrumento.
Gluck estrenó la ópera cómica francesa El árbol encantado.
En agosto, el ejército
ruso derrotó al rey Federico II de Prusia en Künersdorf.
Los británicos dominaban ya los Grandes Lagos, pero Quebec
seguía inexpugnable. Las enfermedades causaban estragos entre
las tropas británicas. El 20 de
agosto el propio Wolfe estaba demasiado enfermo para levantarse
de la cama. El 10 de septiembre, el
responsable de la flota anunció que, si la ciudad no se
rendía en pocos días, habría que suspender el
asedio, pues si el río se helaba se perdería la flota.
Justo entonces, los británicos descubrieron un camino que
permitía subir disimuladamente hasta la fortificación
francesa. Wolfe confundió a los franceses haciendo que sus naves
recorrieran el río, como si buscaran un sitio donde desembarcar,
y concentró los bombardeos en los puntos más adecuados
para que, al concentrarse en ellos, los franceses descuidaran la zona a
la que llegaba el camino que habían descubierto. La
mañana del 13 de septiembre,
los Roger's Rangers, junto
con un destacamento de soldados dirigidos
por el coronel William Howe,
subieron por el camino. Un oficial escocés llamado Simon Frazer respondió en
francés a los centinelas y logró engañarlos. La
avanzadilla logró abrir una brecha en las defensas francesas y
pronto un ejército de casi cinco mil hombres apareció en
la llanura de Abraham,
dispuesto a entrar en Quebec. Montcalm, cogido por sorpresa, malamente
pudo reunir unos cuatro mil quinientos hombres. Los británicos
dispararon sus mosquetes al unísono y deshicieron la
formación francesa. (La mayoría de los hombres de
Montcalm eran colonos, y no soldados profesionales.) Los
británicos cargaron y empujaron a los franceses al interior de
la ciudad. En esta carga, tanto Montcalm como Wolfe fueron heridos.
Wolfe, sostenido por sus hombres, oyó gritar: ¡Mirad como corren!,
preguntó, ¿quiénes
corren? y, cuando le dijeron: el
enemigo, respondió: entonces
muero tranquilo. Montcalm murió el 14 de septiembre. Cuando le advirtieron
que no tardaría en morir, dijo: Tanto mejor. No quiero vivir para ver la
rendición de Quebec.
En la ciudad estaba todavía el gobernador de Nueva Francia,
el marqués de Vaudreuil, pero el 17
de septiembre huyó a Montreal. Los
británicos tomaron Quebec el 18 de
septiembre. Poco después su flota tuvo que retirarse, con
lo que se dispusieron a pasar el invierno aislados.
Finalmente, los jesuitas fueron expulsados de Portugal. Las
órdenes monásticas fueron depuradas, y también el
ejército y la enseñanza fueron reformadas.
En octubre, los rusos derrotaron
nuevamente al ejército prusiano y ocuparon Berlín.
El año anterior, el escritor británico Samuel Johnson
había empezado a editar un semanario llamado The idler, en el que estaba
publicando una serie de ensayos que confirmaron su fama. Ahora
publicaba además la novela moral La historia de Rasselas, príncipe
de Abisinia.
La publicación de su Historia
de Inglaterra (aún en curso) estaba dando a David Hume la
fama que siempre había ambicionado, así como rentas
suficientes para abandonar su trabajo de bibliotecario. Su amigo Adam
Smith adquirió también cierta fama con su obra Teoría de los sentimientos morales.
En Londres un irlandés de treinta y un años llamado Oliver Goldsmith se dio a conocer a
través de un periódico editado por él mismo
titulado The bee (La abeja).
Había interrumpido sus estudios de medicina en Edimburgo para
recorrer Europa "con una guinea en
el bolsillo". Se había instalado en Londres hacía
tres años y se dedicaba a curar a los pobres.
Un ingeniero británico llamado John Smeaton se dio a conocer por su
reconstrucción del faro de Eddystone,
cerca de Plymouth. Publicó también unas Investigaciones experimentales sobre la
fuerza motriz del agua y del viento, que fueron durante mucho
tiempo un clásico en la materia.
La Real Academia de Ciencias de Turín publicó el
primer volumen de los Mélanges
de Turin, en los que Lagrange expuso su cálculo de
variaciones, incluyendo una exposición de la mecánica
basada en la energía cinética y el principio de
mínima acción.
El geólogo italiano Giovanni
Arduino publicó su tratado Giornale dei Criselini, en el que
distinguió estratos rocosos que dividió en primario, secundario, terciario y cuaternario.
Los birmanos iniciaron un ataque al reino de Siam, que
desencadenó una guerra.
En la india, sir Eyre Coote,
uno de los lugargenientes de Robert Clive, derrotó a los
franceses en Vandavachy en enero de 1760. Robert Clive se
había adueñado de la región de Bengala y ahora
regresaba a Gran Bretaña con una inmensa fortuna.
Dos meses después de que su marido fuera coronado como rey de
España, murió la reina María Amalia de Sajonia,
víctima de trece partos y una caída de caballo que
había sufrido en Nápoles. Carlos III lamentó
profundamente su pérdida. No volvió a casarse y no se
sabe que tuviera amantes. Carlos III se había traído
consigo a Leopoldo de Gregorio,
el marqués de Esquilache,
que en Nápoles había ejercido los cargos de secretario de
Hacienda, Guerra, Marina y Comercio, desde los que había
emprendido una política reformista. Ahora se le había
asignado la secretaría de Hacienda española, desde la que
se propuso continuar en la misma línea que en Nápoles.
Ese mismo año creó una Junta
del Catastro, en la que incluyó al marqués de la
Ensenada, con el fin de reiniciar los estudios necesarios para
establecer una contribución única en función del
patrimonio. Dictó también una serie de medidas para
regular las importaciones y el precio del pan y procuró someter
a la Iglesia al control del Estado. En este sentido dictó una
disposición que obligaba a los clérigos a residir en su
propia parroquia (para evitar que acumularan rentas
eclesiásticas sin ninguna contrapartida real).
El rey desterró de sus reinos al cantante Farinelli. Se ha
especulado sobre si, como hombre de confianza de Fernando VI,
había intervenido en la política del país o si su
actividad de había limitado a organizar espectáculos.
El duque Felipe I de Parma, hermano de Carlos III, casó a su
hija María Isabel con José, el heredero de la
archiduquesa María Teresa de Austria.
El rey José I de Portugal casó a su hija María, de veintiséis
años, con su hermano Pedro,
de cuarenta y tres.
Al llegar la primavera, un ejército francés
salió de Montreal con el objetivo de reconquistar Quebec. El 27 de abril derrotó al
ejército británico que se replegó en la ciudad y
se dispuso a resistir un asedio. Al cabo de tres semanas, se
fundió el hielo del río San Lorenzo, lo que
permitió a la flota inglesa remontarlo de nuevo el 15 de mayo. Los franceses no tuvieron
más remedio que retirarse de nuevo a Montreal.
En septiembre, los
británicos atacaron Montreal desde tres direcciones: desde
Quebec, desde el lago Ontario y desde el lago Champlain. El 8 de septiembre, Vaudreuil se
rindió, mientras los Roger's
Rangers barrían los fuertes franceses en la región
de los Grandes Lagos.
El octubre, el rey Federico II de Prusia fue derrotado nuevamente
por los rusos en Künersdorf.
El 25 de octubre murió el
rey Jorge II de Gran Bretaña y fue sucedido por su nieto Jorge III, de veintidós
años de edad. Era el primer rey de la dinastía de
Hannover cuya educación había sido completamente
británica y que estaba más interesado en los asuntos de
Gran Bretaña que en los del electorado de Hannover. Esto lo
llevó pronto a un enfrentamiento con William Pitt, el ministro
de la guerra,
con quien compartía muchos puntos de vista, pero cuya fuerte
personalidad ensombrecía la del nuevo monarca. Puesto que Pitt
había sido un enérgico defensor de la guerra contra
Francia, Jorge III se declaró partidario de la paz. Su hombre de
confianza era el escocés John
Stuart, conde de Bute.
En Japón, el shogun Tokugawa Ieshige abdicó en su hijo
Tokugawa Ieharu.
El 29 de noviembre los Roger's Rangers tomaron Detroit,
completando así la conquista de Nueva Francia.
Voltaire se había creado su propia "corte" cerca de la frontera Suiza. En su casa de Ferney recibía a la elite de la cultura europea y representaba sus tragedias. Ese año estrenó Tancredo. Mantenía una copiosa correspondencia y publicaba, bajo pseudónimos que no ocultaban en absoluto su identidad, toda suerte de escritos: cuentos filosóficos, comedias, libelos, etc., cuyo propósito era, según su propia expresión: écraser l'infâme (aplastar al infame).
Diderot escribió —aunque no publicó— su novela La religiosa, en la que denuncia
abusos en los conventos y advierte de los peligros de las vocaciones
forzadas.
A causa de su participación en ciertas intrigas
políticas, el misterioso conde de Saint-Germain se vio obligado
a huir a Gran Bretaña.
El marqués de Mirabeau publicó su Teoría del impuesto, en la
que atacaba a los fermiers
généraux, es decir, a los arrendataros de
impuestos que adelantaban al Estado la recaudación y luego se la
cobraban con intereses a los contribuyentes. (Se estima que su margen
de beneficio era de un 20%.) Los fermiers
amasaban grandes fortunas y sus agentes, amparados por la justicia y la
policía real, cometían toda clase de atropellos. Las
denuncias de Mirabeau le valieron la cárcel y luego el destierro.
El benedictino Benito Jerónimo Feijoo publicó el
quinto y último volumen de sus Cartas
eruditas y curiosas, que tuvieron una gran difusión en
España y ya se estaban traduciendo al francés y al
italiano.
Johann Christian Bach había dejado Berlín cuatro
años atrás para establecerse en Italia. Allí se
convirtió al catolicismo y ahora ocupaba un puesto de organista
en la catedral de Milán.
Quantz publicó sus Nuevas
melodías de iglesia, una colección de
veintidós melodías sobre odas de Gellert.
En Roma, Gluck seguía estrenando óperas cómicas
en francés. La de este año era El beodo corregido.
Un joven violoncelista italiano de diecisiete años llamado Luigi Boccherini se encontraba en
Viena en compañía de su padre, donde compuso su Opus 1: seis tríos para cuerda. Ya
en 1761 compuso su Opus 2: seis cuartetos de cuerda.
Gluck estrenó la ópera El cadí burlado y,
más tarde, en Viena, presentó una obra de estilo
innovador: el ballet Don Juan,
que es una de sus piezas más famosas.
Haydn entró al servicio de los príncipes Esterházy, una de las
familias más antiguas de la nobleza húngara.
Telemann estrenó una ópera titulada Don Quijote.
En Londres murió el escritor Samuel Richardson.
Rousseau publicó Julia o
la nueva Eloísa, una novela epistolar que destaca por su
análisis psicológico de los personajes y por su
crítica a la moral de los enciclopedistas.
Las fricciones entre Euler y D'Alembert hicieron que aquél pusiera trabas a que la Academia de Berlín publicara los trabajos de éste, así que D'Alembert dejó de enviarlos y empezó a editarlos por sí mismo en una colección que tituló Opuscules mathématiques.
En Portugal, el ministro Carvalho logró dominar a la Santa
Inquisición
y le arrebató el control de la censura, que pasó a manos
de un
organismo estatal.
Bajo el gobierno de Nanasaheb Peshwa, aprovechando el declive del
Imperio Mongol de la India, el Imperio Maratta se había
extendido hacia el norte, había reducido el Imperio Mongol a los
alrededores de Delhi y amenazaba el reino afgano de Ahmad Kan. Tras
varios enfrentamientos previos, la batalla definitiva entre indios y
afganos tuvo lugar el 14 de enero
(aunque se prolongó varios días) cerca de Panipat. Fue
sin duda la batalla del siglo, tanto por su duración como por el
número de beligerantes. Ahmad Kan reunió más de
40.000 jinetes, 38.000 soldados de infantería y unos 10.000
soldados auxiliares. Los efectivos marattas eran ligeramente
inferiores. El resultado fue una decisiva victoria afgana que puso fin
a la expansión de los marattas. El Imperio Mongol fue
nominalmente restaurado, aunque fue en realidad una provincia afgana.
Nanasaheb murió del disgusto poco después de la batalla y
fue sucedido por su hijo Madhavrao I.
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