Gerard Nus, el español que lidera junto a Poyet el renacimiento de Grecia

Gerard Nus, el español que lidera junto a Poyet el renacimiento de Grecia

REPORTAJE MD

Gerard Nus, un trotamundos de sólo 37 años, ha vuelto a ilusionar a Grecia con el fútbol con el ascenso en la Nations League de la selección helena, la menos goleada de toda la competición 

El entrenador de Tarragona llegó a Atenas en febrero de este año para ser segundo entrenador de Gustavo Poyet 

La campeona de Europa de 2004 mira ya hacia la Euro de 2024 tras 8 años sin acudir a una gran cita 

Vlachodimos, Tsimikas y Bakasetas lideran un bloque que también tiene mucho recorrido con jóvenes como Pavlidis, Douvikas y Koulierakis 

Gerard Nus posa para MD

Gerard Nus posa para MD

Toni Canyameras

Ni el inexorable paso del tiempo ni la efímera memoria de un fútbol que devora recuerdos harán que, como la Grecia clásica, la de balompié deje de evocar algo distinto, inspirador. Como el majestuoso Partenón de Atenas, la Eurocopa de 2004 es patrimonio de Grecia y mundial pero su pasado sigue bien presente.

Pero la larga ausencia en las ocasiones especiales con el Mundial de 2014 como última presencia en una gran cita representa una tragedia griega para el pueblo heleno, con una pasión por el fútbol -considerado el deporte nacional y el más practicado- que supera a la del baloncesto y su superior tradición en títulos: a nivel de clubes, ningún entorchado europeo por las 5 Euroligas de Panathinaikos y las 3 de Olympiakos, mientras que el solitario Europeo de 2004 en el deporte rey contrasta en el de la canasta con los Europeos de 1987 y 2005, el subcampeonato continental de 1989, los bronces europeos de 1949 y 2009 y el subcampeonato mundial de 2006. Y ningún futbolista se puede comparar con lo que han sido Nikos Galis, Vassilis Spanoulis o Giannis Antetokounmpo, todavía con 28 años. 

"La gente se ha vuelto a ilusionar con la selección en Grecia"

Gerard Nus

Aún así, el país vuelve a sentir con el fútbol de su selección. Reescribir lo de los autores de la Grecia de principios del siglo XXI -los Karagounis, Katsouranis y Charisteas con Otto Rehhagel al frente-, pertenece a otra dimensión pero los de la Grecia actual -los Tsimikas, Vlachodimos y Bakasetas-, han creado una corriente de ilusión. Entre sus líderes, el catalán Gerard Nus (Tarragona, 1985), segundo de Gustavo Poyet, nombrado seleccionador en febrero. La selección helena ha sido una de las triunfadoras de la recién terminada liguilla de la Nations League con su ascenso a la División B como campeón del grupo 2 con 15 puntos, 10 goles a favor y 2 en contra, cifra que le convierte en la menos goleada de toda la competición tras el 3-1 de ayer ante Irlanda del Norte. Y la única derrota, contra su 'hermana' Chipre (1-0). 

“La gente se ha vuelto a ilusionar con la selección en Grecia, esa sería la frase”, advierte Nus, que atendió a MD en el hotel de concentración de la selección helena el sábado horas antes del referido partido ante Chipre en Lárnaca.

El viaje de Nus al origen de la civilización apenas es uno más en un abundante currículum que comprende los cinco continentes entre despachos y pizarras a pesar de los 37 años del conocido 'trotamundos' tarraconense: primer entrenador del Rayo Oklahoma de Estados Unidos, del Irtysh Pavlodar de Kazajistán y del NorthEast United de India, asistente en Liverpool, Brighton Melbourne Heat, Jeonnam Dragons de Corea del Sur y con cargos en la dirección deportiva de Rayo Vallecano y Elche -con Ramon Planes de director deportivo-, y el AFS Eskilstuna sueco.  El Liverpool le llamó ya con 23 años para dirigir su academia de fútbol base y con apenas 24 le requirió Rafa Benítez para ser su ayudante.

“Me retiré pronto del fútbol entre que me centré en mi carrera de INEF y una lesión de tobillo y empecé como preparador físico en la Rapitenca de Tercera División. Es cierto que he dado muchas vueltas por el mundo, pero todo esto nace de una determinación muy grande que siempre he tenido para ser entrenador. En consecuencia, he hecho todo lo que he podido, me gustan los grandes retos. Ahora es un placer estar en un país tan futbolero y que ha sido campeón de Europa”, confiesa Nus. El siguiente desafío, que Grecia retome su expansión, que se vuelva a oír el siempre dulce acento griego y los bulliciosos cánticos del fervoroso público heleno en un lugar señalado. El dicharachero pueblo griego necesita salir y manifestarse.

Nus, durante la entrevista con MD

Nus, durante la entrevista con MD

Cedida

“En el fútbol siempre hay presión y el primer objetivo era competir para ganar nuestro grupo de Nations League y la siguiente meta que nos ponemos cuerpo técnico y federación, ahora sí, es clasificarnos para la Euro de 2024. Por la tradición y el entusiasmo que hay en el país por el fútbol con clubes como Olympiakos, Panathinaikos, AEK Atenas, PAOK y Aris de Salónica y porque como selección queremos ser más competitivos, estamos evolucionando y tenemos esa ambición como equipo y cuerpo técnico. La gente se ha enganchado y percibo ese sentimiento de unión tras tantos años sin ir a una Eurocopa o un Mundial”, reflexiona Nus.

Con el cuerpo técnico que lideran el catalán y Poyet, la Federación Griega busca cerrar el caótico desfile de seleccionadores de los últimos años. El actual entrenador de Portugal, Fernando Santos, asumió con éxito en 2010 la etapa post Rehhagel, y el combinado heleno alcanzó los cuartos en la Euro de 2012 y volvió a alborotar al país en la Copa del Mundo de 2014 con unos casi cuartos al caer ante Costa Rica en los penaltis en octavos. 

Pero la sucesión de Santos fue traumática y, la hecatombe con Claudio Ranieri, la más considerable. El italiano, justo antes de su cuento de hadas en Leicester, heredando una selección que casi se había metido entre las ocho mejores del mundo, perdió los dos partidos contra Islas Feroe en la fase de clasificación para la Euro de 2016.

" Tenemos esa ambición de clasificar a Grecia para la Euro de 2024"

Grecia no volvió a sufrir más sonrojos de aquella magnitud pero ni Sergio Markarián, ni Michael Skibbe -perdió la repesca para el Mundial de 2018 frente a Croacia-, ni Angelos Anastasiadis ni John Van’t Schip lograron retornar a los grandes campeonatos a los helenos. No obstante, quienes conocen bien el vestuario de Grecia aseguran que la falta de cohesión ha sido uno de los problemas de los últimos años. El éxito de Rehhagel había radicado en la excelencia táctica pero también en una magnífica gestión humana que eliminó la división derivada de los clanes de los jugadores de Olympiakos y Panathinaikos.

“Yo no puedo hablar del pasado porque no estaba pero sí del presente. El nivel de compromiso de los jugadores es muy alto, todos quieren estar aquí y para ellos es un privilegio estar aquí y trabajan mucho, incluso en los momentos más complicados. Hay mucha unión y la prueba es el partido de junio contra Chipre. Ganamos 3-0 pero Limnios se rompió el cruzado y al acabar el partido todo el vestuario se quedó en silencio. Es gratificante tener un listón tan alto”, subraya Gerard Nus.

La filosofía de la actual Grecia es distinta a la que le llevó a quedarse en la historia, más abierta y no tan conservadora, estructurada entorno a un innegociable pero flexible 4-3-3 con buenos y variados fundamentos en el ataque posicional y una trabajada presión post pérdida que somete a los rivales. La ‘apertura’ del estilo ya la inició Van’t Schip.

“Nuestro estilo ofensivo ha tenido muy buena acogida. A Poyet la gusta tener el balón pero no por tenerlo, sino para atacar. Luego, los movimientos y los conceptos ofensivos dependen de cada partido. Tienes que ser adaptativo pero, por suerte, tenemos jugadores con un nivel muy alto de comprensión que saben tomar decisiones por sí mismos. Es precioso cuando lo que los futbolistas transmiten en el campo coincide con lo que sientes. Eso sí, los apellidos griegos son complicados y, por si acaso, cuando me dirijo a ellos los abrevio para no pifiarla”, cuenta, entre risas, el técnico de Tarragona.

Mavropanos, en el último partido de Nations League frente a Irlanda del Norte

Mavropanos, en el último partido de Nations League frente a Irlanda del Norte

@dinos_mavropanos

Aunque Grecia siempre ha sido una fiable e inagotable factoría de centrales -Dellas, Kyrgiakos, Siovas, Kapsis…-, la actual pareja en el eje de la zaga da cuenta del amplio abanico de jugadores que tiene Poyet a su disposición. Pese a no ser ya centrales de primera línea europea como lo fueron, todavía se encuentran en edad competitiva Sokratis Papastathopoulos (34 años, Olympiakos) y, sobre todo, Kostas Manolas (31), aunque el ex de Roma y Nápoles, con cierta fama de díscolo, ha decidido emigrar a los Emiratos Árabes al Sharjah de Pjanic y Alcácer. Pero el centro de la defensa griega no pertenece a ellos, sino a Kostas Mavropanos (Stuttgart, 24 años) y Pantelis Chatzidiakos (AZ Alkmaar, 24). Aún así, la mayor fama de la retaguardia helena se la llevan Odysseas Vlachodimos (Benfica) y Kostas Tsimikas (Liverpool).

“Grecia siempre ha tenido buenos jugadores. Estos dos centrales están rindiendo a un nivel muy alto. Chatzidiakos tiene la peculiaridad de que en su equipo juega también de lateral derecho y eso nos da varias opciones. Y Mavropanos seguro que podría estar jugando en un club de un nivel más alto, está teniendo un rendimiento altísimo”, señala Gerard Nus. Pero el país sigue produciendo centrales en masa y hay un chico de 19 años, otro Kostas para seguir con la tradición -en este caso Koulierakis-, que ya maravilla. El Benfica estaría tras él e incluso el Bayern, según aseguran desde Grecia. “Lo está jugando todo con el PAOK. Que los jugadores jóvenes den el salto depende de ellos, pero es un buen central zurdo. Dentro de tres años no sé cómo será, pero ahora nos está transmitiendo muy buenas sensaciones”, asegura Nus.

La fiabilidad de esta ‘nueva’ Grecia abarca también el gol. Con 27 años, Giannis Giakoumakis representa la madurez, con 13 tantos en 21 partidos con el Celtic el año pasado y, sobre todo, como máximo goleador de la Eredivisie en la 20/21 con 26 tantos con el Venlo. Con 23 años, Vangelis Pavlidis, 31 tantos con el AZ el curso anterior, es la juventud con deseo de triunfar en equipos con más caché. Y, con también 23, Douvikas, 9 goles el año pasado con el Utrecht y 4 en 7 encuentros en el presente curso, es una promesa camino de hacerse realidad. 

Como sucede con los ‘Kostas’ en el eje de la zaga, los delanteros helenos son arietes de costumbres, de hacerse un nombre en los Países Bajos. Charisteas no desentonó en el Ajax y en el Feyenoord y la cumbre la coronó Nikos Machlas, único Bota de Oro griego con los 34 tantos que celebró en la 97/98 con el Vitesse. También tiene un buen modelo predecesor en el Celtic Giakoumakis con Georgios Samaras. 

Giakoumakis, Pavlidis y Douvakis, algunos de los nombres de una delantera griega con un buen nivel

Cuentan los delanteros griegos con buenos proveedores en la medular, con, cómo no, el habilidoso y omnipresente Anastasios Bakasetas al frente. Las camisetas del capitán, ahora en el Trabzonspor de Marc Bartra, pueblan las tiendas de las calles de Ermou e Ifestou en Atenas junto a las de Tsimikas y las de otro virtuoso del balón que no está desde hace un año y medio en la selección pero al que se le espera: Kostas Fortounis.

Condicionado por las lesiones y secuestrado por la indolencia que le reprocha la prensa helena, el fino centrocampista de 29 años representa el perfil de genio incomprendido, un maestro del último pase capaz de liberar su calidad diferencial en el momento menos pensados tras largas ausencias. Hay cierta confianza en que Míchel restaure lo mejor de él en su regreso a Olympiakos. “Todos los jugadores con pasaporte griego son opciones para nosotros”, señala, preguntado por Fortounis, Gerard Nus. En cualquier caso, y pese a las expectativas que había generado cuando era un veinteañero, nada que ver su caso con el de Sotiris Ninis, el fenómeno que con 18 años seguían grandes de Europa como Real Madrid y Arsenal y que hace tiempo que cayó en el anonimato, hoy en el modesto Volos griego con 32. 

Poyet: "Estamos preparados para ir a la Eurocopa"

La vehemencia de Gustavo Poyet congenia con el expresivo carácter griego y se le ve al uruguayo muy ilusionado con el nuevo proyecto. El ex jugador del Zaragoza entre otros equipos y ex entrenador de Brighton -donde coincidió con Gerard Nus-, Sunderland, AEK Atenas y Betis también entre otros clubes no conserva su esbelta y atlética figura por casualidad. En el momento de la entrevista con Nus, Poyet entraba al hotel con un ritmo muy vivo tras una intensa sesión de ‘running’ matutina. El uruguayo también charló unos minutos con MD.

“¿Si estamos preparados para intentar clasificarnos para la Euro? Si estamos todos sí, pero insisto en que debemos estar todos, no dar ninguna pequeña ventaja aunque tengamos alguna lesión porque a la mínima que bajamos nos cuesta”, destacó Poyet, que también habló sobre el estilo distinto con el que Grecia busca volver a figurar. “Tener el balón es mi estilo, siempre ha sido lo más importante para mí. Pero a mi no me importan las estadísticas de posesión, es más importante no perder la concentración atrás. En ese sentido, hemos mejorado mucho la tensión y la atención defensivas. A los rivales les cuesta crearnos oportunidades”. Resumen: la selección helena ha sido la menos goleada de la Nations League con sólo dos goles recibidos.

La icónica imagen de Zagorakis levantando la Eurocopa de 2004

La icónica imagen de Zagorakis levantando la Eurocopa de 2004

UEFA

Y es que, por mucho que las nuevas generaciones innoven, conservan rasgos de la ‘antigua’ Grecia como esa solidez defensiva. Y también escuchan a los clásicos. “Hay una relación muy estrecha entre esta generación y la de 2004. De vez en cuando dan charlas, en junio nos dio una Karagounis y futbolistas de una época tan gloriosa sirven para crear un espíritu de unidad”, explica Gerard Nus. 

Si se de el caso que un jugador necesita tener ‘a mano’ a un testigo privilegiado de lo que sucedió hace 18 años, en la selección está Thefoanis Katergiannakis, tercer portero de aquel equipo, como entrenador de guardametas. La Grecia de Poyet y Nus, pese a su falta de experiencia en los momentos delicados, no tiene más que aplicar la Teoría de la Reminiscencia de Platón en las dificultades que exija la ruta hacia la Euro de 2024 para acabar de renacer: lo que el ser humano llama aprender no es más que recordar. Y no hay recuerdo ni espíritu más inspirador que el de 2004.

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