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Leyendas urbanas de Hollywood

John Candy murió tras leer un guión maldito

John Candy y otros seis actores habrían sido víctimas de la mayor maldición de la historia de Hollywood.

John Candy murió tras leer un guión maldito

La leyenda: Todo aquel actor interesado en rodar un proyecto titulado Atuk que lee el guión, fallece poco tiempo después. 

Hechos empíricos: En 1971, Norman Jewison compró los derechos de "El incomparable Atuk", novela del escritor canadiense Mordechai Richler, que sigue los pasos de un pescador esquimal, Atuk, que abandona su remota cabaña en Alaska para instalarse en Nueva York. Le encargó a Tod Carroll, un profesional de Hollywood, que escribiera el guión adaptado. Sin embargo, el autor de El violinista en el tejado, retirado en 2003, jamás pudo rodarlo, porque cada vez que convencía a un actor de que se leyera el libreto, éste la espichaba. Habrían muerto por esta razón John Candy, John Belushi, Sam Kinison, Michael O'Donoghue, Chris Farley y Phil Hartman.

¿Qué hay de cierto? Lógicamente se trata de una triste casualidad. Pero sí que es cierto que todas estas personas habían leído el guión, y poco después fallecieron prematuramente. Jewison había pensado en un primer momento en John Belushi como protagonista, así que el libretista trabajó con él en mente. Lo leyó y estaba tan entusiasmado que firmó enseguida el contrato, pero unos días después, el 5 de marzo de 1982 apareció muerto por sobredosis. Una fan llegó a comentar públicamente que ella le administró la droga, y fue condenada a prisión como presunta culpable. Poco después, Jewison fichó al peculiar comediante Sam Kinison, con el que llegó a rodar unas escenas para el film. Pero éste falleció atropellado por un camión conducido por un adolescente borracho.

El tercer elegido fue John Candy. Su cuerpo sin vida fue encontrado en la habitación de un hotel tras haber sufrido un ataque al corazón, y al lado tenía una copia del guión, abierta por la primera página. Su fallecimiento no sorprendió a nadie, porque estaba mal de salud, pero sí la de su gran amigo, guionista y colaborador habitual Michael O'Donoghue, con el que había leído por primera vez el texto. Estaba perfectamente, pero murió tras un infarto cerebral poco después de Candy. Finalmente, se llevó a cabo un último intento en los 90, cuando se convenció a Chris Farley de interpretar al personaje central, aprovechando que éste no había escuchado la truculenta historia de la maldición. Estaba muy emocionado y iba a aceptar el papel, cuando murió, también por sobredosis, el 18 de diciembre de 1997. Algunos testigos aseguran que Farley compartió el guión con el comediante Phil Hartman, que abandonaba este mundo cuatro meses después que él, asesinado por su esposa.

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