"Cuando lleg� a la recepci�n, la noche del 28 de febrero de 1982, John Belushi era una bomba de relojer�a, un vertedero, un desastre". De esa guisa describe el historiador Shawn Levy el preludio de un desenlace inevitable, la �ltima semana con vida de uno de los siete miembros originales del eterno 'Saturday Night Live', el componente gamberro e irrefrenable de The Blues Brothers, una leyenda viva pese haberse topado de bruces con la desesperaci�n a tan temprana edad. 33 a�os ten�a cuando lo arrastr� hasta el fondo una sobredosis de hero�na y coca�na en el hotel Chateau Marmont de Los �ngeles.
Mucho se ha hablado y escrito sobre el tr�gico desenlace del gran comediante y actor el 5 de marzo de 1982. No obstante, Levy aporta detalles nuevos en su libro -'The castle on sunset-', un trabajo que ya est� siendo adaptado para una serie de HBO por parte de Aaron Sorkin y John Krasinski. Palabras mayores. Levy explica que la noche anterior a su muerte, Belushi, sacudido por los vicios y deprimido por el olvido de Hollywood tras varios fracasos en taquilla, estuvo con dos de sus �ntimos amigos, Robert de Niro y Robin Williams, esnifando coca�na.
De Niro le propuso a Belushi que se uniera a su plan: cena en Dan Tana, un restaurante italiano, y copas en On the Rox junto con otro actor con el que andaba en ese momento, Harry Dean Stanton. Le llamaron por tel�fono pero no contestaba, as� que se presentaron en el bungalow que ten�a alquilado desde hac�a m�s de un mes en el lujoso hotel de Sunset Boulevard. La habitaci�n, apunta Levy, estaba "en ruinas, no descuidada sino en realidad destrozada, como por un ataque de ira".
El protagonista de 'El cazador', compa�ero de juergas de Belushi en el hotel donde tambi�n manten�a una suite, no insisti� al ver el panorama. No solo era el estado lamentable en que encontr� a Belushi, sino la se�ora con la que estaba entre cajas de pizzas por el suelo, botellas vac�as y ropa desperdigada. Cathy Smith -la mujer que reconoci� haber suministrado una dosis letal por accidente a Belushi- le mir� mal y De Niro sali� por la puerta prometiendo volver m�s tarde.
Regres� a las tres de la ma�ana a meterse un par de rayas, lo mismo que Williams, a quien se hab�a encontrado en On the Rox. De Niro, de hecho, se llev� un poco de la droga de su colega a la habitaci�n, sin saber el trago amargo que le esperaba al despertar.
Hasta las 12 del mediod�a nadie se dio cuenta en el hotel de lo sucedido. Ba�istas despreocupados firmando largos en la piscina y el sol angelino en su cotidiana monoton�a. Hasta que Bill Wallace, su preparador f�sico y guardaespaldas, entr� en la habitaci�n para encontr�rselo inconsciente.
Le hizo el boca a boca y mientras esperaba a que llegara la ambulancia se ech� a llorar desconsolado. Los param�dicos no trataron siquiera de hacer la reanimaci�n pulmonar. Supieron que estaba muerto casi al instante, con marcas de agujas en los brazos.
A los pocos minutos, la nube de reporteros y 'paparazzi' se hizo may�scula. "Aquello era un manicomio", recuerda Tom Rafter, asistente de la directora del Chateau Marmont, rodeado por un enjambre de forasteros y la centralita iluminada cual �rbol de Navidad. "Entre los que llamaban estaba De Niro, que hab�a tratado de conectar con �l durante toda la ma�ana y no lo hab�a conseguido", escribe Levy.
Frustrado e inquieto ante el ruido del gent�o que entraba por la ventana de su habitaci�n, el venerado actor exigi� hablar con la directora. "�D�nde est� John?", pregunt�. "Hay un problema", respondi� ella.
- �Cu�l?
- Es grave.
- �Est� enfermo?
"Es realmente malo", alcanz� a decir. "De Niro entendi� de repente. Entonces dej� caer el tel�fono, llorando".
El desenlace se ve�a venir. Los suyos trataron de sacarlo de all� durante meses. Su socio y mejor amigo, Dan Aykroyd y su mujer, Judy, intentaron disuadirlo para que volviera a Nueva York, convencidos de que all� podr�a alejarse de las drogas y volver a ser productivo. Aykroyd estaba ocupado con un gui�n, 'Cazafantasmas', y quer�a que Belushi formara parte del proyecto.
Pero el c�mico estaba empe�ado en reconquistar Hollywood. No hubo tiempo. Su andanza culmin� en el hotel donde a�n reside su leyenda.
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